sábado, 14 de marzo de 2009

...Y ZOUGHAM FUE AL GIMNASIO


El quinto aniversario de los atentados del 11 de Marzo de 2004 no nos ha traido nuevas investigaciones, pero sí vueltas de tuerca sobre hechos y dichos ya conocido.



E incluso podríamos decir que se han postulado nuevos avances en el campo de la Semántica, o sea, del significado, interpretación o sentido de los términos que tratamos.


Así, buscando la palabra "coartada" en el DRAE on line, encontramos los siguientes significados:

(De coartar).
1. f. Argumento de inculpabilidad de un reo por hallarse en el momento del crimen en otro lugar.

2. f. Pretexto, disculpa.


Y, probando lo mismo en el Diccionario de María Moliner on-line, hallamos:

(de "coartar"; "Preparar, Probar la")

1.f. Circunstancia de haber estado el presunto autor de un delito ausente del
lugar en que se ha cometido en el momento de cometerse, aducida como prueba de
inocencia.

2. Disculpa.

Por lo tanto, ambos diccionarios coinciden en la necesidad, para poderse hablar de coartada, de la imposibilidad material para cometer un hecho criminal por encontrarse en otro lugar distinto, lo que conlleva la inculpabilidad.


Un segundo significado, más genérico, incluiría cualquier tipo de "excusa" que se aduce para justificar un hecho.


"El Mundo", Libertad Digital, Federico Jiménez y quienes participan habitualmente en sus tertulias, y Luis del Pino y sus fieles, han usado con profusión de ese término (coartada) para referirse al relato que Jamal Zougham hace del tiempo que, según él, pasó en un gimnasio de las 22 horas a las 24 horas (más o menos) del día 10 de Marzo de 2004, el anterior al día de los atentados. Veamos a ver si resiste un análisis.


En primer lugar, para poder concretar de qué acusación nos protege una coartada, necesitamos saber cuál es el hecho delictivo que ocurrió al mismo tiempo que el empleo del tiempo detallado en la coartada, y que necesariamente deberá ser uno de aquellos por los que el sujeto está inculpado.


Por empezar por el revés, que siempre mola, vamos a ver por qué se condenó a Jamal Zougham.


Jamal Zougham está condenado por 191 delitos consumados de homicidio terrorista, 1857 en grado de tentativa, 4 delitos de estragos y un delito de integración en banda armada, organización o grupo terrorista gracias a

a) la identificación que de él hacen, sin fisuras y sin ningún género de duda, tres viajeros del tren número 21713

b) la pertenencia a la célula terrorista, a la que más allá de toda duda, suministró apoyo, y material utilizado para fabricar los explosivos.


Sin embargo, en ningún punto del Auto de Procesamiento ni de la Sentencia de la Audiencia Nacional se acusa a Zougham de estar en el acto físico de preparación de los explosivos.


Por lo tanto, mal vamos, Don Luis. Si usted me presenta una coartada para su defendido, que sea al menos para protegerle de algo que se le acusa, no de una acusación que se inventa usted.


Sigamos ¿cuándo se fabricaron los explosivos? Porque está claro que las horas "protegidas" por la coartada (22 H a 24 H del día 10 de Marzo) deben coincidir con las horas en que cometió el acto delictivo, esto es, el montaje de las bombas.


Revisemos el Auto de Procesamiento:
Teniendo en cuenta que la información permanece en los sistemas durante 72 horas, y el Informe pericial emitido el 3 de abril de 2006 (que se recoge íntegramente en otro apartado de este auto) señala: "De los "logs" del operador Amena revisados se confirma que el último contacto con la red lo tuvo desde la BTS MD30243 (Morata de Tajuña) y que este contacto se produjo entre las 2:24 del 10/03/04 y las 2:24 del 11/03/04"), en combinación con el viaje que se estaba realizando la noche del día 9 de marzo de 2004 hacia Madrid, de parte de los miembros de la presunta célula terrorista usuarios de tarjetas telefónicas significativas, permite considerar que las operaciones dirigidas a la preparación de los terminales telefónicos se efectuaron el día 10 de marzo de 2004 (y, presumiblemente, con luz suficiente -natural-, a fin de facilitar la labor y asegurar su objetivo).
Efectivamente, lo razonable es pensar que las bombas se montaron después de las 7:40 horas del día 10 de Marzo, (pudo hacerse antes, pero en ese caso sin configurar la alarma, pues de lo contrario habría explotado) y antes del anochecer, pues en la casa de Morata, donde la Policía cree que se montaron las bombas... no había luz artificial:

TESTIGO PROTEGIDO S 20-04-W-18: Como Mustapha y Sarhane no venían a casa, quedaron en verse un día en la Mezquita de la M-30. Najat le había contado que su marido tenía una finca, sin luz y sin agua, pero con pozos, no precisando el lugar.

Nos ahorramos explicar por qué es mejor montar las bombas con luz que a oscuras. Puede que Don Luis necesite que se lo razonen; mis lectores, seguro que no.

Ciertamente, los terroristas instalaron un pequeño generador autónomo en el salón, con que subvenir a sus necesidades más perentorias, como declararon los Policías en el juicio:
ACUSACIÓN DE AYUDA A LAS VÍCTIMAS DEL 11M: Sí, con la venia. Simplemente para que me diga si recuerda como era el alumbrado eléctrico de la casa.
POLICÍA NACIONAL TP64919: Pues tenía una especie de generador eléctrico, no tenía corriente directa.


Pero eso no aumenta peso a la posibilidad de que las bombas se montaran el día anterior tras ocultarse el sol. Los generadores eléctricos son inseguros y poco fiables. ¿Qué irresponsable esperaría a realizar una faena tan delicada en noche cerrada, y a falta de unas pocas horas para la acción? Un pequeño error en el gemnerador, y toda la preparación del atentado al guano. Pudiendo hacerlo a plena luz del día, es absurdo esperar a montarlo a esas horas. Incluso en el caso de que se pretendiese facilitar a Zougham una coartada, el riesgo de que todo se vaya al traste sería claramente excesivo.

Concretemos, como curiosidad, que la puesta de sol ocurrió ese día a las 18:16, varias horas antes de la hora de entrada de Zougham al gimnasio.

Creo que tenemos ya suficientemente establecido que, a la hora en que Zougham dice haber estado en el gimnasio, es prácticamente imposible que sus compinches estuviesen montando las bombas, y que de todos modos esa posibilidad no ha sido tenida en cuenta para construir la acusación. Así que, de coartada, nada.

Revisemos también alguno de los puntos que sirven a Luis Del Pino para asegurar que Jamal Zougham, y su familia, han sido chivos expiatorios.

En primer lugar, tanto "El Mundo", como Luis del Pino, como los demás conspiracionistas han tratado de presentar el caso como una ocultación de pruebas: la Policía no hizo llegar al juez esa información, que según los medios conspiracionistas habría servido para exculpar a Zougham.

Evidentemente, como ya hemos demostrado que esa coartada no sirve para nada, tampoco tendría sentido su ocultación, al menos de manera intencionada. Pero vamos a repasar lo que dice "El Mundo" (negritas del periódico)..
La encargada del gimnasio nos confirmó que la Policía no sólo consultó el registro de entrada, sino que se llevó consigo toda la documentación sobre las horas de entrada de Zougam en el gimnasio, datos sacados del sistema informático que controlaba el torno de entrada.

La Policía tenía, por tanto, la demostración de que Zougam estuvo allí la noche anterior al 11-M, mientras manos desconocidas preparaban las bombas en Morata de Tajuña. Pero esa documentación, que introduce una duda más que razonable sobre la participación de Zougam en el atentado, tampoco se llegó a incorporar nunca al sumario.
...y el propio Luis del Pino:
Le pidieron al juez repetidamente que llamara a declarar al dueño del gimnasio al que Jamal acudía... Y el juez fue denegando absolutamente todas las solicitudes. ¿Saben ustedes, por ejemplo, qué respondió Del Olmo a esa petición de que se llamara a declarar al dueño del gimnasio? ¡Pues que no veía en qué sentido podía ser relevante para las investigaciones!
Extraña ocultación de datos, que ha permitido que Jamal Zougham presente su línea de defensa, una y otra vez, de manera que quede registrada en el Sumario, e incluso ha podido decirlo por televisión ante toda España...

Zougham: El día 10 de marzo yo...

Defensor: Del 2004,

Zougham: ...de 2004 eh, me levanté como siempre alrededor de las 10 de la mañana, me fui a trabajar a la tienda, estuve todo el día en la tienda, eeh, salvo que saliera al banco, a pagar alguna cosa, o a ir a comprar algo, y luego a la hora de comer pues ir a un restaurante de la de la zona y volver y tirarme toda la tarde en la tienda, y después a las 10, me fui al gimnasio, mmm, hay un gimnasio en la plaza elíptica que abre las 24 horas yyy, yyy, estuve ahí hasta, hasta las 11:00, 11 y media de la noche, yyy, y después me fui a mi casa, mm, cuando llegue a casa cené, charlé un poco con mi madre y dormí y hasta el día siguiente que era el día 11 cuando me levanté.

...y también en su derecho a la "última palabra":
El testigo Mohamed Bakkali [...] reconoció que me veía, que me vio, me veía en el gimnasio la semana del 11 de Marzo. Esto refuerza todas mis declaraciones y no lo han podido desmentir, supongo que fueron al gimnasio a preguntar si he estado ahí esa semana o no porque siempre he estado declarando ante la Policía y ante el Juez que la semana, primero que la semana del 11 de Marzo he estado trabajando y por la noche al gimnasio. Pues supongo que fueron ahí y no lo han podido desmentir.
¿Por qué no llamó el juez a declarar al dueño del gimnasio? Evidentemente, porque la supuesta "coartada" de Zougham no valía para nada. Ni cubría las horas de montaje de la bomba, ni la de su colocación en los trenes, que era de lo que realmente había testigos. Su abogado, consciente de eso, trató de fijar testigos que le hubieran visto en otro sitio a partir de las 6 de la mañana del 11 de Marzo, por ejemplo, pero no consiguió más que a familiares del acusado (por lo tanto, bastante dudosos) que dijeron que se levantó a las diez de la mañana (si se acostó a las doce de la noche, no deja de ser un buen pedazo de ganduleo)

Haber estado la noche de antes en un gimnasio no demuestra, ni muchísimo menos, tener la conciencia tranquila. No es seguro que todos los terroristas, la noche anterior a cometer una barbaridad, se coloquen un cilicio y se flagelen con un gato de nueve colas. Más bien los asesinos tratan de relajarse visitando algún centro de ocio, haciendo deporte o, en su caso, conversando con algún líder fanático. Todos recordamos que algunos de los terroristas del 11-S visitaron poco antes de la masacre un parque de atracciones, y se hicieron fotografías de recuerdo en posturas graciosas.

Para terminar, haremos mención a la curiosa manera que tiene Luis del Pino de entender la Justicia. Vea cómo se hace eco de una supuesta queja de la madre de Zougham (aunque tengo yo para mí que no es Aicha Achab la que le dice a Del Pino y "El Mundo" los argumentos, sino que son los medios de comunicación dichos los que prestan argumentos a los terroristas y a sus familias:

La familia de Zougham llegó a presentarle un escrito al juez Del Olmo el 30 de junio de 2004, pidiéndole una entrevista personal para contarle cómo Jamal estaba durmiendo en su casa a la hora en que se produjeron los atentados. ¿Y qué contestó el juez instructor? Pues que no había lugar a entrevista personal alguna, sin perjuicio de que más adelante pudiera llamarles a declarar como testigos. Por supuesto, el sumario se cerró 18 meses después sin que fueran llamados a declarar. Y encima después, en el juicio, el juez Gómez Bermúdez utilizó como argumento, para descartar el testimonio de la madre de Zougham... ¡que no había prestado declaración durante la fase de instrucción! ¡Toma del frasco!
La familia de Zougham, lega y extranjera, sin duda no conoce, ni tiene motivo, el funcionamiento de las leyes españolas, y a lo mejor en su país hay tribunales que funcionan de oidores, en los que cualquiera puede presentarse sin cita previa ante el Juez y exponer su apelación.

Pero el caso, Don Luis, es que en España, y usted lo sabe muy bien, no ocurre ésto. El juez de instrucción no recibe a las partes interesadas en la querella, sino a través de procuradores y abogados, y tampoco recibe personalmente las cartas escritas por acusados, testigos ni querellantes.

Lo contrario, entienda usted, contaminaría al juez, por escuchar a una de las partes, y no a la otra. Cuentan de Filipo de Macedonia que escuchaba a los querellantes por un lado, porque reservaba la otra oreja para los adversarios. Luis del Pino prestaría un megáfono a los terroristas islamistas, está claro.

Y, ya para terminar, ni siquiera es cierto que Gómez Bermúdez desheche el testimonio de la madre de Jamal por no haber declarado en la fase de instrucción. Lo que dice es...

La defensa ofreció como prueba de descargo la declaración de la madre y el hermano de vínculo sencillo o medio-hermano -según expresión del Código Civil-, Mohamed Chaoui, que regenta con Jamal ZOUGAM el negocio de la calle Tribulete.

Chaoui, declara que su hermano estaba durmiendo a las 9:45 horas del 11 de marzo, y que se levantó y desayunó a las 10, lo que confirma su madre. Ninguno de los dos dijo explícitamente haberlo visto en la cama entre las 6:30 y las 8 horas. Estas declaraciones son novedosas porque la madre no ha declarado antes en la causa y el hermano lo hizo en la policía sin referirse a esta cuestión.

En efecto, Chaoui declaró ante la policía, asistido de abogado, el día 15 de marzo de 2004, sin que hiciera mención alguna a que su hermano estuviera en su casa durmiendo en la mañana del día 11, cuando tenía que saber que había sido detenido con anterioridad por los atentados del 11 de marzo. Además, en la vista se retractó de aquellas contestaciones que en su declaración policial pudieran haber comprometido a su hermano, tales como las relativas a la compra y venta de tarjetas y a donde se guardaban.

En breve, se resta valor al testimonio de la madre de Zougam porque no le ofrece coartada para el tramo horario de 6:30 a 8, no porque no hubiera declarado antes. Y también porque su hermano Chaoui no utilizó esa obvia coartada cuando fue interrogado el día 15 de Marzo, pese a saber el motivo por el que Zougham había sido detenido.


Don Luis ¿alguna vez dice usted la verdad?

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