lunes, 28 de septiembre de 2009

"LA METAMORFOSIS" por Pedro J. Ramírez Codina (y V)

Tras tres meses de parón, obligado por las circunstancias personales y la necesidad de dar prioridad al análisis de la Sentencia de la Juez Lledó (que publicaré en este blog en próximas entregas) reanudo -y doy fin- a la serie de artículos donde hemos seguido la transformación sufrida por el Comisario Jefe de los TEDAX, Juan Jesús Sánchez Manzano, a manos de sus perseguidores, Pedro José Ramírez Codina y sus sicarios.


(De entregas anteriores: El inspector Jesús Parrilla utiliza "Manzano" como apodo. Esto origina una pequeña confusión con el Comisario Sánchez Manzano, que es prestamente aclarada por el juez Del Olmo. "El Mundo" reconoce su error, pero no pide disculpas a Sánchez Manzano, y utiliza el falso equívoco en vísperas de la declaración del Comisario ante la Comisión de Investigación. Sánchez Manzano se indigna y se queja a los parlamentarios, lo que le atrae el rencor de los periodistas de "El Mundo")



El día 18 de Julio, la columna de Cayetana Álvarez, "Entre las filtraciones ilegales y la negligencia policial", recoge el siguiente párrafo:

Por otra parte, lo que sí ha quedado corroborado es que el jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, se precipitó al asegurar ante la Comisión que «ningún miembro» de su unidad había dicho Titadine. El juez Garzón reveló que al menos un Tedax sí lo hizo, a las 12.20 horas del 11-M junto a las vías de Atocha. El PP ha solicitado que el magistrado identifique al agente en cuestión para que luego se le interrogue sobre si trasladó su percepción a su superior. Esto es fundamental para determinar si Sánchez Manzano -cuya explicación de por qué su nombre figuraba en la agenda de la confidente Carmen Toro, resultó poco verosímil- engañó o no a la Comisión.

Salta a la vista la mala fe de la periodista. Es evidente que Sánchez Manzano no puede ser responsable de los comentarios que, a título personal y de manera no oficial, hiciera un agente al juez Garzón. De hecho, es evidente que el Comisario Jefe no estaba informado de ese hecho, que contravenía claramente los protocolos de la Unidad y las órdenes que, personalmente, había dado:

El señor COMISARIO JEFE DE LOS TEDAX (Sánchez Manzano): Comiencen ustedes a hacer la búsqueda, aseguren la zona y, por supuesto, como lo mandan las normas que regulan nuestra especialidad no faciliten ninguna información a nadie que no sea el comisario jefe de la unidad, que es el responsable de toda la especialidad y director técnico de la misma.

...

Hasta que no se hacen los análisis de los restos nadie de la especialidad se va a pronunciar sobre qué material explosivo componía el artefacto.

Pero no en esta ocasión, siempre.

Leyendo el anterior artículo de Cayetana Álvarez de Toledo, uno tiene la impresión de que desde "El Mundo" se le haría responsable a Sánchez Manzano incluso de las palabras que puedan proferir en sueños sus subordinados.

Y que no falte la pontificación "ex-cathedra", tachando la historia del nombre en clave de Parrilla -que no el nombre del Comisario, como falsamente se atribuye- junto al teléfono de Carmen Toro de inverosímil. Y eso que su propio periódico la había dado por buena. Y eso que el propio Parrilla (confidente de "El Mundo" en un futuro próximo, quién sabe si para entonces ya lo era) se lo declaró al juez Del Olmo.

Podríamos pensar que la animadversión contra Sánchez Manzano se origina con la declaración ante la Comisión de Investigación y debería morir con ella, pero quien tal crea no conoce a Ramírez Codina. El 14 de Noviembre, varios meses después, publica un artículo llamado "La microcasete en su laberinto", donde se dice:
¿Cómo es posible que el juez Del Olmo se haya creído el cuento chino de que si tenía en su agenda el teléfono del jefe de los Tedax era porque un policía de los que la visitaron utilizaba como alias el segundo apellido del comisario Sánchez Manzano y que la Comisión parlamentaria no haya ni siquiera tratado de aclarar el enredo?
La mentira progresa, y ahora Carmen Toro tenía "el teléfono del jefe de los TEDAX". Y la Comisión Parlamentaria "no trató de aclarar el enredo" ¿Qué enredo? ¿Puede creer alguien que haya leído "El Mundo" de aquellos días 18 de Junio de 2004 y siguientes que no está suficientemente aclarado?

No quedan aquí las cosas. El 16 de Mayo de 2005, en los míticos Agujeros Negros del 11-M, concretamente en el número 17, titulado "La mochila número 13", Sánchez Manzano sufre otra vez los ataques de "El Mundo":

Es más, el propio Manzano acudió a Asturias y participó sobre el terreno en la investigación del entorno del que presuntamente proporcionó los explosivos a los terroristas, Emilio Suárez Trashorras. Y todo ello cuando el juez Del Olmo ya había encargado oficialmente la investigación de los explosivos a la Guardia Civil. Fueron miembros de la Benemérita los que resaltaron que en casa de la mujer de Emilio, Carmen Toro, se había encontrado una agenda en la que estaba apuntado junto al nombre de Manzano un número de teléfono. El comisario salió al paso diciendo que el número correspondía a un inspector al que llamaban por ese nombre. Los guardias civiles que llegaron desde Madrid a Asturias para investigar la trama de explosivos jamás se creyeron esa versión.

Mentiras y despropósitos encadenados, uno detrás de otro. Ni Sánchez Manzano viajó a Asturias, ni participó en la investigación sobre el terreno, ni contravino las instrucciones del juez de Instrucción, ni "salió al paso" de una confusión que resolvió, solito, el juez Del Olmo, ni el nombre apuntado en la agenda de Carmen Toro era el suyo, ni Sánchez Manzano sabía que "llamaban" por tal nombre a Parrilla, ni los Guardias Civiles creyeron ni dejaron de creer nada.

¿Se puede acumular más falsedades y barbaridades en tan poco espacio? Sí, pero es francamente difícil. La propia juez Lledó reconoce que este párrafo es una falsedad, si bien lo considera un error poco relevante... pese a la evidente malicia con la que se acusa a Sánchez Manzano de saltarse las órdenes del juez y viajar a Asturias con váyase usted a saber qué aviesas intenciones.

Continuando en el año 2005, el propio Pedro José Ramírez publica un artículo de opinión, fechado el 14 de Agosto de 2005, bajo el titular "Primera exposición razonada a favor de la reapertura de la Comisión del 11-M"

O al menos tratar de aclarar quién y por qué permitió al ex minero telefonear a su mujer en las decisivas primeras horas tras su detención, desde un número junto al que ella apuntó el segundo apellido del jefe de los Tedax, Jesús Sánchez Manzano.

¿Mande? ¿Qué tiene que ver Sánchez Manzano con la llamada telefónica que Carmen Toro hizo -según el periódico "El Mundo"- a Parrilla? ¿Por qué no se lo preguntan al propio inspector? Porque - y atentos a la forzadísima manera de meter a Sánchez Manzano en ésto - Jesús Parrilla, uno de los policías que se desplazaron a Asturias para investigar los hechos, resultó favorablemente impresionado por la colaboración de Suárez Trashorras y Carmen Toro. Fue él quien facilitó a la esposa del ex-minero un número de teléfono junto al cual la joven anotó el nombre que Parrilla le dio. Pues bien, al parecer, desde ese número (un fijo, perteneciente a la Unidad de Jesús Parrilla, en Canillas), se permitió a Suárez Trashorras que llamase a su mujer tras ser detenido y llevado a Madrid. ¿De ésto también tiene la culpa Sánchez Manzano?

Pero no crean. No queda así la cosa, ni siquiera en este artículo. Continúa..

Pero esto no tiene el menor viso de suceder pues, a la vista de ciertos contenidos del sumario, cualquiera diría que una de las más contumaces aficiones del juez instructor es la de ser engañado por el comisario Manzano. Todo sugiere que eso ya ha ocurrido en al menos tres ocasiones y que Su Señoría se ha tragado la ocurrencia de que un policía de base que se trasladó a Asturias usaba como alias el frutal apellido de su jefe...

Hombre. Qué gracioso. Pero, insisto, la "ocurrencia" de llamarse de tan "frutal" manera, será achacable a Parrilla, y no a Sánchez Manzano. Y si tal "ocurrencia" es inverosímil, díganlo los lectores, no sólo de estas líneas, sino de "El Mundo" de 18 de junio de 2004, donde sus redactores tragaron, como vulgarmente se dice, "hasta la bola". Y se me ocurre a mí si no será más curiosa "ocurriencia" la de llamarse Parrilla...

Bueno, pues para finalizar con el año 2005, y con la serie, veremos lo que se decía en "El Mundo" el 2 de octubre de 2005, en el artículo "El jefe de los Tedax rechaza reproducir las explosiones del 11-M", bajo el epígrafe "El contacto de Carmen Toro":

En un registro a la imputada Carmen Toro se halló un número de teléfono junto a un nombre: «Sánchez Manzano (Canillas)». Cuando el juez llamó, respondió un agente de la UCIE integrado en la investigación del 11-M. Le dijo que en varias ocasiones había empleado el nombre Sánchez Manzano como alias y que le había proporcionado el teléfono a Carmen Toro por si recordaba algún detalle relevante.

Lo cierto es que, al leer la falsedad de que la agenda de Carmen Toro contenía los dos apellidos de Sánchez Manzano, pero atribuyendo la confusión a Jesús Parrilla -aunque, pudorosamente, "El Mundo" ya no informaba de la identidad del policía cuya "ocurrencia" ocasionó el embrollo ¡qué buenos periodistas!- casi parece un ejemplo de buen hacer periodístico, al menos si comparamos con las patrañas contadas en el pasado, pero no se engañen. Este párrafo va con un epígrafe muy significativo "El contacto de Carmen Toro" y en un artículo que se dedica, inequívocamente, a denigrar la fama de Sánchez manzano, culpándole de cuestiones en los que él no tuvo responsabilidad (como la "radiografía", o la "metenamina", que comentaremos en futuras entradas) o donde se aplicó a cumplir con lo que manda la ley y el buen sentido común (como la negativa a la absurda iniciativa de volver a hacer explotar varios trenes)

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No acaban aquí, ni mucho menos, las mentiras de "El Mundo" a cuenta de Sánchez Manzano. pero el tiempo manda, y doy aquí por finalizada esta serie de artículos sobre las mentiras y falsedades vertidas por "El Mundo" a cuenta de la agenda de Carmen Toro.

Próximamente aparecerá en estas páginas la serie de "la Sentencia" que, con la colaboración mía, de Rasmo, Errante, Mangeclaus, Lejíaneutra y otros amigos de Desiertos Lejanos se fue publicando en ese blog.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

"LA METAMORFOSIS" por Pedro J. Ramírez Codina (IV)

(De capítulos anteriores: "El Mundo" publica que Carmen Toro, esposa del minero que proporcionó la dinamita para el 11-M, tiene en su agenda el teléfono de Sánchez manzano. En realidad el teléfono es el de un inspector de la UCIE, Jesús Parrilla. "El Mundo", que lo sabe, pide perdón a sus lectores, pero no a Sánchez Manzano.)

Bien. Ya sabemos quién dio el apodo "Manzano" y el teléfono de Canillas a Carmen Toro. También sabemos que, a partir de ahora, si no antes, las relaciones del periódico "El Mundo" con Jesús Parrilla serán estrechas. Por lo tanto, ninguna excusa puede tener el diario que dirige Pedro J. Ramírez para jugar a la confusión con este asunto ¿no? Veremos:

Sánchez Manzano tendrá también que aclarar por qué Carmen Toro, la esposa de Suárez Trashorras -el ex minero asturiano acusado de haber robado y vendido los explosivos utilizados en el 11-M-, tenía en su poder una nota con un número telefónico de las dependencias policiales de Canillas con la leyenda Manzano. Ese dato hizo pensar al juez Juan del Olmo que el número pertenecía al propio jefe de los TEDAX, aunque éste lo negó.

El artículo en que apareció este párrafo lleva fecha del 6 de Julio de 2004, cinco días antes de la declaración de Sánchez Manzano ante la Comisión de Investigación del 11-M. ¿Creían que estaba aclarado todo? ¿Creían que Sánchez Manzano podría dormir tranquilo, porque "El Mundo" ya se había enterado de que un inspector de policía había dado su nombre como alias? ¡Toma ya! Para "El Mundo" del 6 de Julio 2004, no sólo es Sánchez Manzano quien debe dar explicaciones, sino que no se hace ninguna referencia al episodio de Jesús Parrilla y Carmen Toro.

Información rigurosa y veraz, que le dicen.

Aprovechemos aquí para recordar que la semana pasada, la juez Lledó ha fallado en la Demanda de protección del derecho al honor, la intimidad e imagen de Sánchez Manzano contra varios de "El Mundo", estimando que, dada la amplia protección que las leyes españolas conceden a la Libertad de Expresión y Derecho a la Información, la especial relevancia del caso y la calidad de personalidad pública del demandante, una vez leídos los artículos en su integridad, sin deslindar las frases y comentarios objeto de la demanda, y a pesar de que algunos sean "hirientes, de mal gusto, desabridas y desafortunadas", no se puede considerar que dichos artículos sobrepasan los límites permitidos a la Libertad de Expresión, y por lo tanto falla desestimando la demanda íntegramente.

La sentencia no es firme, cabe recurso, pero he de advertir que yo, personalmente, no tengo ningún problema en aceptar que la sentencia no ha sobrepasado los amplios límites concedidos a la Libertad de Expresión por nuestras leyes actuales. Si esas leyes son perfectas, o pueden ser mejorables, es otro cantar. Porque también dice la sentencia que...
...ninguno de los artículos atribuye categóricamente al actor una manipulación intencionada de las pruebas o la Comisión de hechos susceptibles de constituir delito, pues no se afirma ello como un hecho cierto sino con potencialidad, como posibilidad presumible o presunta, lo cual está autorizado por el derecho a la libertad de expresión por mucho que pueda inquietar o disgustar al demandante, ya que es opinión que está basada en posibilidades que surgen de la interpretación de hechos veraces...
...y seguramente, desde el punto de vista judicial es verdad que no se hicieron acusaciones categóricas contra Sánchez Manzano, pero ustedes verán, en los siguientes capítulos de esta serie, si desde el punto de vista de la sociedad, eso es cierto o no . Si una persona que leía "El Mundo" pensaba que se estaba acusando a Sánchez Manzano como "mera hipótesis" o como "hecho probado".

Finalmente, antes de seguir, por si lee estas líneas alguien que no tenga ganas o tiempo de leer la sentencia, aclarar que la juez, aplicando la doctrina de tribunales superiores, no considera necesario que la noticia sea objetivamente cierta en todo su contenido para que sea veraz. Basta con que los hechos relatados sean ciertos en "esencia" y que los publicantes hayan demostrado "diligencia" en el conocimiento de la verdad... aunque las informaciones resulten falsas. En cuanto a las hipótesis construidas sobre dichas informaciones, ciertas o falsas, son lícitas hasta un límite muy alto, por estar amparadas por el derecho de libre opinión, en tanto no contengan expresiones "intrínsecamente vejatorias" y, además, "innecesarias" para expresar dicha opinión.

No hay, pues, ninguna intención de desacato en mis líneas. Ciñéndonos (por lógica necesidad de espacio) al tema de la anotación de Carmen Toro con el nombre de "Manzano", pretendo seguir exponiendo el relato de los hechos, siguiendo las informaciones de "El Mundo" y otros periódicos, para que sea el propio lector quien saque sus conclusiones de si el diario dirigido por Pedro Jota Ramírez, aunque sus informaciones no sobrepasen los límites judicialmente admisibles, fue veraz y verídico, en el sentido en que tradicionalmente lo entiende la sociedad, o bien publicó informaciones tergiversadas, sabiendo que lo eran, buscando con ello provocar el descrédito (lo que los sociólogos llaman "la muerte social") de Jesús Manzano.

Continuando con nuestro relato, Sánchez Manzano acudió, el día 11 de Julio, a declarar ante la Comisión de Investigación. Tiene su importancia que nos fijemos en que Sánchez Manzano no hizo referencia motu propio a lo que estaba publicando "El Mundo". El periódico publicó que Sánchez Manzano había llevado al Parlamento, de manera no pertinente, sus diferencias, y culpaba así de lo que sucediera al Jefe de los TEDAX. Nada más lejos de la realidad. Fue Jaime Ignacio del Burgo quien sacó el tema:
El señor DEL BURGO TAJADURA: Por último, señor Sánchez Manzano, tengo que hacer referencia a un asunto que probablemente es desagradable para usted, pero se ha publicado y hay una cierta —lo que ahora se llama— alarma social en relación con el asunto de los confidentes policiales...

...¿Cree usted que con esta información alguien ha querido dañar su reputación o qué es lo que hay en este asunto, que sin duda es enojoso para usted?
El señor COMISARIO JEFE DE LOS TEDAX (Sánchez Manzano): Usted lo ha llamado información, pero yo creo que eso merece otro calificativo que no voy a decir aquí. ¿Me explico?

El señor DEL BURGO TAJADURA: Muy bien. Es que, señor Sánchez Manzano, esa calificación que usted hace de esas informaciones se puede hacer de muchas de las que se han dado del 11-M. Esa es mi apreciación generalizada.

El señor COMISARIO JEFE DE LOS TEDAX (Sánchez Manzano): Yo solamente la hago por lo que se refiere a mí, porque calificar de información una cosa respecto de la que podemos acogernos al derecho y a la libertad de información no es adecuado. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, porque la noticia contenía la verdad y luego se ponía un titular con cierta intencionalidad.
Vemos que Sánchez Manzano, en realidad, se queja de que, sabiendo la verdad, pues la publicaba en el cuerpo de la noticia, "El Mundo" había titulado de una manera falsa y perjudicial para él. También de que, tras una rectificación, que parecía dar el tema por zanjado, hayan vuelto a incurrir en las mismas falsedades:
El señor COMISARIO JEFE DE LOS TEDAX (Sánchez Manzano): Todos ustedes habrán leído el artículo y se habrán dado cuenta de que en el contenido del mismo viene la verdad de lo que ha pasado. Se cuenta cómo han sucedido las cosas y, sin embargo, en el titular se da de una manera distinta. Se hace una rectificación al día siguiente y a pesar de elllo ayer vuelve a salir. Comprendan ustedes que hable en este tono porque estoy un tanto indignado, porque los autores o las personas que han publicado eso no se dan cuenta del daño que hacen a mi persona, a mi familia y al entorno que me rodea, aunque eso no es lo más preocupante porque al fin y al cabo yo paso por una institución, soy Sánchez Manzano y me voy, pero queda la institución, y con ese artículo lo único que se está sembrando es la desconfianza de los ciudadanos en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Lo que sigue es la explicación del incidente con el juez Del Olmo, que ya conocemos. Sánchez Manzano también pidió excusas por si era improcedente el lugar, y la situación, para hacer sentir su malestar, pero no pareció tal, pues varios parlamentarios le expresaron su comprensión, y aún su indignación.

Yo creo que aquí podemos observar un punto de inflexión. Lo que hasta ahora es, para "El Mundo", una historia, en la cual el apodo "Manzano" ha involucrado al Jefe de los TEDAX sin que él lo coma ni lo beba, se convierte ahora en una cuestión personal. Rencoroso, vengativo, el Director de "El Mundo" ha demostrado que nunca olvida una ofensa y no perdona una cuestión personal. En el caso de Sánchez Manzano, no se puede considerar, ni mucho menos, que Sánchez Manzano haya ofendido gravemente al periódico, pero "El Mundo" descubrirá que, además, el policía ha cometido algunas torpezas en el transcurso de la investigación, lo que aprovechará para cargarle con las culpas de todos los errores, ciertos o inventados, que se han cometido en la investigación en el terreno de los explosivos. Algunos, sin siquiera haber participado los TEDAX ni su jefe.

Comienza con la publicación al día siguiente, con la firma de Manuel Cerdán, de una reseña sobre lo ocurrido el día anterior en la Comisión:
El comisario jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, emprendió ayer, durante su comparecencia, un duro ataque contra EL MUNDO. El funcionario policial se quejaba de una información publicada en este diario sobre un incidente en la Audiencia Nacional que afectó a su persona.

...

El diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo preguntó ayer al comisario sobre la información publicada en EL MUNDO: «¿Cree usted que con esta información alguien ha querido dañar su reputación o qué es lo que hay en este asunto, que sin duda es enojoso para usted?».


Sánchez Manzano aprovechó la pregunta del diputado para verter una serie de descalificaciones:

...

El comisario de los Tedax se mostró alterado e, incluso, elevó su tono de voz, pero reconoció que el contenido de la información era veraz: «Todos ustedes habrán leído el artículo y se habrán dado cuenta de que el contenido del mismo es la verdad de lo que ha ocurrido. Cuenta cómo han sucedido las cosas y, sin embargo, en el titular se da de una manera distinta».


...

Para terminar, el jefe de los Tedax dio su versión personal del incidente en la Audiencia Nacional. Sorprendentemente, sus explicaciones coincidían con la información de EL MUNDO.

Como es costumbre, "El Mundo" altera sutilmente la realidad, aunque no tanto como para que un lector avisado no se aperciba; no cita que los primeros artículos decían que la anotación de la agenda de Carmen Toro era "Sánchez Manzano", no citan (excepto para ponerlo en boca del propio TEDAX) que "El Mundo" sabía que ese apodo pertenecía a un policía de la UCIE; no citan que la rectificación de "El Mundo" no incluía excusas a Sánchez Manzano y, sobre todo, no citan que Sánchez Manzano no protestaba tanto por el cuerpo de la noticia como por el titular y porque, una vez aclarado el embrollo, hubieran vuelto a publicar la falsedad.

El caso es que la diana ya estaba fijada y los tiradores en sus puestos. No puede ser casualidad que, ese mismo día, aparecieran artículos como éste, de Agustín Yanel...
Zaplana advierte que si no lo hacen «será una prueba de que no tienen interés en descubrir la verdad» Considera poco creíble la explicación del comisario Sánchez Manzano sobre por qué la esposa de Suárez Trashorras tenía su apellido en su agenda.
... o éste, que desarrolla lo apuntado en el anterior...
El portavoz del grupo popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, defendió ayer como «cierta» la información facilitada por EL MUNDO sobre los confidentes policiales que resultaron implicados en el 11-M y puso en cuestión la versión del comisario Sánchez-Manzano sobre la aparición de su segundo apellido en la agenda de Carmen Toro, la esposa de Emilio Suárez Trashorras, imputado por vender el explosivo a los terroristas.
«En este asunto», declaró Zaplana a preguntas de este diario, «lo importante es que la información facilitada por el medio es cierta». Y en este sentido, subrayó, «es evidente que el hecho de que un inferior utilice el nombre de su superior como alias para una persona de la calle, es una versión tremendamente rara y difícil de entender».
Es posible que el señor Zaplana hablase así por malmeter, por ejercer su labor de incordiar al Gobierno (con todo lo raro que pueda parecer, ya que a Sánchez Manzano le había nombrado el PP), pero es curioso que nadie se plantease pedir explicaciones al inspector que había elegido ese apodo, en lugar de al superior cuyo segundo apellido coincidía casualmente con ese apodo. Porque, bueno es recordar, Jesús Parrilla adoptó su nick antes de que Sánchez Manzano se hiciese conocido públicamente y, por otro lado, pertenecían a cuerpos distintos, no eran jefe y subordinado técnicamente, por lo que todo hace pensar que eligió esa palabra... por casualidad. Recordemos que su compañero usaba el apodo "Rubio", y... ¡anda que no habrá Rubios en Canillas! De hecho, trabajan varios miles de policías allí, así que no es nada raro que se hallen Manzanos ni Perales...

Pero la cosa no acababa aquí. El mismo día 8 de Julio se publicaba (y ésto ya es un artículo de opinión) ...
Quienes quieren colgarle al anterior Gobierno el sanbenito de mentiroso se precipitan. En primer lugar, porque la versión del jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, de que ni él ni su unidad informaron de que la dinamita era Titadine, resulta difícil de creer.

Dos altos cargos policiales aseguraron ayer ante la Comisión que fueron notificados el mismo 11-M de que el explosivo era el habitualmente utilizado por ETA. El ex comisario general de Información, Jesús de la Morena, reveló que el hecho «determinante» por el que inicialmente se acusó a ETA fue una llamada recibida por el entonces subdirector general operativo, Pedro Díaz Pintado.¿De quién? Probablemente del comisario jefe de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, quien a su vez sólamente podría haber recibido ese dato clave de su subordinado directo, Sánchez Manzano. En esta misma dirección apunta la versión del jefe de la UCE de la Guardia Civil, quien ha señalado que hacia las dos de la tarde del 11-M recibió la noticia de que el explosivo era Titadine por un colega, a quien alguien se lo había dicho por teléfono.

Todo sugiere, pues, que Sánchez Manzano no dijo toda la verdad ante la Comisión, a la que, por el contrario, utilizó como escaparate para lanzar absurdas acusaciones contra EL MUNDO -dijo que «lo único que están sembrando» las informaciones que publicamos «es la deconfianza de los ciudadanos en las fuerzas de seguridad del Estado»-, sin por ello ofrecer una explicación verosímil acerca de por qué la confidente Carmen Toro tenía en su poder un papel en el que figuraba su apellido junto al teléfono de uno de sus subordinados
Obsérvese: en la primera parte de la información, se mezcla realidad (Díaz Pintado recibió una llamada y después informó a los asistentes a la mini-reunión de crisis de que el explosivo era "Titadyn con cordón detonante") con los burdos rumores (El jefe de la UCE, Álvarez Sola, dijo que un colega, al que no identificó, había recibido una llamada de alguien que le había dicho que era "Titadyn") con las deduciones viciadas (sólo pudo ser Sánchez Manzano), que luego se revelarán, como no puede ser de otra manera, falsas.

En la segunda parte, la que atañe más directamente a este hilo, ya nos hemos desmadrado. Recuerden que "El Mundo" conoce ya la verdad del caso "Agenda de Carmen Toro", que ha publicado él mismo. Pues bien, ya no es "un teléfono, que dio un policía de otra unidad, al lado del cual figura un apellido que coincide con el segundo de los suyos". Todo lo contrario. Tenemos "su apellido, al lado del cual figura el teléfono de uno de sus subordinados".

Estarán de acuerdo en que lo de insistir en que Parrilla era "subordinado suyo" no es, ni mucho menos, inocente. tan subordinado era como un sargento de artillería de un Capitán de Navío. Le debe el saludo, pero ¿qué relación hay?

A partir del 8 de Julio de 2004 se puede apreciar, en definitiva, el cambio de postura de "El Mundo" hacia Sánchez manzano. De "mira qué casualidad, coinciden los apellidos, a ver si lo aprovechamos", a "¡nos ha atacado, debe morir!".

Antes de pasar al siguiente bloque y por razones, también, estratégicas, cerraremos éste citando el resumen que Cayetana Álvarez de Toledo ofrecía semanalmente sobre los trabajos de la Comisión:
...Aunque para conductas sorprendentes ya está la de Sánchez Manzano al ser interrogado acerca de la información publicada por este diario de que Carmen Toro -esposa del proveedor de explosivos Emilio Suárez Trashorras- tenía una agenda en la que figuraba su segundo apellido junto a un número de teléfono correspondiente a una extensión del complejo policial de Canillas, donde están también los Tedax.

Manzano arremetió contra EL MUNDO, al que acusó de dañar a su familia y a su entorno, y de «sembrar la desconfianza de los ciudadanos en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado». Pero, a la hora de valorar el contenido de la información, no pudo más que reconocer su veracidad: «La noticia contenía la verdad y luego se ponía un título con cierta intencionalidad». Lo que no hizo fue ofrecer a la Comisión una explicación convincente de este hecho. Sánchez Manzano insistió en que «alguien de la UCIE» utiliza su segundo apellido como alias. La relación entre la confidente Carmen Toro y el comisario Sánchez Manzano también queda, pues, pendiente de ser aclarada.
La noticia sigue mutando. Sólo en este párrafo podríamos encontrar material para otro hilo, describiendo las manipulaciones condensadas, pero sólo me fijaré en lo más llamativo: ya no se cita ni al subordinado (que técnicamente no lo es), y sólo se pone"alguien de la UCIE"en boca de Sánchez Manzano, como una más que imprecisa alegación (que luego se califica como "no convincente", quedando pues como una excusa inverosímil) cuando se conoce, perfectamente la realidad de los hechos, y que éstos no tienen que ver con el Comisario.

A partir de ahora, para "El Mundo", la anotación era el apellido de Sánchez Manzano, y el teléfono era el de uno de sus subordinados. Y todo lo que diga Sánchez Manzano, excusa inverosímil.

Y si querían móvil para la persecución de "El Mundo" contra Sánchez Manzano, ya lo tienen.

viernes, 11 de septiembre de 2009

"LA METAMORFOSIS" por Pedro J. Ramírez Codina (III)

(De capítulos anteriores: En la agenda de Carmen Toro aparece un número de teléfono al lado de la referencia "Manzano (Canillas)". Tal referencia pertenece a un policía de la UCIE que usa dicho alias, y no a Jesús Sánchez Manzano, que no tiene nada que ver. Sin embargo, al día siguiente "El Mundo" publica la noticia en portada, transformando todo en un "Agujero Negro", e involucrando a Sánchez Manzano)


Para quien haya seguido regularmente la información sobre el 11-M no es ningún secreto a desvelar que detrás del nombre de "Manzano" dado por un investigador de la UCIE se esconde Antonio Jesús Parrilla Parrilla, que se ha hecho un pequeño nombre dentro de los Asuntos Internos policiales.

Así lo declaró, sin ir más lejos, el imam "Cartagena" ante el Tribunal del 11-M, el 7 de marzo de 2007:

Testigo: Pues, primero, uno daba tantos nombres. No se acuerda del nombre que ha dado en el principio, y con los pocos meses, da otro. Da el nombre de Enrique, da nombre de Rubio, da nombre de Moreno. Y su identidad es Guillermo Moreno. Este es el jefe. Este es el más me chantajeaba y me amenazaba más. Había los que trabajaban con él. Uno que se llamaba Diego, y que posiblemente no es su nombre verdadero, pero bueno, él lo puede reconocer. Había otro que se llamaba José Luis, luego ha dado el nombre de Paco, luego ha dado el nombre de Josefino. Había otro que se llamaba Manzano. Manzano es Antonio Jesús Parrilla Parrilla. Y no me acuerdo de… había más, pero no me acuerdo de los nombres. Había Paco, también.

Bueno, no es que vayamos a presentar ahora a "Cartagena"por el Amo de la Credibilidad, pero en todo caso, el imam de Villaverde no hacía más que ratificar lo que ya se conocía:

Carmen Toro tenía escrito el nombre de «Manzano» porque Jesús Parrilla Parrilla, por entonces agente de la Unidad de Información Exterior, se lo facilitó cuando acompañó a Avilés al comisario Miguel Ángel Gamonal para entrevistar al ex minero José Emilio Suárez Trashorras, tras tener la Policía datos de que este individuo podría ser -como así resultó- quien abasteció de dinamita a Jamal Ahmidan, jefe operativo de la célula del 11-M.

Y que, por otro lado, el propio inspector Parrilla reconoció durante el juicio, sin que nadie, ni siquiera ninguna de las defensas y acusaciones particulares cuya línea de actuación se solapó, en muchas ocasiones, con la de "El Mundo", le pusiese pegas por "haber usado el apellido de un superior". . .

Defensa de Rabei Osman: ¿Con qué nombre le conocía a ud? Ud. dice que no les daban los nombres reales. ¿Con qué nombre le conocía Cartagena a ud.?

Testigo: Manzano.

Defensa de Rabei Osman: Manzano?

Testigo: Sí.

De hecho, nadie, lo que se dice nadie, le preguntó por las circunstancias en las que dio su número de teléfono a Carmen Toro, pese a lo inconcebible que parecía a la redacción de "El Mundo" tal proceder, al inicio de la investigación. Quizás nos sea dado comprender este cambio de actitud más adelante.

Pero volvamos atrás. Jesús Parrilla fue enviado, junto con el Comisario Gamonal, para interrogar a José Emilio Suárez Trashorras:

Bueno, el 16 por la mañana, a mi me llamaron al despacho del Jefe de Sección y del Instructor, me mostraron una nota informativa de la Jefatura del Tedax en la que ponía que por fuentes dignas de todo crédito y seguros y fiables los detonadores utilizados en las explosiones del 11M, habían salido de unas explotaciones mineras que la empresa Caolines de Merillés tiene en la zona cercana Cangas de Narcea y nos comisionaron para hacer gestiones, en concreto sobre esas explotaciones y todas las circunstancias que rodeaban …

En Asturias, para algunas averiguaciones, se unieron a ellos más funcionarios:

Ministerio Fiscal: Qué personas se reunieron, a parte del señor comisario y de usted, con los responsables de la empresa? Aparte de miembros del CNP desplazados de Madrid.

Testigo: El Jefe de la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Asturias, el Jefe del Grupo de Información de la Jefatura Superior de Asturias y una persona responsable del CNI y nosotros dos. Cinco.

Tenemos, pues, que en Marzo de 2004 el Inspector Parrilla, experto en terrorismo islámico (aunque, según parece, no fuera de lo que podríamos denominar "primera fila") es enviado a una delicada misión a Asturias. Esto indica un cierto grado de confianza de sus jefes en él. En realidad Parrilla no fue nombrado por sus superiores, sino por el Instructor de las Diligencias, pero en todo caso indica que la Superioridad no tiene ningún motivo para dudar de él. La posibilidad de que sus superiores desconfiaran de Parrilla, lo que podría justificar la presencia de un hombre del CNI en las entrevistas con los asturianos, fue explorada por la defensa de Rabei Osman:

Defensa de Rabei Osman: Ud hablo después de tener esas entrevistas, quiénes estaban presentes, quién estaban presentes en las entrevistas: ud., su compañero de la UCI interior, estaba un agente del CNI también?

Testigo: Y las dos personas responsables de la información de la jefatura: tanto el Jefe de Brigada, como el Jefe de Grupo.

Defensa de Rabei Osman: Mire, por qué, si lo sabe ud. había un agente de los servicios secretos españoles ahí?

Testigo: A mi me sorprendió. Yo le pregunté al comisario y él me dijo que tenía autorización del Comisario General de Información.

Defensa de Rabei Osman: Pero en las otras actividades… en las otras intervenciones que ha tenido ud. en este asunto siempre estaba presente alguien del CNI, o fue en este acto en concreto?

Testigo: Sólo en este acto.

De modo que nada hace pensar que se sospechase nada raro de Jesús Parrilla. Todo lo contrario. El inspector, por otro lado, es poseedor de la Cruz del Mérito Policial con distintivo Blanco, y diversas felicitaciones. Sin embargo, todo hay que decirlo, la actuación del inspector no parece que fuera especialmente brillante, al menos a los ojos de los policías asturianos, según informaba "El País" con fecha 18 de Septiembre de 2006:

El ex minero fue atraído al centro policial por su controlador, el agente de estupefacientes Manuel Rodríguez, Manolón. Gamonal llevó gran parte del interrogatorio, y Parrilla, algo menos, porque estaba viendo en una televisión sita en un despacho próximo el partido de la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Real Zaragoza, según varios de los policías de la comisaría de Avilés.

No hay motivo para sospechar que los policías de Avilés mientan. No conocían previamente a Parrilla, así que no pueden tener animadversión contra él. Si se tratase de una mera cuestión de celos profesionales, sin duda sus iras habrían estado dirigidas contra el superior, contra Gamonal, en lugar de contra Parrilla. Puede suponerse que les picó que fuera hasta Asturias para ver el fútbol, mientras ellos trabajaban. O, tal vez, lo que les molestó es que, mientras se estaba investigando el mayor atentado de la historia de España, Parrilla parecía pasar de todo...

Durante sus declaraciones ante el tribunal, Parrilla y Gamonal dejaron claro que la actitud de los investigadores frente a Suárez Trashorras y Carmen Toro fue benevolente o, mejor dicho, paternalista. Por aquel entonces no se conocía el verdadero alcance de la implicación de Suárez Trashorras en los atentados, y el ex-minero, estimulado por el interrogatorio policial (que debieron hacer una versión especial del polibueno-polimalo), creyó que podría salir del paso colaborando con la policía, siendo un Testigo Protegido:

Testigo: Bueno, ya, es que en la reunión, cuando yo tengo la reunión, en la entrevista que tengo... porque el es una persona que está colaborando, el dice que quiere se coja a éstos, él tenía miedo que supieran que él estaba diciendo las cosas, pero que él estaba colaborando.

...

Testigo: No. Por la información, no, porque nosotros, él estaba colaborando y nosotros en ningún momento a él le metimos dentro del tráfico de explosivos.

Y, más adelante...

Testigo: Si, si. Él estaba bien. Estaba colaborando. Estaba bien.

Y el Comisario Gamonal...

Testigo: Todos los que estábamos allí, estábamos de manera voluntaria, y el primero que estaba voluntario era él, puesto que si él no se presenta, y dice lo que dice, yo no le conozco, ni se me ocurre nunca ir a llamarle, ni a citarle a ninguna parte.

Tal actitud policial no tiene nada de raro frente a sospechosos de pequeños delitos, a quienes se puede ofrecer una cierta protección policial, a cambio de que denuncien delincuentes más peligrosos. Como tampoco tiene nada de raro (lo hemos visto mil veces en pantalla) que el inspector dejase su teléfono de contacto a Carmen Toro, que en aquel momento no estaba detenida, por si recordaba algo más importante.

En conclusión, no existe nada raro en el hecho de que Jesús Parrilla ofreciese su teléfono a Carmen Toro. Tampoco en que le diese su alias, el que usaba por aquel entonces, "Manzano".

¿Quiso perjudicar a Sánchez Manzano? Todo hace pensar que no. No hay pruebas de que se conocieran personalmente, ni pertenecían al mismo cuerpo, así que no es probable que hubiera resentimiento entre ellos.

¿Pudo dar ese nombre a Carmen Toro para mezclar a Sánchez Manzano en la investigación del 11-M, por ejemplo con el objetivo de perjudicar al PP? Tampoco. Según Cartagena, cuya relación con Parrilla termina tres o cuatro días tras los atentados, el inspector llevaba varios meses usando ese alias.

¿Era Parrilla un hombre de "El Mundo" cuando estalló el "escándalo" de la agenda de carmen Toro? Lo más probable es que no. En los primeros artículos de "El Mundo" hemos visto que reparten palos entre "un inspector de la UCIE", de momento innominado, y la Guardia Civil, por no haber comprobado el teléfono. De tratarse de un "hombre de confianza" de Pedro Jota Ramírez en la UCIE, dudo mucho que le hubieran puesto a los pies de los caballos. Por otro lado, Parrilla era un hombre que merecía la confianza de sus jefes, como se demostró cuando le encargan la delicada comisión en Asturias.

Sin embargo, en diciembre de 2004 Parrilla obtiene el cambio de destino que había pedido algún tiempo antes. Según él, sin razones especiales, porque "se fue a otro sitio". Según afirmaron "El País" y ABC, debido a discrepancias con sus jefes inmediatos por la investigación del 11-M había pedido insistentemente el traslado a Telesforo Rubio. No resulta excesivamente desbaratado, pues, pensar que es entre Marzo y Diciembre de 2004 cuando comienza la colaboración con el diario “El Mundo que se pondrá de relieve más adelante. Resulta imposible, con los datos de que disponemos, averiguar si el contacto con el grupo de redactores que, ya por entonces, pergeñaban la “Teoría de la Conspiración” en el citado periódico partió de Parrilla, despechado porque las investigaciones no iban por donde él creía que debían ir o, al contrario, el contacto partió de los periodistas y un policía “contaminadofue expresando opiniones más y más heterodoxas al respecto de la investigación y sus superiores comenzaron a sospechar que, además, facilitaba información a la prensa.

La primera noticia que tenemos de sospechas de sus compañeros hacia Parrilla data de Octubre de 2004, cuando “El Mundo” recibió información sobre la “Operación Nova” que se estaba desarrollando contra unos islamistas que pretendían volar la Audiencia Nacional. Al parecer, la inminencia de la publicación de los datos de que disponía el periódico obligó a adelantar las detenciones, que se produjeron cuando los terroristas aún estaban en el proceso de preparación del atentado, lo que causó que, de todo el comando, sólo unos cuantos pudieran ser condenados. Pese a que “El Mundo” y el propio Parrilla (preguntado en el juicio en el que resultó absuelto de una acusación de revelación de secretos) insistieron en que se trató de un montaje, las condenas contra varios de los detenidos en la “Operación Nova” muestran que se trataba de un grupo organizado que pretendía cometer atentados; y las sospechas de los mandos de la CGI de que fue Parrilla quien facilitó la información al diario de Pedro J. Ramírez motivaron resquemor contra él, y fueron causa directa de su salida de la UCIE.

Continuando con la historia de las filtraciones a “El Mundo” provenientes del entorno de la UCIE, encontramos que, en Mayo de 2005, el periódico publica las informaciones sobre las notas que los investigadores obtenían del confidente Abdelkader el Farssaoui “Cartagena. Independientemente de la veracidad, o no, de las deducciones de “El Mundo”, lo publicado es lo suficientemente detallado como para asegurar que era cierto que el diario tenía las notas en su poder, que le debían haber sido facilitadas por alguien muy próximo a la investigación. Nuevamente, la Policía efectuó sus propias investigaciones; nuevamente, el máximo sospechoso era el inspector Parrilla, uno de los controladores de "Cartagena".

En Marzo de 2006 “El Mundo” publica que Emilio Suárez Trashorras informó a los policías que hablaron con él el día 17 y 18 de Marzo de 2004 que “El Chino” era amigo de los terroristas de TA detenidos en Cañaveras con 500 kg de explosivos (casi todo amonal) pocos días antes del 11-M. El periódico se permitía aconsejar al juez instructor sobre la línea a seguir en un editorial en su página 3:

La declaración de Trashorras sobre los contactos de El Chino con los etarras debe ser investigada. Y ello requiere que el juez Del Olmo cite a declarar a los ocho agentes que interrogaron al ex minero asturiano, al propio Trashorras y a su mujer, que le acompañaba. No se puede cerrar el sumario dejando un cabo suelto tan importante como éste

Independientemente de la veracidad de la información, el periódico decía, además, que tal hecho había sido puesto en conocimiento de sus superiores en Madrid por los policías desplazados a Asturias, lo que dejaba, como posibles autores de la filtración a “El Mundo”, al Comisario Miguel Ángel García Gamonal, al inspector Parrilla, y al miembro del CNI Santiago Díaz. Gamonal y Santiago Díaz negaron por escrito haber escuchado a Suárez Trashorras decir eso; Gamonal, incluso, se ratificó ante el tribunal del 11-M.

Ministerio Fiscal: ¿Les dijo en esa entrevista, a lo largo de esas horas que estuvieron con él, les dijo si uno de sus amigos, uno de los moros, conocía a los miembros de E.T.A detenidos días antes, con motivo de la investigación de la caravana de la muerte?

Testigo: No, en ningún momento

Sólo Parrilla afirmó haber escuchado al ex-minero decir que Ahmidan le había contado, por teléfono, que habían detenido a dos “amigos” suyos, (aunque, en el juicio, tanto él como Suárez Trashorras negaron que se hubiera dicho la palabra ETA, o que se identificara a tales "amigos" como Gorka Vidal o Irkus Badillo, en contra de lo que la información de "El Mundo" decía) al tiempo que también declaró haberlo puesto por escrito en un informe (que jamás apareció), de manera que aparecía como fuente muy probable de la filtración.

Puntualicemos, por otro lado, que la credibilidad de tal afirmación, que sólo se puede rastrear después de que “El Mundo” comienza a desarrollar la “Teoría de la Contaminación”, es muy baja. Suárez Trashorras no informó de ello en ninguna de sus declaraciones anteriores, aduciendo que no lo hizo porque “los policías” le habían dicho que era imposible, que “ETA no se alía con traficantes”.

Ministerio Fiscal: ¿Y usted por qué ese comentario no lo refleja en ninguna de sus declaraciones judiciales?

Suárez Trashorras: Porque me acababan de decir que era imposible esa relación, que lo tenía que haber entendido mal y que era imposible, que ETA ya le digo, que me dijeron que incluso había atentado contra traficantes y que era imposible esa relación y yo como me entró la duda, la duda, de que el comentario hubiera sido malentendido o algo, pues entonces...

¿Qué policías le dijeron eso? Los tres policías que viajaron de Madrid a Asturias se mostraban escépticos (V. pg 10 y ss.) cuando “Manolón”, el Jefe de Estupefacientes de Avilés, les habló de un confidente que estaba “emperrado” en que unos moros que conocía habían cometido los atentados. Pese a su incredulidad, aceptaron escucharle, y lo que dijo Suárez Trashorras les convenció de que estaban en la buena pista ¿es creíble que rechazaran uno de los ramales más importantes de esa nueva pista sin, al menos, investigarla? ¿Sin, al menos, comunicar a Madrid, con quien estaban en contacto continuo, dicha información?

El propio silencio de Suárez Trashorras en declaraciones posteriores a su detención es revelador. Él dice que no lo contó porque “los policías” no le habían dado importancia. Sin embargo, el ex-minero se mostró en todo momento, durante el juicio, como alguien que sabe perfectamente cómo funcionan los mecanismos de la justicia y la policía, y según propia declaración estaba tratando de conseguir, o creía poder lograr, el status de Testigo Protegido. Es inverosímil que alguien en su situación no sepa que es el juez quien realmente dirige la investigación, quien puede, o no, protegerle y, por tanto, es increíble que renuncie voluntariamente a ofrecerle la más mínima brizna de información que pueda mostrar su colaboración.

Por último, la falsedad de la información sobre el conocimiento y amistad entre los islamistas y los etarras se confirma por la inexistencia de ningún contacto entre ellos. No sólo los etarras Vidal y Badillo se rieron de tal posibilidad, sino que no existe ni un solo contacto telefónico entre ellos en los meses anteriores. Sin embargo, según Suárez Trashorras, eran “amigos”, existía la suficiente relación para que Ahmidan introdujera el hecho de su detención en una conversación, sin venir a cuento (por cierto, es otro punto poco creíble, la manera en que Ahmidan, que llama para despedirse, habla de dos etarras detenidos días antes).

La digresión anterior, que parece fuera de lugar, viene a demostrar o, por lo menos, a despertar una fuerte sospecha, que dicha declaración de “El Chino” a Suárez Trashorras no existió. Su origen más probable no está en el ex-minero ni en el inspector Parrilla, sino en la redacción de “El Mundo”. Por lo tanto, parece existir la suficiente relación del inspector con los redactores de dicho periódico como para que éstos le sugieran lo que tiene que declarar, al igual que lo hicieron con Suárez Trashorras.

Sin duda, todas las sospechas habían enrarecido el ambiente, porque Parrilla volvió a solicitar un nuevo cambio de destino, en Agosto de 2006; durante ese tiempo, se vino a desarrollar un extraño asunto, en el que una trama de policías corruptos se mezcló con un intento de vender dicha información a “El Mundo, que trató de presentar dicha información como apoyo de sus tesis conspiracionistas: si unos policías eran capaces de traficar con GOMA-2-ECO, ¿por qué no podrían haber facilitado las CyFSE los explosivos que estallaron el 11-M?

Como intermediario, otro policía con buenas relaciones con “El Mundo”, Celestino Rivera; Parrilla, en realidad, tenía muy poca intervención en este caso, pero Asuntos Internos, que lo tenía identificado como fuente muy probable de filtraciones, trató de involucrarle. Fueron detenidos y presos durante 24 días; dado el riesgo de evasión y/o destrucción de pruebas, se fijó una fianza muy elevada, que se pagó gracias a una cuestación patrocinada por “El Mundo”... En el juicio subsiguiente, ambos policías quedaron absueltos de revelación de secretos, pero en todo caso dos puntos salieron a la luz: las más que amistosas relaciones de Parrilla y Rivera con “El Mundo”, que el propio periódico no se cuidó de negar... y el escaso castigo que en España se aplica a los Policías desleales que divulgan secretos, delito que ni siquiera conlleva pena de cárcel.

En todo caso, la credibilidad de Parrilla ante el juicio del 11-M había quedado seriamente tocada. No sabemos si eso modificó, a la baja, la declaración de Parrilla. El caso es que entre la información publicada por "El Mundo" ...

Trashorras desveló una de las muchas conversaciones que él mantuvo con El Chino. El ex minero aseguró a los agentes que Ahmidan le dijo que los dos etarras detenidos por la Guardia Civil en Cañaveras (Cuenca) con una furgoneta cargada con 536 kilos de explosivos eran sus amigos.

...

Tanto los agentes de la Comisaría General de Información como el representante del CNI elaboraron sendos informes para sus superiores en los que dejaron constancia de todo lo expuesto por Suárez Trashorras en estas conversaciones. Así, ambos cuerpos pusieron negro sobre blanco lo que el ex minero les contó sobre las relaciones de El Chino con los etarras de Cuenca.

...y lo finalmente declarado por Parrilla...

...No menciona ETA. La palabra ETA no la menciona para nada...

...Yo, personalmente... yo pensé que era una salida de Trashorras como forma de evadirse...

..existe una diferencia tal que induce a pensar (aunque sólo como posibilidad) que puede tener que ver con que la situación del inspector era, cuando menos, delicada.

Y se produjo otro hecho curioso durante el juicio. Parrilla no reconoció la que aparecía como su firma en un informe y negó haber intervenido, como instructor, en una toma de declaración. Concretamente, de Rodrigo Montero y Luis del Amo, de Interdist Móvil.

En realidad, este informe, que le fue presentado a Parrilla por los abogados de la AVT, no tiene ninguna importancia en la investigación del 11-M. No tiene ningún sentido haberlo falsificado, no hay datos en él que den ni dejen de dar un vuelco en la investigación ni, en principio, debiera tener interés Parrilla en negar ser su autor, si lo hubiera sido.

Testigo: Si. Aparezco como instructor pero no reconozco mi firma…

Acusación AVT: No reconoce su firma?

Testigo: No.

...

Testigo: Yo no recuerdo tomar declaración a esa persona, tampoco…

Pero, al día siguiente, ya tenían su noticiaEl Mundo” y “Libertad Digital”. ¿Falsificación de informe? Realmente se trata de un informe sin importancia... ¿por qué falsificarlo? Pero, también ¿por qué un informe sin importancia merece tanta atención en estos medios de comunicación?

La propia carencia de importancia de dicho informe motivó que no se siguiera ninguna investigación sobre este punto. El juez Gómez Bermúdez mostró, durante todo el juicio, clara tendencia a evitar las trampas que podían retrasar la marcha del Tribunal, impidiendo las derivaciones que no condujeran al final previsto de absolver o condenar a los acusados. Es de suponer que si el informe no reconocido hubiera sido clave en la investigación (v. gr. la declaración de Suárez Trashorras) el Tribunal hubiera pedido pericias caligráficas, declaración a otros compañeros del policía, etc. La defensa de Rabei Osman sacó el tema, objetando que los jefes de Parrilla afirmaban, por el contenido y detalles de la nota, que debió ser él quien la redactó, pero en el Tribunal decidió que no procedía perder el tiempo.

Defensa de Rabei Osman: ...Hay un informe, al folio 79387 firmado por el Comsario Jefe Actual de la UCI, así como otro, 79389, que dicen que ha tenido que hacerlo ud. incluso lo dicen por su nombre, dice: por el contenido y detalles de la nota se pude asegurar que fue redactada por el inspector… y pone su nombre. Ud. tiene alguna explicación a eso?

Testigo: No. Ninguna.

Defensa de Rabei Osman: Ninguna. Le voy a pedir, si al Presidente no le parece mal, que lo vuelva a revisar a ver si está de acuerdo al menos con el contenido. Puede ser que la forma sea otra, pero que el contenido…

Juez Gómez Bermúdez: El testigo le ha dicho que no es suya y eso es suficiente. Además, como ud. sabe porque ha citado los folios, eh…ese…donde se dice eso es la opinión de los que firman esa nota.

Es posible que se haya tratado de un error. Montones de informes no están firmados, o lo están por personas distintas a quienes aparecen como autores de la nota. En el propio juicio del 11-M abundaron las ocasiones en que un testigo dijo no haber confeccionado él, personalmente, una nota, o no haber firmado otra (V. gr, sin ir más lejos, léase la declaración de García Gamonal). También es posible que fuera una pequeña maniobra conspiracionista. Lo que sí es cierto es que el los foros conspiracionistas se hinchó el asunto artificialmente, de manera que, a los pocos días, ya se defendía abiertamente que era el informe de Parrilla sobre la declaración de Suárez Trashorras referente a las relaciones ETA-islamistas el que el inspector se había negado a reconocer.

Curiosamente, cuando declararon Cepeda y Del Amo, nadie les preguntó quién les había interrogado, pese a que Del Amo declaró que habían sido dos policías quienes le interrogaron...

Parrilla fue, en mayo de 2009, y seguramente con toda justicia, absuelto de la acusación concreta de revelar secretos a "El Mundo" en el caso de la trama corrupta de policías. Cabe dudar de si, de no haber conocido los policías corruptos que sus teléfonos estaban "pinchados", el resultado de la investigación pudiera haber sido otro, pero parece indudable que Asuntos Internos se precipitó y presentó un caso poco maduro.

Sin embargo, en conjunto parece que las relaciones de Parrilla con "El Mundo" van más allá de bajar en chándal a comprarlo a la papelería y hacer los coleccionables, y más de lo prudente para un policía honrado.

En todo caso, creo que se ha presentado, en este largo hilo, material más que suficiente como para convencernos de que "El Mundo" conocía perfectamente quién era el "Manzano" de la agenda de Carmen Toro, y por lo tanto cualquier ulterior confusión con Sánchez Manzano debería ser considerada como prueba de mala fe.

Que es lo que veremos en el próximo episodio.

sábado, 5 de septiembre de 2009

"LA METAMORFOSIS" por Pedro J. Ramírez Codina (II)


(De capítulos anteriores: En la agenda de Carmen Toro aparece la anotación de un número de teléfono al lado de la referencia "Manzano (Canillas)". El juez Del Olmo comprueba que tal referencia pertenece a un policía de la UCIE que usa dicho alias, y tranquiliza a Jesús Sánchez Manzano, que no tiene nada que ver. Sin embargo, al día siguiente "El Mundo" publica la noticia en portada, transformando la anotación en "Sánchez Manzano")


Bueno, pensarán ustedes; pero ésto no tiene por qué ser sacado de quicio. Después de todo, parece simplemente un error, sin mala intención contra Jesús Sánchez Manzano. Se saca al día siguiente una nota de corrección, y pelillos a la mar.

Vale. Pero antes de pasar a relatar los hechos del día siguiente, vamos a terminar de echar un vistazo a los artículos de "Opinión" y de "España". Para formarnos una mejor idea sobre la intención con el que el diario aborda el asunto...

El mismo día 18, "El Mundo" publica unas "Impresiones" bajo el titular "Los mandos deben comparecer ante la comisión", en el que dice:

Si los lectores que han venido siguiendo las aportaciones de EL MUNDO sobre el 11-M creían que estaba colmada su capacidad de asombro y estupor, no dejarán de leer con atención el relato que hoy publica Casimiro García Abadillo, pero que antes preparen una doble ración de tila. Y es que es imposible no echarse las manos a la cabeza al conocer que Carmen Toro -la esposa del minero Suárez Trashorras quien además de proveer los explosivos era confidente de la Policía- tenía en su poder un papel en el que, junto a un número de teléfono, estaban anotados los apellidos coincidentes con dos del jefe de la unidad encargada precisamente de la desactivación de explosivos. Y que luego otro agente haya explicado que Sánchez Manzano es el seudónimo que él utiliza habitualmente en sus pesquisas. Cualquiera de las hipótesis que suscitan estas revelaciones no hace sino acrecentar la necesidad de que ante la comisión de investigación comparezcan no sólo políticos, sino también los mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Nada es descartable: desde una trama de gravísimas complicidades, por acción u omisión, con el 11-M, hasta una guerra nada disimulada entre la Policía y la Guardia Civil...

En realidad, tal vez quien debiera dar explicaciones es el policía que usó como alias un apellido (no los dos) de un superior suyo. O quizás no. Quizás fue todo una casualidad. El compañero de "Manzano" en los interrogatorios a "Cartagena" y otros islamistas se adjudicó el seudónimo de "Rubio". Como Telesforo Rubio. O, a lo mejor, porque "Rubio" era el bar donde iba a desayunar. O porque le dió la gana ¿no? En todo caso, no era Sánchez Manzano quien debiera explicar nada. Supongo que nadie pensará que ha partido de él la idea de que su apellido se use en los interrogatorios a delincuentes ¿no?

Claro que a "El Mundo" no le interesa cerrar el caso tan pronto. Puede que , en ese momento, su intención no fuera hacer (demasiado) daño a Sánchez Manzano; puede que sólo intentaran atacar al Ministerio del Interior (curiosamente, al salido de las urnas, no al que estaba en su puesto cuando los atentados). Pero está claro que era una carnaza que no iban a soltar; y el destruir la reputación de un ser humano, o dos, no puede pesar en la balanza como una o dos portadas ¿no?

Siguiendo con el día 18 de Junio, Victoria Prego se unía al grupo de periodistas que no podían, aquel día, cerrar la boca, con un suelto llamado "Una suma inverosímil":

Todo esto es asombroso. Vamos de sorpresa en sorpresa y de duda en duda. Es increíble, o directamente inverosímil, que una sujeta dedicada al trapicheo tenga en su poder un teléfono con un nombre que coincide precisamente con el del jefe de los Tedax. Es inverosímil que un subordinado policial le copie el nombre a uno de sus mandos para hacerse un alias. Mucho más inverosímil es que el propio mando le haya proporcionado a la sujeta su auténtica identidad y un teléfono con la dirección de la sede policial en Madrid.

Pero también es inverosímil que, habiendo sido éste un registro llevado a cabo por miembros de la Guardia Civil, éstos envíen al juez el documento sin haber hecho comprobación alguna de lo que tenían delante. El caso es que ya no sabemos si la Guardia Civil y la Policía están dedicadas a investigar quién estuvo realmente detrás de la matanza el 11-M, o a lo que están dedicadas es a intentar adjudicarse recíprocamente la responsabilidad de no haber evitado lo que ocurrió.

Observen que todos los periodistas que escriben en el "Mundo" saben perfectamente que ha sido un subordinado quien, sin conocimiento de Sánchez Manzano, ha adoptado un alias que coincide con su apellido. Incluso es posible que lo haya adoptado por razones que nada tienen que ver con el jefe de los TEDAX. Pero nadie de "El Mundo" se plantea ir a preguntar al policía que se adjudicó un alias tan sorprendente que "es imposible no echarse las manos a la cabeza". Claro, que puede que no lo conozcan. O puede que sí.

Por cierto, que Victoria Prego se alarma innecesariamente pensando que el inspector de la UCIE pudiera haber dado su auténtica identidad; de esoo estamos hablando ¿no? De que NO le ha dado su nombre verdadero. Y en cuanto a las alharacas organizadas por dar el teléfono del trabajo... ¿Qué quería, que le diera el del bar de la esquina, como en las (malas) películas de espías?

Vamos con lo que opinaba mi amado lector: se saca una nota de disculpas, se reconoce el error, y a otra cosa.

Efectivamente, Casimiro García Abadilo publica una nota titulada " «Manzano», no Sánchez Manzano" que dice así, párrafo por párrafo:

Ayer, por error, en la información que aparecía en la portada de EL MUNDO bajo el título «Carmen Toro tenía un teléfono con un nombre igual al del jefe de los Tedax», cometí el error de mencionar sus dos apellidos (Sánchez Manzano), en lugar de incluir sólo el segundo (Manzano), que es el que, en efecto, aparece junto a un número de teléfono en la nota encontrada en el registro realizado por la Guardia Civil a la esposa de Suárez Trashorras, Carmen Toro.

Hasta ahí, bien. Sigue, Casimiro.

El error es entendible en el contexto en el que se produjeron las conversaciones con las fuentes.

Una de ellas mencionó la aparición, en el informe de la Guardia Civil, del apellido del comisario jefe de la Unidad de Desactivación. Una vez realizada la comprobación con una segunda fuente, en el curso de la misma hablamos de Juan Jesús Sánchez Manzano e, inmediatamente, asocié la nota con el teléfono a sus dos apellidos, en lugar de sólo al segundo.

Claro, claro. Todos tus errores son "entendibles", Casimiro. Lástima que tú no apliques tal capacidad de comprensión a los errores de los demás ¿verdad?

Aunque quiera hacer recaer el "error" sobre una "fuente" (según Casimiro, la "fuente" le dijo, directamente, que había aparecido el "apellido del comisario jefe de la Unidad de Desactivación") es el subdirector de "El Mundo" quien lo publica.

La "fuente" puede que pensara, con sinceridad, que habían aparecido los apellidos de Sánchez Manzano, pero está claro que "El Mundo" publica la noticia cuando sabe que eso no es verdad. Por lo tanto, no debería haber publicado dicha noticia, o de haberlo hecho, es él quien tiene que pedir disculpas a Sánchez Manzano, como principal perjudicado.

Lo cierto es que el malentendido también llevó al propio juez a pensar que el tal «Manzano» era el jefe de los Tedax, ya que es por ese segundo apellido por el que se le conoce no sólo entre los policías de la unidad, sino de toda la Comisaría General de Información, que tiene su sede en el complejo policial de Canillas, en Madrid. Eso es lo realmente importante.

En realidad, no sabemos qué es lo que pensaba el juez, pero lo cierto es que Del Olmo, al que luego se hartaron de llamar tonto en las páginas de ese periódico, hizo lo que se debería hacer: antes de tirar por la borda la reputación de nadie, comprobó de quién se trataba el teléfono que figuraba y solucionó el malentendido.

El hecho de la publicación de la noticia por "El Mundo" en los términos en que fue redactada, y sobre todo con el título que se le dio, no tiene perdón, por mucho que Casimiro diga que "lo realmente importante" es que también el juez pensó que "Manzano" podría ser "Sánchez Manzano". Y no tiene perdón porque "El Mundo" ya sabía que dicha anotación no tenía nada que ver con que Sánchez Manzano fuera el jefe de los TEDAX.

De todas formas, cuando uno se equivoca tiene que pedir disculpas. Esa actitud no es sólo una convención genérica de los que nos dedicamos a esta profesión sino un compromiso personal con los lectores de EL MUNDO, que creen en la veracidad de las informaciones que publicamos.

No, Casimiro. Cuando uno se equivoca, tiene que pedir disculpas, pero las reglas del juego limpio exigen que le sean presentadas al perjudicado por la información errónea. Puedes presentar, o no, excusas a los lectores, que no se habrán perdido una hora de sueño por tu metedura de pata, pero a quien deberías hacerlo, en primer lugar, es a la persona cuyo nombre has utilizado para hacer caja.

La falsa nota de excusas podría haber cerrado el caso, a pesar de que "El Mundo", aunque sólo fuera por decencia, debería haber, no sólo rectificado el apellido, sino también pedido disculpas personales a Sánchez Manzano.

Sin embargo, una regla inherente a toda disculpa debe ser la sinceridad.

¿Cómo comprobamos que sea sincera la petición de perdón? Ya me conformaría yo con que los redactores de "El Mundo" manifestaran, a falta de contrición, que no les creo capaces de sentir, un poquito de atrición, y sobre todo el propósito de enmienda, sin el cual no hay arrepentimiento que valga.

Pero, claro, mal podemos creer en las buenas intenciones del pecador que se confiesa de un acto impuro mientras está cometiendo otro.

Y me dejo de monsergas. El mismo día 19 de Junio en que se publica la falsa nota de disculpas, "El Mundo" publica un artículo de Manuel Cerdán, que titula "La Policía cuestiona el proceder de la Guardia Civil ante el juez", y que dice...

La Policía cuestiona el procedimiento seguido por los agentes de la Guardia Civil en el ya conocido como caso Manzano. Fuentes policiales mantienen que los mandos del Instituto Armado tendrían que haber verificado la información sobre el alias Manzano, que utilizaba un funcionario de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE), antes de entregar el informe en bruto al magistrado de la Audiencia Nacional que instruye el sumario del 11-M.

Ese alias, perteneciente a uno de los inspectores que investiga la masacre del 11-M y que coincide con el segundo apellido del jefe del Grupo Operativo de Desactivación de Explosivos (Tedax) del Cuerpo Nacional de Policía (Juan Jesús Sánchez Manzano), figuraba escrito junto a un número de teléfono de Madrid en un papel que guardaba Carmen Toro, esposa del minero Suárez Trashorras. En el papel figuraban el número de teléfono y la leyenda: «Manzano (Canillas)».

Manuel Cerdán, aunque reconoce que el alias no pertenece a Jesús Sánchez Manzano, continúa incurriendo en la falta de ética de publicar nombre, dos apellidos y cargo de una persona que nadie tiene que ver con el hecho denunciado.

La Policía puede estar molesta, o no, porque Manuel Cerdán no cita la procedencia de sus fuentes, y lo mismo puede haberse inventado ese "malestar", pero lo cierto es que, a estas alturas de la información, lo importante de la noticia es que el Guardia Civil no llamó al teléfono que figuraba en la agenda de Carmen Toro. Y para publicar éso, no hacía falta citar al personaje público con el que se había confundido su anotación. Salvo que quieras seguir haciendo caja, claro.

Por otro lado, en realidad no sabemos por qué la Guardia Civil no contactó con el teléfono que figuraba en la agenda. Los agentes que trabajaban con Carmen Toro pudieron conocer al agente de la UCIE que utilizaba el alias "Manzano", que precisamente había viajado a Asturias para interrogar a Toro, e incluso es posible que hubieran asistido personalmente al hecho de entregar su teléfono a la detenida. Por lo tanto, quizás no necesitasen ninguna aclaración, y sólo pecaron en no comunicar a Del Olmo que conocían a "Manzano". Pero, claro, quizás no pensaron que el juez relacionaría la anotación con Sánchez Manzano, o lo más seguro, ni siquiera pensaron en ello.

He citado antes que no podemos estar seguros de que existiese un verdadero malestar entre la Policía porque la Guardia Civil no hubiese llamado al teléfono de Canillas. Ciertamente, Manuel Cerdán no identifica sus "fuentes", no existió ninguna nota de protesta, y no es probable que nadie sintiese un auténtico "malestar" por una cosa tan nimia que sólo una buena dosis de inventiva de los redactores de "El Mundo" convirtieron en noticia.

De hecho, y aún suponiendo que la Guardia Civil creyese que el teléfono correspondía a Sánchez Manzano, y por mucho que Cerdán hable de protocolos y "procedimiento habitual", el juez instructor está al cargo de toda la investigación, con poder absoluto, y es más que normal que toda la información "caliente" se le transmita con el fin de obtener instrucciones de él. Si hubiese habido una sospecha de altos cargos involucrados en una trama "negra", es más que normal que dicha información se facilite al Juez Instructor para que decida el procedimiento a seguir.

Y, puestos a pensar, a lo mejor quien más debería molestarse no es la Policía, dado que uno de sus miembros utiliza un alias que se presta a confusión...

Decía yo que hay un considerable poso de imaginación en el artículo de Cerdán:

El miércoles pasado, miembros del Servicio de Información de la Guardia Civil entregaron a Juan del Olmo, el magistrado de la Audiencia Nacional que investiga el 11-M, un informe en el que se aseguraba que el papel con el número de teléfono de Canillas había sido encontrado en un registro practicado a la esposa de Suárez Trashorras. El juez no ocultó su sorpresa cuando los agentes le manifestaron que no habían realizado ninguna pesquisa para contrastar esos datos y decidió comprobar la información personalmente.

Como la anotación coincidía con uno de los apellidos del jefe de los Tedax, con quien había trabajado en la investigación, el juez llamó a éste. Sánchez Manzano le contestó que jamás había hablado con Carmen Toro y que desconocía por qué aparecía su apellido en el papel. A continuación, el magistrado llamó al número de teléfono que aparecía en la nota, perteneciente a una extensión de la UCIE.

En realidad, y según la información que Sánchez Manzano facilitó a la Comisión de Investigación, y que ya comentamos en el episodio anterior, el juez tenía citado a Sánchez Manzano para recibir de él unos informes periciales, cuando recibió un informe de la Guardia Civil informando del hallazgo de ese teléfono. No es cierto que Del Olmo le llamase de propio. Posiblemente Del Olmo se interesó por si se había investigado el titular de la línea, y dado que no se había hecho, lo hizo él, personalmente, delante del jefe TEDAX. Nada hay, en el relato, que haga pensar que Del Olmo se enfadase porque la Guardia Civil no hubiera comprobado el titular.

El inspector de la UCIE ha reconocido que se hizo pasar ante Carmen Toro por Manzano para ocultar su verdadera identidad. Esa vieja costumbre de los policías de identificarse en sus operaciones con un alias ha ido perdiéndose, aunque algunos agentes, dedicados a investigaciones sobre terrorismo o narcotráfico, la siguen usando como medida de seguridad.

Dudo mucho que el Inspector de la UCIE dijese éso, porque no es cierto. El Inspector utilizaba ese alias, que podía hacer referencia a Sánchez Manzano, o no,- y por lo que sabemos, igual es porque tenía frutales en su huerto_ pero no se hizo pasar por él, pues en ningún momento, ni con Carmen Toro ni con "Cartagena", ni con nadie, se hizo pasar por TEDAX, ni por Comisario, ni trató de confundir de identidades. De hecho, su compañero de trabajo, el "Rubio", conocía el alias, y seguro que jamás pensaba que se encontraba ante una suplantación de personas.

El propio Cerdán reconoce que el teléfono dado "no podía pertenecer" a los TEDAX. Ello no tiene porqué saberlo Carmen Toro, pero cualquier persona que llame a ese teléfono verá que no es un teléfono TEDAX, por lo que resulta imposible suplantar una personalidad dando un teléfono de otra organización...

Si el policía de la UCIE usó el alias de "Manzano" con intención de molestar a "Sánchez Manzano", por pueril que pueda parecer, o con intención de involucrarle en juego sucio, es una cuestión que nos introduce directamente en la identidad del policía, que trataremos en el siguiente episodio...

viernes, 4 de septiembre de 2009

"LA METAMORFOSIS" por Pedro J. Ramírez Codina (I)


Atentos a los temas, mediáticamente más brillantes, de la metenamina y la recogida de restos por parte de los TEDAX, no hemos prestado la suficiente atención a una de las mentiras de "El Mundo" contra el honor profesional de Jesús Sánchez Manzano: que en la agenda de Carmen Toro se encontraba el teléfono del jefe de los TEDAX.

Sin embargo, esa falsedad -como veremos, no queda ninguna duda de ello-, que corre el peligro de pasar desapercibida, ilustra a la perfección, en realidad mejor que otras que se han aireado más, el vil proceder de los redactores de "El Mundo", encabezados por su sesgador en jefe, Pedro Jota Ramírez Codina. Pasemos a ello, que la vida es breve.

El 18 de Junio de 2004, el diario "El Mundo" publica un artículo, titulado "Carmen Toro tenía un teléfono con un nombre igual al del jefe de los Tedax", firmado por Casimiro García Abadillo, Subdirector del periódico, en el que antes de pasar al cuerpo de la noticia se destacan, ordenados, los siguientes puntos:
1. La Guardia Civil informó al juez de que a la esposa del minero confidente se le encontró una anotación con la referencia «Sánchez Manzano (Canillas)».

2. El propio magistrado advirtió que esos dos apellidos corresponden a los del comisario de la Unidad de Desactivación de Explosivos.

3. Del Olmo marcó personalmente el teléfono y le contestó un policía que investiga el caso a sus órdenes .

4. Este agente aseguró al juez que utiliza como seudónimo esos dos apellidos y que le facilitó a la confidente ese teléfono de contacto.
Como veremos existe un error importante en esta información, pues es "Manzano", y no Sánchez Manzano", la anotación de la agenda.

Por cierto: hay una cierta confusión sobre si el número teléfono figuraba como entradilla, anotada en la agenda, o apuntado en un papel, que a su vez estaría intercalado entre las páginas de la agenda. Dado que no existe diferencia práctica entre las dos versiones, en el futuro hablaré simplemente de "la agenda"

Es evidente que tal error, aunque sea involuntario, no carece de importancia. Pero, aunque creamos que Casimiro no se equivoca intencionadamente, ya desde el principio parece quedar claro que Sánchez Manzano no tiene nada que ver con el teléfono, la agenda o la propia Carmen Toro. El titular de la noticia parece pues, cuando menos, impropio, tratando de llamar la atención sobre algo que es falso. A Septiembre la Ética Periodística, Casimiro.

En el cuerpo de la noticia se amplifica el error de apellidos y, claro, se le concede a todo el asunto una importancia que no tiene:
El pasado miércoles, [Nota: el 16 de Junio; dos días antes] la Guardia Civil entregó un informe al juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, que instruye el sumario, en el que, entre otras cosas, se contaba que en un registro a Carmen Toro, esposa del ex minero Suárez Trashorras, se había encontrado un papel en el que se hallaba escrito un teléfono fijo seguido de la referencia «Sánchez Manzano (Canillas)».

Algunas fuentes señalan que hay incluso grabada alguna conversación entre Carmen Toro y el hombre que figura como «Sánchez Manzano».
El error de equivocarse en la anotación es más importante de lo que parece, pues induce al lector desprevenido a preguntarse : ¿Habló Carmen Toro con el jefe de los TEDAX? Y lo que es más importante... ¿Por qué Carmen Toro habló con el jefe de los TEDAX, que no tiene ni por qué conocerla, ni de qué tratar con ella?

Para reforzar esta insinuación de que existe algo turbio en Sánchez Manzano se cita continuamente a Carmen Toro como "la esposa del confidente Suárez Trashorras"; y en Libertad Digital, que copia su información de "El Mundo" pero añade sus propios toques de creatividad manipuladora, se informa como "confidente". Lo cierto es que el papel de Carmen Toro en los atentados no pasó, en realidad, de ser la cónyuge, más o menos suspicaz, de los malos pasos en los que se metía su esposo; ni mucho menos fue el genio del mal que se describió, interesadamente, en ciertos ámbitos, y de hecho fue absuelta de los cargos que contra ella pesaban.

Sigamos con el artículo, y recordemos que, por entonces ya se sabía que un policía de la UCIE (es que hay que decirlo todo) había confiado a Del Olmo que era él quien se había entrevistado con Carmen Toro.
...Del Olmo se percató perfectamente, cuando la Guardia Civil le entregó su informe, de la relevancia que tendría para el caso el hecho de que Carmen Toro, una de las personas relacionadas con los explosivos y que, además, acaba de ingresar en prisión, tuviera en su poder el teléfono del jefe de los Tedax.

El juez preguntó al agente de la Benemérita si, efectivamente, se había comprobado que el número de teléfono allí apuntado se correspondía con el del comisario jefe de la Unidad de Desactivación. El agente respondió con una negativa. Así que el propio magistrado fue el que marcó el teléfono sospechoso.

Al otro lado de la línea, para sorpresa del juez, apareció la voz de una persona que se identificó como agente de policía. En efecto, se trataba de uno de los miembros de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) que está siguiendo el caso de los atentados de marzo a las órdenes del propio juez.

Preguntado por Del Olmo, el policía reconoció que había utilizado esos apellidos como un alias en ésta y en otras operaciones y que fue él mismo quien le dio su teléfono a la mujer de Emilio Suárez Trashorras antes de que se decretara su ingreso en prisión para que pudiera ponerse en contacto con él si recordaba algún detalle relevante para la investigación.

Caso resuelto ¿no? Salvo por el hecho de que es "Manzano" la anotación que figura en la agenda, y hemos quedado en que todo puede ser un error no intencionado de Casimiro, el asunto no se debería haber comentado más. Al menos por lo que respecta a Sánchez Manzano.

Sí, si...

Hay algo que parece, cuando menos, extraño, y es el hecho de que la Guardia Civil no comprobara, antes de remitir su informe a la Audiencia Nacional, si el teléfono en cuestión correspondía realmente o no al jefe de los Tedax.

Juan Jesús Sánchez Manzano lleva algo más de dos años al frente de dicho cuerpo. Comenzó su carrera profesional en la policía en el área de formación y, tras convertirse en comisario, fue trasladado a Pamplona. Posteriormente, trabajó en el sector privado y, finalmente, fue nombrado responsable de la Unidad de Desactivación, en la que cumple una eficiente función como gestor de la misma.

¿Alguien ha tendido una trampa para fomentar la idea de que en torno al 11-M existe una trama policial con ramificaciones en la cúpula del cuerpo? Esa es una sensación que flota en el ambiente.

En un primer momento, la investigación sobre los explosivos correspondió a la Policía Nacional, que contó con la colaboración de agentes del CNI (Centro Nacional de Inteligencia). Desde hace casi dos meses, es la Guardia Civil la que se encarga de resolver ese aspecto del caso.

Nótese que, en este primer artículo, no parece existir animadversión de "El Mundo" contra Sánchez Manzano. Aclarado que no es su número de teléfono, y que no tiene nada que ver con Carmen Toro, la atención de Casimiro parece centrarse en la posible rivalidad profesional entre cuerpos como fuente de mala eficiencia (tema recurrente y que, por desgracia, en muchas ocasiones no está completamente desprovisto de realidad) y, quédense con esta idea, la posibilidad de que alguien quiera complicar a Sánchez Manzano con falsas acusaciones.

Anotemos que quizás no es tan raro como dice Casimiro que el Guardia Civil que gestionaba el caso no relacionara el nombre que figuraba al lado del teléfono ("Manzano" y no "Sánchez Manzano") con el jefe TEDAX. Incluso, y puesto que estaba participando en la investigación, es posible que conociese al policía de la UCIE que usaba ese alias, y del que más adelante se hablará.

En todo caso, y aunque el juez Del Olmo sí hizo esta relación, puede deberse simplemente a que tenía citado al propio Sánchez Manzano, y lo tenía delante de él cuando hizo la llamada, como comentó Sánchez Manzano ante la Comisión de Investigación por el11-M:

...don Juan del Olmo me ha llamado para decirme que haga uso de lo que verdaderamente ocurrió sin ningún problema, lo cual es de agradecer.

Le llamo para llevarle unos informes periciales que se habían terminado en la unidad y se los llevo personalmente porque en este caso tal como se están produciendo los acontecimientos, se los llevo personalmente aunque tengo plena confianza en mi gente. Fíjense que de toda la información sensible que nosotros hemos manejado no ha transcendido ninguna, con lo cual el grado de responsabilidad de los TEDAX está más que acreditado.

Me dice que no vaya ese día, que vaya al día siguiente, porque tiene que recibir a los detenidos que había cogido la Guardia Civil en Asturias. Entonces voy al día siguiente y ese mismo día había acabado de recibir, porque había estado toda la noche trabajando, esa agenda en la que figuraba no un teléfono móvil sino un teléfono fijo, un teléfono fijo que corresponde al complejo de Canillas.

El juez me dijo: "Mire, viene aquí un teléfono y debajo la palabra Manzano".

Me lo muestra y le dije que ese no era mi número de teléfono, que sí que era de Canillas pero que no era mi número de teléfono. El juez lo que hizo fue llamar delante de mí a ese número de teléfono y alguien se puso al otro lado, y a mí me confirmó que era un apodo que se utilizaba desde hace años por un miembro de la Unidad Central de Información Exterior. Además, el juez anotó en un post-it amarillo las iniciales de Unidad Central de Información Exterior.

Yo me marché de allí tranquilo. El juez lo había comprobado y además en un post-it había puesto las iniciales de la Unidad Central de Información Exterior. Si alguien consultaba ya podía ver al lado las iniciales de la Unidad Central de Información Exterior. Me fui tranquilo.

Estando fuera de España recibo la llamada a las 7 de la mañana de que empiezan los debates en algunas cadenas de radio y que en El Mundo había salido eso publicado.
Los conspiracionistas gustan de usar la palabra "kafkiano" refiriéndose a las visicitudes judiciales que sufren sus recursos y peticiciones de reaperturas del Sumario. Sin embargo, el término hace referencia, más exactamente, a las situaciones, judiciales o no, en las cuales el protagonista se enfrenta a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas, las cuales nunca llega a comprender

Con la publicación de la noticia el 18 de Junio de 2004, Sánchez Manzano comienza a sufrir el calvario de un hombre de honor que se enfrenta, sin haber hecho nada para merecerlo, y sin comprender porqué, a acusaciones sobre hechos delictivos de los que es inocente.

Jesús Sánchez Manzano puede ser el Gregorio de la Metamorfosis, pero Pedro Jota Ramírez, es el Frantz Kafka que crea el universo torturador para su personaje.