miércoles, 15 de abril de 2009

LA MOCHILA VIAJERA (VII): JEFE, HEMOS ENCONTRADO UNA BOMBA


Tras las vacaciones de Semana Santa, retomamos la aventura de la Mochila Periploica. Habíamos repasado, intentando comprender los hechos, el viaje de la mochila desde la Estación de "El Pozo", pasando por "Villa de Vallecas" y "Puente de Vallecas", sin ser descargada en ninguna de las dos comisarías, hasta IFEMA, y de allí nuevamente a "Puente de Vallecas", por orden de Su Señoría, el Juez Juan del Olmo Gálvez.

El Inspector Jefe Miguel Ángel Álvarez, pese a su comportamiento un tanto equívoco durante la jornada, nos comenta en la página 58 del Auto de Procesamiento quién dio la orden de volver a "Puente de Vallecas" y de revisar e inventariar los objetos:

...se pone en conocimiento del Magistrado Juez del Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional dicha anomalía, disponiendo la Autoridad Judicial que los objetos y efectos recogidos en la Estación de Ferrocarril de El Pozo sean llevados a la Comisaria de Policía de Puente de Vallecas.

Que dicha Autoridad Judicial ordena al Funcionario que suscribe que en el transcurso de la noche haga un detallado y exhaustivo recuento del contenido de las bolsas de plástico en cuyo interior se encuentran los objetos y efectos recogidos del interior de los vagones del tren siniestrado en la Estación de El Pozo. Por todo lo cual dispone un servicio de noche compuesto principalmente por Funcionarios del Grupo de Investigación, comisionando al Subinspector de dicho grupo junto a seis funcionarios adscritos a la Comisaria de Policía de Puente de Vallecas que realicen dicho recuento.

Muy similar es lo que cuenta el Comisario Rodolfo Ruiz, de la Comisaría "Puente de Vallecas", superior de hecho del Inspector Álvarez, sólo que en su relato es la Juez Bustos la que ordena el traslado, y el hecho "se pone en conocimiento del Juez del Olmo", que ordena el inventario

...la Juez de guardia fue la que ordenó que las bolsas que inicialmente se habían trasladado al Ifema, se llevaran a la comisaría de Puente de Vallecas.

Esa circunstancia la pusimos en conocimiento del Juez de la Audiencia Nacional Sr del Olmo, quien ordenó que hicieramos un inventario de todos los objetos y efectos que se habían recogido en la estacion del Pozo del Tio Raimundo.

En todo caso, vemos que el grupo encargado de revisar los enseres e inventariarlos, lo forman siete personas: un subinspector y seis funcionarios. Entre ellos, por cierto, no se encuentra Miguel Ángel Álvarez, que dice en su instancia...

... se retira a las 0'30 H momentáneamente para tratar de recuperarse del tremendo impacto psíquicamente observado como físicamente por el desgaste realizado... (sic)

...como tampoco el Comisario Ruiz, que, ante el Tribunal, declaró...

...llegue a casa sobre las doce de la noche…Yo jamas vi la bomba, jamas. Sobre las dos de la madrugada, a mi me llaman a casa, para informarme de esa novedad.

De los siete agentes comisionados para realizar el inventario, al parecer dos funcionarios se encontraban custodiando los objetos, y los que llevaron a cabo el verdadero inventario fueron cuatro de ellos, divididos en dos parejas. Cada pareja, en una habitación independiente, fue examinando más o menos la mitad de los bultos, al menos hasta que se paró el escrutinio por el hallazgo de una bomba. Evidentemente, nos interesan sobre todo las declaraciones de los dos que formaban la pareja que halló la bolsa. En el Auto de Procesamiento (Pg 69) nos cuentan cómo encontraron la bolsa:

Agente del C.N.P. con carné 88.163:

...Procedían a abrir las diferentes mochilas que se encontraban allí, a fin de poder ir realizando la reseña de los objetos y localizar documentaciones de los dueños de las mismas. Al llegar a la bolsa de deportes, lo que hizo fue abrir la cremallera de la misma, sacó el móvil que allí se encontraba y al tenerlo en la mano observó que iba unido a unos cables, con lo que procedió a volverlo a meter en la bolsa. Se le muestra el folio 1.748 de las actuaciones a fin de que manifieste si la bolsa que aparece en la fotografía es la bolsa que vio la declarante: que sí, que era esa bolsa...

Encontró la bolsa con el artefacto explosivo sobre la 1:30 o 2 menos algo de la mañana del día 12 de marzo de 2004.


Agente del C.N.P. con carné 79.046:

Al llegar a las 22:00 horas, se le indicó que tenía que relacionar los efectos depositados en Comisaría ... Empezó a realizar la relación de efectos junto con una compañera; en un principio él abría las bolsas y su compañera apuntaba, pero justo antes de abrir la bolsa en donde se encontraba el artefacto explosivo fue sustituido por su compañera en dicha labor de apertura, y fue ella la que al abrir la bolsa de deporte encontró el artefacto explosivo. Se le muestra el folio número 1.748, del tomo 8 de las actuaciones a fin de que manifieste si es esa la bolsa que encontraron y MANIFIESTA que sí.

Vemos, pues, que los agentes que encontraron la bolsa están perfectamente identificados (así como lo estarían sin duda, los otros cinco que participaron en la revisión, si hiciese falta). Y los dos identifican sin mayor problema la bolsa cuando se les muestra una fotografía. No hay, pues, allí, nada que rascar. Veamos si se ratificaron en el juicio. En primer lugar, la agente nº 88163:

MINISTERIO FISCAL: Cuando usted llegó, cuando entró de servicio sobre las 10 de la noche, como nos acaba de decir, qué…qué misión se le encomendó por su superior?

TESTIGO: Me dijeron que tenía que hacer una relación de efectos, con los efectos que se habían traído de la estación de El Pozo.

...

MINISTERIO FISCAL: ¿Cuánto tiempo llevaba usted realizando esta función de relacionar los efectos cuando halló un…una que tenía algo en especial que ahora nos dirá?

TESTIGO:Pues el tiempo exacto no lo sé, no recuerdo. Sé que habían pasado ya las 12 de la noche, pero tampoco le puedo indicar si llevábamos 2 horas, 3 horas, no lo recuerdo.

...

MINISTERIO FISCAL:Qué encontró?

TESTIGO: Bien, yo una mochila de deportes, la abrí y saqué un teléfono móvil y cuando lo saqué, cuando lo levanté pues vi que estaba unido por la parte de abajo por donde se suele enchufar la batería, tenía unos cables, que esos cables iban directos a la mochila y, al mirar a la mochila, pues vi que había una especie de paquete envuelto con plástico y que esos cables iban unidos allí.

...

MINISTERIO FISCAL:Interesa se le muestre el folio 1748 de la causa ... Recuerda si ésa era la bolsa que usted…que usted encontró?

TESTIGO: Sí, sí la recuerdo.

Y, después, el agente nº 79046:

MINISTERIO FISCAL:Por la noche ha dicho usted que….que entra a trabajar sobre las 9 y media, las 10, cuando se incorpora a su trabajo, le encomendaron hacer algo en particular?

TESTIGO: Sí. Confeccionar una lista de efectos que se habían recuperado del tren de El Pozo que había hecho explosión.

...

MINISTERIO FISCAL: ¿Recuerda a qué hora empezaron a realizar esa relación de efectos?

TESTIGO: Sí, pues serían aproximadamente las 10, 10 y 10 de la noche.

...

MINISTERIO FISCAL: Recuerda a qué hora se pudo hallar esta bolsa que posteriormente se comprobó que tenía un artefacto?

TESTIGO: Pues serían aproximadamente las 2 menos cuarto de la mañana.

...

MINISTERIO FISCAL: Vio usted lo que había en su interior?

TESTIGO: Sí. Una vez que abrió mi compañera la bolsa, me acerqué a ver lo que había dentro.

MINISTERIO FISCAL: Qué es lo que vio?

TESTIGO: Yo vi cuando mi compañera abre la bolsa, extrae un teléfono móvil del cual parten unos cables. En ese momento, pues prácticamente de un salto, me voy hacia el lugar donde ella estaba; ella volvió a dejar el teléfono en su lugar y es cuando veo que en el interior hay un teléfono móvil, del cual partían dos cables….

MINISTERIO FISCAL:De qué color?

TESTIGO: Eh…uno rojo y uno azul, hacia una bolsa de basura de color azul claro, la cual estaba marcada con un número, con el 5, si no recuerdo mal.

Es decir, ambos agentes están básicamente de acuerdo. Sobre las 22 horas del día 11 se comenzó a revisar, encargándose de la mitad, más o menos de los bultos, que uno de los dos agentes examinaba, dictando al compañero los objetos que iba extrayendo. Además de hacer inventario, parece ser que estaban atentos a la posible aparición de documentación, o información que pudiera identificar a los dueños. Sobre las 01,45 H de la mañana se produjo el hallazgo del artefacto explosivo.

Aquí debo apuntar un detalle que me llama la atención. Los agentes que realizaban el escrutinio (cuatro) trabajaron de firme durante unas tres horas y media, aproximadamente, abriendo paquetes, examinándolos y anotándolos, para no llegar a examinar ni la mitad de los bultos. ¿Cuánto tiempo hubieran necesitado los TEDAX que, según declararon, para alborozo conspiranoico, habían examinado concienzudamente los bultos de la Estación de "El Pozo" (los mismos bultos)? Si bien puede argumentarse que los agentes de la Policía Nacional tenían que abrir las carteras de documentos para comprobar si había información sobre la identidad de los dueños, y debían anotar en el ordenador los objetos encontrados, por otro lado los TEDAX debían, por lógica y sentido de la supervivencia, abrir los paquetes con muchísima mayor prudencia, y además debieron comprobar los objetos, no sólo apilados en un mismo montón, sino también desperdigados en los trenes. Y, además, en la Comisaría de Puente de Vallecas el examen no había concluido, ni mucho menos, cuando se detuvo por la aparición de la bomba. ¿Cuánto hubiera necesitado para ser concluido? ¿Seis o siete horas?

No parece razonable que el donoso escrutinio que los TEDAX hicieron de los objetos de "El Pozo" les lleve mucho menos tiempo que el realizado en "Puente de Vallecas". A no ser que el escrutinio no haya sido tan exhaustivo, claro.

Según la declaración de los TEDAX nº 65255 y 54868, llegaron a la estación a las 8'45 a 9'00 de la mañana. Según las declaraciones de Miguel Ángel Álvarez y Rodolfo Ruiz, sobre las 14'00 todo había terminado, sin poder precisar exactamente cuánto tiempo hacía que los TEDAX habían abandonado el lugar. Por lo tanto, en un plazo de cinco horas (como máximo, que bien pudieron ser tres o cuatro) los TEDAX se hicieron cargo de la mochila que había sido descubierta antes y que contenía un explosivo, la examinaron, desalojaron la estación, neutralizaron la bomba, entraron a los trenes, sacaron los bultos que quedaban, revisaron los vagones "de adelante atrás y de atrás adelante", y luego, según su declaración, examinaron los bultos del andén.

¿Cuánto tiempo les quedó para revisar el andén? Tengamos en cuenta que en estas circunstancias hay que andar con pies de plomo, no se puede "examinar" un bulto sospechoso golpeándolo contra un poste, ni comenzar a manejar un explosivo hasta que todo el mundo, todo, esté fuera del lugar.

Como anécdota curiosa y significativa, no está de más recordar que, según el relato de Miguel Ángel Álvarez en la instancia antes mencionada, la aguerrida Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, "cuando restaban escasos minutos" para que "explosionase la citada bomba" se saltó los "cinturones de seguridad" "a bordo de su vehículo oficial".

Es decir, el perímetro de seguridad estaba a bastante distancia del centro de la explosión, como es lógico. El desalojo había sido llevado a cabo bastante tiempo antes de la desactivación, como es normal. La entrada de la pimpante Presidenta con sus muchachos tuvo que retrasar durante bastantes minutos la actuación de los TEDAX. Y es probable que no fuera la única, si conocemos un poco la idiosincrasia de nuestros personajes, siempre atentos a conseguir un valioso recuerdo, una curiosa foto, o ujn video valioso para enviar a los programas de "Videos de Primera".

Parece poco probable que tuvieran tiempo suficiente para realizar una exploración exhaustiva con la que poder afirmar, sin lugar a dudas que no había ninguna otra bomba en la Estación de "El Pozo". Ciertamente, en sus declaraciones iniciales (v. Auto de Procesamiento p. 55) no afirmaron que lo hubieran hecho, aunque eso no quiera decir nada, pues se centraron fundamentalmente en la mochila desactivada sobre la propia estación.

Ya hemos comentado que durante el juicio no contradijeron en ningún momento que la mochila "de Vallecas" proviniese de "El Pozo". Es más; es significativo que, cuando se les informó, aquella misma noche, que había aparecido otra mochila con explosivo que venía de dicha estación, no mostraron ninguna extrañeza, no protestaron la imposibilidad del hecho, y asumieron que debía llevar el mismo explosivo que la mochila que habían desactivado en el lugar de los atentados. Volviendo a la declaración de los TEDAX, el nº 65255 dice:

Ministerio Fiscal: ¿Quién le informó en la comisaría que los efectos estaban recogidos en la estación de El Pozo?

Testigo: Creo que los propios compañeros de allí.

Ministerio Fiscal: Una vez que comprueba usted la bolsa y el contenido de la bolsa, según su compañero que ha declarado anteriormente, que le...

Testigo: Sí.

Ministerio Fiscal: ... que dijo que le echara un vistazo, ¿Qué hicieron?

Testigo: Pues, de momento... desalojar aquéllo. Y luego, pues empezar a hablar entre los tres que estábamos. A ver qué íbamos a hacer. Porque tal como había
pasado por la mañana
... eso estaba... se supone que estaba cebado.

Obsérvese que no dice "por si las moscas", o "no se puede fiar uno de nada". Dice que "hay que suponer que está cebado". por lo que "había pasado por la mañana". O sea, no tiene ninguna duda de que esa mochila pueda provenir de donde le afirman que proviene, de la estación de "El Pozo". No se le pasa por la imaginación que pueda ser una mochila falsa, colocada por los chicos de la Comisaría, ni les grita indignado que esa mochila no puede haber venido de "El Pozo" porque ellos revisaron todos los bultos.

Bien, el caso es que los agentes encuentran la mochila; sus superiores no se encuentran allí; tanto Rodolfo Ruiz como Miguel A. Álvarez se encuentran descansando, como ya hemos dicho antes. pero ambos son avisados y, como es lógico, ordenaron alertar al resto de los servicios policiales, (según el Comisario Ruiz, cuando él llegó a su comisaría, se encontraban "el Comisario General de Seguridad Ciudadana, con el Comisario Jefe de la Unidad de los TEDAX y otros compañeros"), especialmente a los TEDAX, que procedieron a la desactivación del explosivo, como veremos en una entrada posterior.

Hemos visto, pues, cómo el viaje de la Mochila de Vallecas no es, ni mucho menos, fruto de la traición ni de la conspiración por introducir pruebas falsas en el caso. Existe, descoordinación, cierto, pero es el intento de hacer las cosas bien, y la desconexión con los mandos naturales que muchas veces hizo que subalternos tomasen decisiones, con la mejor voluntad del mundo, lo que ocasionó el extravagante periplo de la mochila.

Sólo la declaración de los TEDAX de haber explorado los bvultos del andén puede arrojar una duda. Pero si nos damos cuenta de que, en un primer momento no lo declararon, de que sólo tras el testimonio de Cáceres Vadillo (que no estuvo allí) afirmándolo, ellos arroparon a su jefe, del escaso tiempo que dispusieron para abrir y explorar los bultos, y que en ningún momento los TEDAX se sorprendieron de que hubiera aparecido una mochila en los bultos anteriormente revisados, todo hace pensar en que el escrutinio, si se hizo, no pudo ser muy a fondo. Y así lo interpretaron los distintos Tribunales, dando la prueba por válida

lunes, 6 de abril de 2009

LA MOCHILA VIAJERA (VI) ¿POR QUÉ NO FUE A DECLARAR EL INSPECTOR JEFE MIGUEL ÁNGEL ÁLVAREZ?

Eso... ¿por qué no fue a declarar?


Hemos visto en una entrada anterior que la instancia del Inspector Jefe Miguel A. Álvarez despierta sospechas de presentar la actuación de su autor de una manera "photoshopeada", esto es, embelleciendo sus aciertos, y escondiendo sus errores o su actuación en algunos fallos que no fueron, en realidad, responsabilidad suya.

De hecho, lamento profundamente cargar las tintas contra el Inspector Álvarez. Es un buen policía, y cumplió su trabajo durante aquel día tan difícil para todos. Lo que pasa es que, según mi opinión, posiblemente tuvo algunos fallos, nada importantes, pero que trató de cubrir de la manera que mejor pudo, cometiendo, parece ser, algunas trapacerías. Luego no se dio por satisfecho con la recompensa obtenida, y redactó una instancia para reclamar lo que él consideraba justo.

Cosas como ésta ocurren mil veces, estoy convencido, en el trabajo diario de la Policía. Y nunca salen a la luz pública. Una cosa cambió, sin embargo en este atentado. Se cuestionó la labor de la Polcía, no de una manera sana, sino con una malevolencia como nunca se había cuestionado. Y, por desgracia, me temo que para limpiar la labor de otros policías, se cayeron los manejos del Inspector Jefe.

Ha quedado ya explicado en la segunda parte de esta serie la aventura de la instancia y de la declaración ante Del Olmo.

En la instancia acreditaba una serie de méritos, bien con el fin de solicitar una medalla, bien para protestar por no habérsele concedido la condecoración a que creía ser merecedor, o defenderse por lo que creía que había sido una acusación encubierta de no haber hecho bien las cosas. Dicha instancia, según y como fuera leída, podía hacer entender que la cadena de custodia de la "Mochila de Vallecas" se había roto en el viaje a la Comisaría Villa de Vallecas, luego a Puente de Vallecas, IFEMA y vuelta a Puente de Vallecas.

En las entradas anteriores, hemos ido repasando las declaraciones de los Policías que cargaron con los bolsones y los llevaron de aquí para allá, hemos leído la declaración ante Del Olmo del propio Inspector Jefe Álvarez, en la que afirma no poner en duda la cadena de custodia de la mochila (sólo afirma no poder hacerse reponsable personalmente de ella, y está en su derecho) y hemos visto que, tanto el Juez Instructor, (Pgs. 55 y ss) como la Audiencia Nacional, (Pg 515 y ss) como el Tribunal Supremo, (Pg 638) han considerado esta prueba válida.

Recibida la instancia por sus superiores, éstos no dieron importancia a lo que juzgaron era una protesta redactada en un momento de disgusto y rencor. No consideraron rota la cadena de custodia, y en realidad, no afirmaba eso el Inspector Álvarez, como hemos dicho. Se limitó a decir que no se responsablizaba del periplo de la Mochila, que según él había sido mandada a IFEMA contra sus órdenes. Hay al menos dos testimonios que sitúan a Miguel Ángel Álvarez en Puente de Vallecas, cuando las mochilas, tras ser devueltas de Vila de Vallecas, se encaminaron hacia IFEMA.

Un punto menor, también citado: dado que entonces (sobre las 17'30 del día 11 de Marzo) no existía ninguna sospecha de la existencia de explosivos en las mochilas de "El Pozo" (en realidad, podía asumirse que no las hubiera, dado el trajín sufrido sin que hubiera habido detonación) el tema de la equivocación en el lugar de custodia de las mochilas es un tema menor. ¿Por qué Álvarez, cuando dice haber descubierto el fallo, no se lo comunica a sus superiores policiales, o a la juez Bustos, que era quien había dado las órdenes en "El Pozo"?

Todo hace pensar que precisamente por eso. Según la Comisaría de Puente de Vallecas, la juez Bustos se había acercado hasta allí y preguntó por los bultos. Fue entonces cuando le dijeron que se había cometido un error, y Bustos ordenó que se reclamaran. ¿No parece posible que Álvarez hiciese esa llamada a Del Olmo (Bustos, y su Comisario, sabían que el Inspector no podía alegar desconocimiento) para curarse en salud, para cubrirse?

De modo que, en el fondo, los superiores de Álvarez tenían razón, ya que ni la cadena de custodia no había sido rota, ni la instancia que tenían en sus manos no afirmaba eso; y por otro lado había ciertas dudas de que toda la historia de Miguel Ángel Álvarez resistiera una investigación judicial, en caso de remitir su instancia a Del Olmo. De hecho, remitir todo este asunto al juez del Olmo podía ocasionarle disgustos al veterano policía (como, posiblemente, así ha sido, pese a que entre sus mandos policiales, de cara a la opinión pública, no se ha visto intención de perjudicarle)

Sin embargo, llegada la información a manos del Juez Instructor Juan del Olmo (según "El Mundo", gracias a su periódico), y convenientemente espoleada por los medios conspiracionistas, la instancia de Álvarez se convirtió en un caballo de batalla para los conspiracionistas, que soñaron con hacerlo caballo de Troya para burlar las defensas de la "Versión oficial".

Por supuesto, nadie debe creer que "El Mundo" se preocupa por la suerte del Inspector Jefe o la condecoración obtenida; lo único que ellos buscaban es una herramienta que les permitiera poner en duda cualquiera de las pruebas que pacientemente iba descubriendo el Juez del Olmo, aunque para ello tuvieran que presentar una noticia de manera capciosa, o desinformar a los lectores.

Y, de hecho, una vez comprobada que la historia de Álvarez no servía a sus fines, la dejan caer. Exprimen todo lo que pueden el zumo conspiracionista, pero no se preocupan de explicar a sus lectores que el Inspector sabía que los bultos habían ido a IFEMA, o de preguntarse por qué llama directamente a Del Olmo en lugar de a Bustos, o a sus superiores. Por no hablar de preocuparse de no presentar a sus lectores el contenido entero de la instancia, que en algunos pasajes, fundamentalmente los que hablan de la protección de Esperanza Aguirre, o del paso de Álvarez varias veces por delante de la mochila, producen una cierta vergüenza ajena.

Con todo, el diario "El Mundo" publicó a mediados del juicio un editorial y un artículo quejándose de que nadie hubiera llamado a declarar a su testigo estrella.

Increíblemente, y mira que ya cansa usar esta palabra aplicada a "El Mundo", el artículo subtitulaba así: "La fiscal no pidió la comparecencia del inspector Alvarez y la acusación que representa a la asociación de Pilar Manjón renunció a su testimonio" como si fuese culpa de una (la Fiscalía) y otra (la Asociación de Pilar Manjón) que no fuese llamado a declarar dicho testigo. En el editorial, al menos, se coscorroneaba a los abogados defensores, a quienes se acusaba de "escasa preparación" (aunque sin nombrar qué "defensores", mirusté) y en ninguno de los dos casos se hacía mención a que el resto de asociaciones con Acusación particular, singularmente las que seguían sendas conspiracionistas, tanta o más razón tenían que la Asociación de Pilar Manjón en pedir su testimonio.

En realidad, la misión de la Fiscalía, pese a lo que cree la gente, no es acusar, ni ir contra el acusado. Podríamos definir su papel como el de "Defensor de la Verdad" y además debe estimular al juez para que se pidan las pruebas o se realicen los análisis necesarios para el esclarecimiento de la verdad. Así, la Fiscalía pedirá el archivo o sobreseimiento del caso si cree que el acusado es inocente.

Por lo tanto, la Fiscalia estaba obligado a pedir la declaración de Miguel Ángel Álvarez si creía que con ello iba a avanzarse en la solución del caso, tanto a favor como en contra de los detenidos. Y en realidad pidió la comparecencia del Inspector, en un primer momento.

¿Por qué luego la anuló? Creo haber demostrado en entradas anteriores y en ésta que en la historia que cuenta hay puntos oscuros que, si bien no provocaron un daño permanente a la investigación, sí ocasionaron retrasos y dilaciones. Averiguado el periplo de la Mochila de Vallecas, corregido el relato de Álvarez eliminando sus distorsiones, queda vacío de interés su testimonio, pues no puede argumentar contra la existencia de la prueba, pero tampoco es preciso su testimonio para asegurarla. Por lo tanto, su presencia en la sala no serviría para hacer avanzar el juicio, y sí para hacerle pasar un muy mal rato (o consecuencias peores) cuando saliera a la luz su dudoso relato de los hechos. Por eso, creo yo, no le llamó la Fiscalía.

Las Acusaciones Particulares, al menos las que hicieron honor a su título, tampoco podían sacar tajada de este testimonio. La cadena de custodia estaba asegurada por otros testigos, y llamarle a declarar sólo hubiera servido para dar muncición a los conspiracionistas para enredar las cosas más. Por ello la Asociación de Víctimas Afectados por el 11-M , de Pilar Manjón para entendernos, tras citarle inicialmente, imagino que siguió luego el consejo de renunciar a su testimonio.

Lo único que puede sorprendernos, al menos a priori, es que los abogados defensores no llamaran a defender Miguel Ángel Álvarez, que los conspiracionistas habian encumbrado como un héroe por escribir su instancia, y en quien habían depositado todas las esperanzas.

¿Qué podían perder los detenidos con esa declaración? Como mucho, Álvarez podía reiterar que esa mochila que recuerda haber visto en el andén es la que se desactivó luego. Pero eso no añade nada a la demostración de la cadena de custodia. Y, en cambio, si lo que nos dicen los conspiracionistas es cierto, puede poner una pica en Flandes contra la Versión Oficial. Los abogados no tenían nada que perder, y algo, bastante, que ganar.

¿Quiénes son los que "pierden la oportunidad" de llamar a declarar a Álvarez? Los abogados defensores, desde luego, pero no sólo ellos,. Pese a los desmarques de "El Mundo" en sus páginas, no cabe duda de que existió flujo constante, como mínimo de información y documentación, entre los abogados defensores y los medios conspiracionistas como "El Mundo", Libertad Digital, Peones Negros y COPE. Hay serias dudas sobre la mano que financió alguno de los carísimos abogados de algunos de los detenidos. En los Foros abiertos al público en general de Libertad Digital se colgaron contantes y continuas llamadas a preparar preguntas para los abogados defensores, y una conocida miembro de Peones Negros publicó en un Foro de abogados un ofrecimiento, en su nombre y en el de...

"un grupo variopinto de personas que llevan meses estudiando los cuatro primeros tomos del Sumario y los Autos dictados por SSª Ilma. señor del Olmo"

...de ayuda, consistente en...

..."documentación que puede ayudaros: los informáticos han trabajado en los textos de forma que puedan introducirse búsquedas y agilizar el trabajo. Tenemos fotografías, análisis de los informes periciales, documentación complementaria de medios de comunicación, estudios científicos sobre diversas áreas...

Dada la situación, los Abogados que estamos integrados en el Blog y el Fondo Documental, hemos propuesto ofreceros todo lo que tenemos y el todo lo que esté en nuestras manos, para ayudaros en vuestro trabajo."

Si esto es lo que publicaron de cara al público... ¿cuánto más llegaríamos a saber de las relaciones de los citados medios con los [entonces] presuntos terroristas, si conociéramos la información contenida en foros secretos, o que no está en Internet?

Por tanto, si no se llamó a declarar a Miguel Ángel Álvarez, no pudo ser un despiste de uno o varios abogados defensores. Las relaciones con "El Mundo", COPE, Libertad Digital y Peones Negros & Cia hacen imposible creer que nadie, nadie, haya caido en la cuenta y avisado a quien se debía. Tenemos, pues, que buscar otra explicación.

¿No será que no les interesaba?

Analizando las cosas fríamente, una declaración del Inspector Jefe Álvarez tenía pocos visos de resultar útil a los acusados. Él mismo había declarado ya que no ponía en juicio la cadena de custodia, y por otro lado su testimonio podía ser desacreditado completamente con los testigos que podían afirmar haberle visto entre quienes mandaron los bultos a IFEMA, y con esa especie de semi-insubordinación que supone haber llamado al Juez del Olmo en lugar de comunicárselo a sus superiores (los conspiracionistas aprovecharon ésto para insinuar que no se fiaba de sus superiores, pero el propio Álvarez negó ésto ¿qué motivos podría alegar, pues?)

En cambio, un Inspector Jefe Álvarez cuya declaración no hubiese sido desacreditada públicamente, por no haber sido llamado a declarar, ha dado más juego a los conspiracionistas. Aún en el día de hoy, leemos en el blog de Luis Del Pino, escuchamos en "La Mañana" de Federico Jiménez Losantos, y encontramos en artículos puntuales en "El Mundo" referencias al "inspector que asegura que la mochila de Vallecas se perdió durante dos horas" y "que no reconoció la mochila".

Con una bonificación: el no haber sido llamado a declarar, junto con el actual desconocimiento sobre su paradero, les sirve para hablar de "oscuras maniobras destinadas a silenciar su testimonio" y a "represalias", cosas que no podrían mantenerse (al menos no si no tienes la cara de cemento) de haberse conocido los puntos débiles de la historia de M.A. Álvarez.

Actualmente no sé qué ha sido de él. Leí en algún sitio que se había ido de la policía "por resquemor".

Francamente, no creo que haya sido por resquemor. Quizás una salida pactada haya sido lo que más se acerca a la verdad.

miércoles, 1 de abril de 2009

LA MOCHILA VIAJERA (V): DE CÓMO VOLVIÓ A LA COMISARÍA, Y DE LA UBICUIDAD DE ÁLVAREZ

Vamos a seguir avanzando en la peripecia de la Mochila de Vallecas. Como habíamos dicho en entradas anteriores, la juez Josefa Bustos, del juzgado nº 49 de Madrid, había ordenado que los efectos personales de los pasajeros del tren destruido en "El Pozo" fueran concentrados en la "Comisaría de Vallecas", textualmente, lo cual condujo a una confusión, al no diferenciar entre "Puente de Vallecas" o "Villa de Vallecas".

Según declara Rodolfo Ruiz, Comisario de "Comisaría de Puente de Vallecas"...

...estábamos sobre el medio día, en torno a las dos de la tarde, o dos y pico, del día 11... en las inmediaciones de la Estacion del Pozo del Tio Raimundo, en un descampado que hay…estábamos el Comisario General de Seguridad Ciudadana, el comisario zonal, estaba un inspector jefe de la comisaria de Vallecas y yo..."

... y, bien por no haber sido informados del lugar donde llevar los objetos, bien por la ambigüedad ya citada, decidieron remitir los objetos a la "Comisaría de Villa de Vallecas".

Rodolfo Ruiz, en su declaración, nos cuenta que él, al menos, no sabía que existían unas órdenes de la juez para llevar los objetos a un lugar determinado...

GÓMEZ BERMÚDEZ: Nadie le informó que por la mañana la Juez del 49 de Madrid había dado esa orden específica, que se llevaran a la comisaría de Puente de Vallecas….A la de Puente de Vallecas

TESTIGO: No, no…Nadie me informó

...sin embargo el Inspector Jefe Miguel Ángel Álvarez declara, en su instancia y ante el Juez del Olmo, actuar por orden de la Autoridad judicial, a la que dice haber sido el primero en atender, y declara haber recibido, y dado órdenes, para que los objetos fueran trasladados, "por órdenes de la Superioridad", a la Comisaría "Villa de Vallecas"

El Comisario Santiago Cuadro, de Seguridad Ciudadana, también presente en la discusión, no fue interrogado sobre este punto, de importancia menor ciertamente, ni durante su comparecencia ante la Comisión de Investigación por el 11-M, ni durante el Juicio.

Los agentes comisionados por el Inspector Álvarez fueron con sus furgonetas a la Comisaría "Villa de Vallecas". Allí, el agente que comandaba la expedición habló con el Jefe de la Guardia que, dado que nadie le había avisado de la llegada, se negó a recibir el envío. Tampoco parece extraño, en un día como aquel, que un Comisario o un Inspector se niegue a acoger en su Comisaría unos bultos sospechosos de los que nadie ha comunicado su llegada. Por mucho uniforme que lleve quien los porte.

¿Dónde ir con los bultos? Según el agente 24420...

entonces el encargado de esa Comisaría le dice al dicente que no pueden dejar las bolsas allí, que las llevasen a su Comisaría de Puente de Vallecas.

Desde la Comisaría del Distrito de (Villa de) Vallecas se dirigen a la Comisaría de Puente de Vallecas. (Pg 63 del A. procesamiento)

Esta declaración fue ratificada en el Juicio oral. Parece un poco extraño que el agente no intentase contactar con el Inspector Jefe Álvarez, de quien había recibido las órdenes, pero aunque lo hubiese intentado por telefonía móvil o por la radio de la Policía, tal vez no lo hubiese conseguido, pues en aquella mañana los recursos de comunicación estaban colapsados. En todo caso las dos únicas opciones eran volver a "El Pozo" o ir a su comisaría (donde también pertenecía Álvarez), a presentarse ante sus superiores

Consta en la declaración del agente 24420, respaldada por sus compañeros, que sólo bajó él del vehículo durante la brevísima estancia en "Villa de Vallecas", que no se abrieron los portones de la furgoneta ni se bajaron bolsas, y que éstas siempre estuvieron bajo la vigilancia de los demás agentes.

China, chana, los Policías Nacionales llegaron a la Comisaría "Puente de Vallecas". Allí, según el agente 24420...

Al llegar a la Comisaria de Puente de Vallecas, y en el exterior de la Comisaría, se encuentra el Comisario-Jefe de la Comisaría y el Inspector-Jefe Don Miguel Ángel Álvarez, y les dice el dicente que en la Comisaría de Villa de Vallecas no pudieron dejar los bolsones, habiéndole indicado que los llevaran a la Comisaría de Puente de Vallecas y entonces tanto el Comisario-Jefe de la Comisaría como el Inspector le ordenaron al dicente que los efectos había que llevarlos al IFEMA.

Y al ser interrogado en la Vista Oral, dijo...

Ministerio Fiscal: Cuando ustedes llegaron a la comisaría del Puente de Vallecas, ¿qué ocurrió?

Testigo: Pues aparcamos en el aparcamiento que tenemos enfrente a la comisaría
y en ese momento acababan de llegar el inspector jefe del grupo de investigación, y el comisario, que son los que me habían ordenado el traslado de los bolsos, y se lo comenté, que no me lo habían admitido en comisaría de Villa y que qué se hacía con eso. Y entonces me ordenaron…

Ministerio Fiscal: ¿Qué órdenes recibió?

Testigo: Pues que se llevasen al IFEMA, pero yo… a partir de ahí ya no sé nada porque me relevaron de mi puesto.

Curiosidad: debido a las siguientes frases hubo una pequeña confusión, pues el testigo parece negar que el Inspector Jefe Álvarez le haya ordenado ir a IFEMA.

Ministerio Fiscal: Bien, pero, ¿la orden la recibió usted tanto del comisario jefe de la comisaría como del inspector Álvarez?

Testigo: No.

Ministerio Fiscal: ¿Qué…?

Testigo: La recibí de mi jefe natural de mi grupo. Que estaba en las tareas de la comisaría y me dijo que yo me quedase allí para supervisar otros servicios del distrito. Que para ir al IFEMA, mandó a otro en mi lugar.

La orden que dio el "jefe natural" no es la de ir a IFEMA. Es la de quedarse en la Comisaría. El Comisario, Rodolfo Ruiz, y el Inspector Jefe Álvarez han ordenado que se lleven los objetos a IFEMA. Dado que se precisan agentes para patrullar y el testigo conoce muy bien la zona, el "jefe natural" del agente nº 24420 (que no es ni Rodolfo Ruiz ni Miguel A. Álvarez) le ordena que se quede allí, enviando a otro en su lugar.

Así lo recoge también la Sentencia de la Audiencia Nacional:

Una vez de regreso en el lugar del que habían salido, en torno a las 15 horas, el comisario jefe de la comisaría -número 14296- que estaba en compañía de un inspector de apellido Alvarez, les mandó que llevaran los efectos a IFEMA, hacia donde partieron ya avanzada la tarde los mismos funcionarios, salvo el número 24420, que fue relevado por el número 87843 y otro agente, que lo fue por el número 88941.
El Comisario Rodolfo Ruiz fue también interrogado sobre quién mandó llevar los efectos a IFEMA. Efectivamente, él dio la orden, pero fue debido a una comunicación, cree que emitida por la emisora de la Policía, pero de parte de la Autoridad Judicial:

Y creo que cuando las estaban llevando a Villa de Vallecas, o las estaban descargando o se estaba empezando, me lo comentaron después…se debió recibir un comunicado, a través de la emisora nuestra, de la emisora policial, el cual decia que por orden de la superioridad se trasladaban todos los objetos que se habían recogido de los diferentes lugares donde de habían cometido los atentados, en los cuatro lugares de los atentados, al Ifema.
Comunicados como el que cita el Comisario se escucharon, efectivamente. Aproximadamente a la hora en que Rodolfo Ruiz dice haber escuchado esas instrucciones, Jorge Zurita Bayona, Comisario del Cuerpo Nacional de Policía, Jefe de Coordinación y Apoyo Técnico de la División de Formación y Perfeccionamiento (¡buf, un momento que respire!) llamaba al Jefe de Sala del 091...
A las 15:45 hablo con el Jefe de Sala 091, siguiendo instrucciones del Juez de Guardia, para comunicarles que si desde algún Hospital preguntan sobre lo qué hay que hacer con las personas que hayan fallecido en los centros sanitarios, se les informe que tienen que ser trasladados al Pabellón n° 6 de Ifema. y que el cadáver debe de ir acompañado de los efectos personales, datos sobre su identidad, lugar de atentado desde donde fue evacuado y nombre del hospital que lo remite. (Pg 827, 144 del Tomo 4)
No parece nada raro que quien haya escuchado ésto se haya fijado en la orden de remitir todos a IFEMA, sin percatarse de que se está hablando exclusivamente de cadáveres.

Se habrán fijado que el agente 24420 y la Sentencia dicen que el Inspector Miguel Ángel Álvarez acompañaba a Rodolfo Ruiz cuando se enviaron los objetos de "El Pozo" a IFEMA. Nada hay que reprochar en ello. Aunque luego se confirmó que había sido un error, Álvarez puede confundirse, como cualquiera, y aquí el error (primero mandar los objetos a "Villa de Vallecas", luego a IFEMA) no es responsabilidad exclusiva suya; otros mandos policiales estaban con él cuando se tomó la decisión.

Pero ¿por qué dice, en su ya mítica instancia ...

...Ante la sorpresa del Funcionario que suscribe dichos objetos y efectos son llevados al Parque Ferial Juan Carlos I, donde se encontraban el resto de objetos y efectos de los otros lugares siniestrados por cuyo motivo se pone en conocimiento del Magistrado Juez del Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional dicha anomalía...

... si había estado presente cuando los objetos se mandaron allí? Curioso personaje, este Álvarez. Se pone delante de todos en la Estación de "El Pozo", tratando de destacar sobre los demás, y se eclipsa misteriosamente ante la Comisaría Puente de Vallecas. Y la cosa no para aquí, como verán luego...

Continuando con el viaje de los bolsones, los policías marcharon de Puente de Vallecas a IFEMA. Han declarado, como ya queda dicho, que no se bajó ni subió ningún bulto desde El Pozo hasta IFEMA, incluyendo las dos paradas realizadas en las Comisarías de Vallecas.

En IFEMA, según la Sentencia (Pg 182)...

los efectos fueron depositados en el pabellón 6, a la derecha de la entrada, en un lugar acotado junto a un muro, con un cartel que indicaba su procedencia, quedando bajo la custodia de la Unidad de Intervención Policial.

Contamos con las declaraciones de varios de los agentes que trasladaron los efectos a IFEMA para demostrar que no se produjo ninguna alteración de la cadena de custodia: el agente nº 87.407 (Auto de Procesamiento, Pg 61), el nº 87.141 (Auto de Procesamiento, Pg 62) el nº 87.843 (Auto de Procesamiento, Pg 64, y vista oral), agente 87.750 (Auto de Procesamiento, Pg 65), nº 89.324 (Auto de Procesamiento, Pg 66-7 y vista oral), nº 88.941 (Auto de Procesamiento, Pg 67), y nº 88-659 (Auto de Procesamiento, Pg 64-5, y vista oral)

Dado el número de testimonios, se hace imposible detallarlos aquí, pero hay que destacar la práctica coincidencia de los aspectos relevantes de las diferentes historias. No se producen contradicciones entre los agentes respecto a los hechos narrados; lógicamente, algunos testigos recuerdan más cosas que otros y, singularmente, un agente, el 87.843, recordó la tarea cumplida de manera diferente en sus dos declaraciones, aunque también advirtió que no lo recordaba bien por el tiempo transcurrido.

En resumen, todos están de acuerdo que se hizo el viaje a IFEMA, al pabellón 6, donde les recibió un jefe de la Policía Científica, que se hizo cargo de los objetos, ordenándoles que los dejaran a la drecha de la entrada, contra una pared, que hasta ese momento estaba vacía. Se puso una cinta de precinto policial, y tanto los controles de acceso y salida al lugar, como la vigilancia policial, que llevaban a cabo miembros de la Unidad de Intervención Policial, garantizan que nadie depositó una bolsa azul de diez kilos de peso cargado de explosivo. También declaran que, al recogerlos, los objetos estaban en la misma situación que al dejarlos.

Quiero, además, hacer notar un punto, y es que un terrorista, o un conspirador, salvo que sea un fanático dispuesto a suicidarse (y según los conspiracionistas, desde luego sus sospechosos no lo son), trata de organizar los hechos para intentar no ser descubierto, y salir con bien. En este caso, un plan que incluyese tratar de colocar una mochila falsa de explosivos a través de los controles y la vigilancia de la UIP es prácticamente irrealizable; contaría con 100 posibilidades contra 1 de fracasar, ser descubierto, y llevar al traste con todo el plan. En este caso, 100 posibilidades contra 1 de que los policías de las "cloacas" y quienes les patrocinan fueran descubiertos, arrestados, y si algún partido político hubiese detrás, ocasionaría su hundimiento por los siglos de los siglos.

Colocados los objetos en IFEMA por un error, toca ahora decubrir cómo se desfizo ese entuerto.

La Sentencia dice...

Esa misma tarde, el comisario de la Comisaría de Puente de Vallecas se enteró de que la Juez del Juzgado de instrucción núm. 49 de Madrid, que estaba auxiliando en el levantamiento de cadáveres y en la recogida de vestigios y efectos al Juzgado Central de Instrucción número 6, había ordenado que los efectos se depositaran en la Comisaría de Puente de Vallecas y no en IFEMA por lo que, ya de noche, fueron recogidos los efectos de IFEMA y llevados a la comisaría.

La declaración del propio Comisario especifica un poco más.

Y entonces, por la tarde, según me informan a mi, la Juez de guardia, que estaba por allí, o había vuelto, preguntó por las bolsas, unas bolsas muy grandes, de estas de color negro, del servicio de limpieza, donde se depositaron todos los objetos… Preguntó por ellas, y le dijeron que estaban en el Ifema…Entonces la señora Jueza pues fue la que dijo: "No, No… estas bolsas hay que llevarlas a la comisaría de Puente de Vallecas." Entonces, cuando llegaron a Puente de Vallecas, esa circunstancia, como le he referido anteriormente, se le comunico al Sr. del Olmo, que fue quien dispuso…quien ordenó que se hiciera un inventario y que una vez que se terminara el inventario, pues se le remitiera por fax a su juzgado, al fax de su juzgado.

Es decir, la Juez Bustos, en el recorrido que hizo por los escenarios de la tragedia y los centros donde podían encontrarse testigos o pruebas importantes para la investigación, visitó "Puente de Vallecas", y al ser informada de que las bolsas de "El Pozo" no estaban allí, como ella creía, ordenó que se devolvieran a la Comisaría. Bien por orden de la propia juez Bustos, bien por propia iniciativa del Comisario, cuando llegaron allí se comunicó el hecho al juez que centralizaba toda la instrucción, Juan del Olmo, quien ordenó realizar un inventario. Pero de ello nos ocuparemos en una posterior entrada.

La secuencia de hechos relatada en la sentencia, que coincide con la que cuenta el Comisario de Puente de Vallecas, es diferente de la que el inefable Inspector Miguel Ángel Álvarez ofrece en su ya conocida instancia...

Ante la sorpresa del Funcionario que suscribe dichos objetos y efectos son llevados al Parque Ferial Juan Carlos I, donde se encontraban el resto de objetos y efectos de los otros lugares siniestrados por cuyo motivo se pone en conocimiento del Magistrado Juez del Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional dicha anomalía, disponiendo la Autoridad Judicial que los objetos y efectos recogidos en la Estación de Ferrocarril de El Pozo sean llevados a la Comisaria de Policía de Puente de Vallecas.

... y posteriormente en su declaración ante el juez Del Olmo:

Que el dicente tiene conocimiento que las furgonetas, en lugar de dirigirse a la Comisaría de la Villa de Vallecas se dirigen al IFEMA, como a las 17.30 horas. Ya que la Sala del 091 había ordenado que se llevaran a ese lugar.

Que el dicente volvió a Comisaría sobre las 16.10 horas. Que desde que salen las furgonetas de El Pozo hasta que el dicente se entera de que las furgonetas han ido al IFEMA pasaron como 2 horas, y en ese momento se pone en contacto con el Magistrado-Juez (del Juzgado Central de Instrucción N° 6) para comentarle lo que había pasado; el dicente dejó de ver las furgonetas durante toda la tarde, desde que éstas salen de El Pozo hasta que las vuelve a recepcionar en la Comisaría (de Puente de Vallecas).

¿Cuál de las dos versiones es la verdadera? ¿Son las dos ciertas? Podría ser cierto que Álvarez fuera el primero que se diera cuenta del error, llamara al juez del Olmo, éste avisara a su vez a la juez Bustos, quien se desplazara a la Comisaría para comprobar que no se habían llevado allí las bolsas de "El Pozo" y ordenara su repatriación.

Posible... pero muy improbable. ¿Para qué montar tal chocolate? Es muy probable que Álvarez llamase en efecto a Del Olmo, pues es difícil de creer que lo declare así ante el propio instructor si no fuera cierto, pero no es creíble que de esa llamada se derive la visita de Bustos a Puente de Vallecas. Del Olmo hubiera dado la orden de volver a traer los paquetes, directamente, sin intermediarios

No. Seguramente, ambas versiones no pueden ser combinadas. Y, en ese caso, la versión de Álvarez hace aguas. Sobre todo porque todo hace pensar que él estaba, con el Comisario Ruiz, en la Comisaría "Puente de Vallecas" cuando llegaron los agentes que traían las Combi de "El Pozo", y estaba informado de su desvío al IFEMA.

En mi opinión (y ya sé que me estoy mojando mucho) es posible que la juez Bustos diera la orden de ir a recoger los objetos, y Álvarez, al descubrir su pifia de hace unas horas, cuando con Rodolfo Ruiz mandaron los objetos a IFEMA, tratara de cubrirla llamando a Del Olmo.

Así se explicaría otro enigma de aquella tarde. ¿Por qué, ante un error que en aquel momento (sin descubrirse el explosivo de la mochila) debía parecer menor y sin relevancia, Álvarez no contacta con sus superiores, ni siquiera con la juez que, según él mismo, le había dado instrucciones, sino que se lía la manta... y llama directamente al juez del Olmo?

Después del descubrimiento de los explosivos, sin duda el error podía tener capital importancia, pero a la hora en que Álvarez dice haber llamado a Del Olmo, tal equivocación, sin duda, no debía parecer más importante que las llamadas de falsas alarmas, u otros ejemplos de descoordinación que en gran número ocurren en las catástrofes. ¿Por qué saltarse la cadena de mando, si no es para justificarse, además de porque la juez Bustos era quien personalmente le había dado las órdenes que no se habían cumplido?

Lo cierto es que la historia del Inspector Álvarez hace pensar en esas atracciones de feria en las que un muñequito aparece a través de unos agujeros, ahora en uno, ahora en otro, para probar los reflejos del jugador en descubrir la cabeza que asoma y darle con un mazo. De la misma manera, en sus relatos, Miguel Ángel Álvarez se asoma y se esconde según le interesa, para arrogarse méritos o desviar hacia otros las culpas.

Todo hace pensar que, no realizando un mal trabajo, trató de embellecerlo en la famosa instancia de la que "El Mundo" y los conspiracionistas se hicieron eco, exagerando su papel en la organización de las ayudas en "El Pozo", escondiendo su papel en la equivocación que ocasionó que los bultos aparecieran en IFEMA, y reclamando otra vez un mérito que no le corresponde: el de caer en la cuenta del error (en el que él había tenido su parte) y subsanarlo.

No podemos asegurar que todo lo dicho en esta entrada sea cierto, pero sí es plausible: explica los hechos de manera lógica, y también se comprende el motivo de que el Inspector Jefe no fuera llamado a declarar. Si la instancia desvirtuaba descaradamente a su favor el papel del inspector en los hechos, una vez descubierto lo sucedido por el juez del Olmo, Álvarez puede ser merecedor de una reprensión, pero desde luego su testimonio prácticamente no tiene ningún interés, y puede llevarle a ser humillado públicamente...

Con buen criterio, no se pensó en citarle como testigo. Sólo la Asociación de Pilar Manjón lo citó en un primer momento, para desistir cuando se convencieron de la futilidad de su declaración.

En la próxima entrada comentaremos, específicamente, por qué no se le llamó a declarar.