(De capítulos anteriores: En la agenda de Carmen Toro aparece un número de teléfono al lado de la referencia "Manzano (Canillas)". Tal referencia pertenece a un policía de la UCIE que usa dicho alias, y no a Jesús Sánchez Manzano, que no tiene nada que ver. Sin embargo, al día siguiente "El Mundo" publica la noticia en portada, transformando todo en un "Agujero Negro", e involucrando a Sánchez Manzano) Para quien haya seguido regularmente la información sobre el 11-M no es ningún secreto a desvelar que detrás del nombre de "
Manzano" dado por un investigador de la UCIE se esconde
Antonio Jesús Parrilla Parrilla, que se ha hecho un pequeño nombre dentro de los Asuntos Internos policiales.
Así lo declaró, sin ir más lejos,
el imam "Cartagena" ante el Tribunal del 11-M, el
7 de marzo de 2007:
Testigo: Pues, primero, uno daba tantos nombres. No se acuerda del nombre que ha dado en el principio, y con los pocos meses, da otro. Da el nombre de Enrique, da nombre de Rubio, da nombre de Moreno. Y su identidad es Guillermo Moreno. Este es el jefe. Este es el más me chantajeaba y me amenazaba más. Había los que trabajaban con él. Uno que se llamaba Diego, y que posiblemente no es su nombre verdadero, pero bueno, él lo puede reconocer. Había otro que se llamaba José Luis, luego ha dado el nombre de Paco, luego ha dado el nombre de Josefino. Había otro que se llamaba Manzano. Manzano es Antonio Jesús Parrilla Parrilla. Y no me acuerdo de… había más, pero no me acuerdo de los nombres. Había Paco, también.
Bueno, no es que vayamos a presentar ahora a "Cartagena"por el Amo de la Credibilidad, pero en todo caso, el imam de Villaverde no hacía más que ratificar lo que ya se conocía:
Carmen Toro tenía escrito el nombre de «Manzano» porque Jesús Parrilla Parrilla, por entonces agente de la Unidad de Información Exterior, se lo facilitó cuando acompañó a Avilés al comisario Miguel Ángel Gamonal para entrevistar al ex minero José Emilio Suárez Trashorras, tras tener la Policía datos de que este individuo podría ser -como así resultó- quien abasteció de dinamita a Jamal Ahmidan, jefe operativo de la célula del 11-M.
Y que, por otro lado, el propio inspector Parrilla reconoció durante el juicio, sin que nadie, ni siquiera ninguna de las defensas y acusaciones particulares cuya línea de actuación se solapó, en muchas ocasiones, con la de "El Mundo", le pusiese pegas por "haber usado el apellido de un superior". . .
Defensa de Rabei Osman: ¿Con qué nombre le conocía a ud? Ud. dice que no les daban los nombres reales. ¿Con qué nombre le conocía Cartagena a ud.?
Testigo: Manzano.
Defensa de Rabei Osman: Manzano?
Testigo: Sí.
De hecho, nadie, lo que se dice nadie, le preguntó por las circunstancias en las que dio su número de teléfono a Carmen Toro, pese a lo inconcebible que parecía a la redacción de "El Mundo" tal proceder, al inicio de la investigación. Quizás nos sea dado comprender este cambio de actitud más adelante.
Pero volvamos atrás. Jesús Parrilla fue enviado, junto con el Comisario Gamonal, para interrogar a José Emilio Suárez Trashorras:
Bueno, el 16 por la mañana, a mi me llamaron al despacho del Jefe de Sección y del Instructor, me mostraron una nota informativa de la Jefatura del Tedax en la que ponía que por fuentes dignas de todo crédito y seguros y fiables los detonadores utilizados en las explosiones del 11M, habían salido de unas explotaciones mineras que la empresa Caolines de Merillés tiene en la zona cercana Cangas de Narcea y nos comisionaron para hacer gestiones, en concreto sobre esas explotaciones y todas las circunstancias que rodeaban …
En Asturias, para algunas averiguaciones, se unieron a ellos más funcionarios:
Ministerio Fiscal: Qué personas se reunieron, a parte del señor comisario y de usted, con los responsables de la empresa? Aparte de miembros del CNP desplazados de Madrid.
Testigo: El Jefe de la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Asturias, el Jefe del Grupo de Información de la Jefatura Superior de Asturias y una persona responsable del CNI y nosotros dos. Cinco.
Tenemos, pues, que en Marzo de 2004 el Inspector Parrilla, experto en terrorismo islámico (aunque, según parece, no fuera de lo que podríamos denominar "primera fila") es enviado a una delicada misión a Asturias. Esto indica un cierto grado de confianza de sus jefes en él. En realidad Parrilla no fue nombrado por sus superiores, sino por el Instructor de las Diligencias, pero en todo caso indica que la Superioridad no tiene ningún motivo para dudar de él. La posibilidad de que sus superiores desconfiaran de Parrilla, lo que podría justificar la presencia de un hombre del CNI en las entrevistas con los asturianos, fue explorada por la defensa de Rabei Osman:
Defensa de Rabei Osman: Ud hablo después de tener esas entrevistas, quiénes estaban presentes, quién estaban presentes en las entrevistas: ud., su compañero de la UCI interior, estaba un agente del CNI también?
Testigo: Y las dos personas responsables de la información de la jefatura: tanto el Jefe de Brigada, como el Jefe de Grupo. Defensa de Rabei Osman: Mire, por qué, si lo sabe ud. había un agente de los servicios secretos españoles ahí?
Testigo: A mi me sorprendió. Yo le pregunté al comisario y él me dijo que tenía autorización del Comisario General de Información.
Defensa de Rabei Osman: Pero en las otras actividades… en las otras intervenciones que ha tenido ud. en este asunto siempre estaba presente alguien del CNI, o fue en este acto en concreto?
Testigo: Sólo en este acto.
De modo que nada hace pensar que se sospechase nada raro de Jesús Parrilla. Todo lo contrario. El inspector, por otro lado, es poseedor de la Cruz del Mérito Policial con distintivo Blanco, y diversas felicitaciones. Sin embargo, todo hay que decirlo, la actuación del inspector no parece que fuera especialmente brillante, al menos a los ojos de los policías asturianos, según informaba "El País" con fecha 18 de Septiembre de 2006:
El ex minero fue atraído al centro policial por su controlador, el agente de estupefacientes Manuel Rodríguez, Manolón. Gamonal llevó gran parte del interrogatorio, y Parrilla, algo menos, porque estaba viendo en una televisión sita en un despacho próximo el partido de la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Real Zaragoza, según varios de los policías de la comisaría de Avilés.
No hay motivo para sospechar que los policías de Avilés mientan. No conocían previamente a Parrilla, así que no pueden tener animadversión contra él. Si se tratase de una mera cuestión de celos profesionales, sin duda sus iras habrían estado dirigidas contra el superior, contra Gamonal, en lugar de contra Parrilla. Puede suponerse que les picó que fuera hasta Asturias para ver el fútbol, mientras ellos trabajaban. O, tal vez, lo que les molestó es que, mientras se estaba investigando el mayor atentado de la historia de España, Parrilla parecía pasar de todo...
Durante sus declaraciones ante el tribunal, Parrilla y Gamonal dejaron claro que la actitud de los investigadores frente a Suárez Trashorras y Carmen Toro fue benevolente o, mejor dicho, paternalista. Por aquel entonces no se conocía el verdadero alcance de la implicación de Suárez Trashorras en los atentados, y el ex-minero, estimulado por el interrogatorio policial (que debieron hacer una versión especial del polibueno-polimalo), creyó que podría salir del paso colaborando con la policía, siendo un Testigo Protegido:
Testigo: Bueno, ya, es que en la reunión, cuando yo tengo la reunión, en la entrevista que tengo... porque el es una persona que está colaborando, el dice que quiere se coja a éstos, él tenía miedo que supieran que él estaba diciendo las cosas, pero que él estaba colaborando.
...
Testigo: No. Por la información, no, porque nosotros, él estaba colaborando y nosotros en ningún momento a él le metimos dentro del tráfico de explosivos.
Y, más adelante...
Testigo: Si, si. Él estaba bien. Estaba colaborando. Estaba bien.
Y el Comisario Gamonal...
Testigo: Todos los que estábamos allí, estábamos de manera voluntaria, y el primero que estaba voluntario era él, puesto que si él no se presenta, y dice lo que dice, yo no le conozco, ni se me ocurre nunca ir a llamarle, ni a citarle a ninguna parte.
Tal actitud policial no tiene nada de raro frente a sospechosos de pequeños delitos, a quienes se puede ofrecer una cierta protección policial, a cambio de que denuncien delincuentes más peligrosos. Como tampoco tiene nada de raro (lo hemos visto mil veces en pantalla) que el inspector dejase su teléfono de contacto a Carmen Toro, que en aquel momento no estaba detenida, por si recordaba algo más importante.
En conclusión, no existe nada raro en el hecho de que Jesús Parrilla ofreciese su teléfono a Carmen Toro. Tampoco en que le diese su alias, el que usaba por aquel entonces, "Manzano".
¿Quiso perjudicar a Sánchez Manzano? Todo hace pensar que no. No hay pruebas de que se conocieran personalmente, ni pertenecían al mismo cuerpo, así que no es probable que hubiera resentimiento entre ellos.
¿Pudo dar ese nombre a Carmen Toro para mezclar a Sánchez Manzano en la investigación del 11-M, por ejemplo con el objetivo de perjudicar al PP? Tampoco. Según Cartagena, cuya relación con Parrilla termina tres o cuatro días tras los atentados, el inspector llevaba varios meses usando ese alias.
¿Era Parrilla un hombre de "El Mundo" cuando estalló el "escándalo" de la agenda de carmen Toro? Lo más probable es que no. En los primeros artículos de "El Mundo" hemos visto que reparten palos entre "un inspector de la UCIE", de momento innominado, y la Guardia Civil, por no haber comprobado el teléfono. De tratarse de un "hombre de confianza" de Pedro Jota Ramírez en la UCIE, dudo mucho que le hubieran puesto a los pies de los caballos. Por otro lado, Parrilla era un hombre que merecía la confianza de sus jefes, como se demostró cuando le encargan la delicada comisión en Asturias.
Sin embargo, en diciembre de 2004 Parrilla obtiene el cambio de destino que había pedido algún tiempo antes. Según él, sin razones especiales, porque "se fue a otro sitio". Según afirmaron "El País" y ABC, debido a discrepancias con sus jefes inmediatos por la investigación del 11-M había pedido insistentemente el traslado a Telesforo Rubio. No resulta excesivamente desbaratado, pues, pensar que es entre Marzo y Diciembre de 2004 cuando comienza la colaboración con el diario “El Mundo” que se pondrá de relieve más adelante. Resulta imposible, con los datos de que disponemos, averiguar si el contacto con el grupo de redactores que, ya por entonces, pergeñaban la “Teoría de la Conspiración” en el citado periódico partió de Parrilla, despechado porque las investigaciones no iban por donde él creía que debían ir o, al contrario, el contacto partió de los periodistas y un policía “contaminado” fue expresando opiniones más y más heterodoxas al respecto de la investigación y sus superiores comenzaron a sospechar que, además, facilitaba información a la prensa.
La primera noticia que tenemos de sospechas de sus compañeros hacia Parrilla data de Octubre de 2004, cuando “El Mundo” recibió información sobre la “Operación Nova” que se estaba desarrollando contra unos islamistas que pretendían volar la Audiencia Nacional. Al parecer, la inminencia de la publicación de los datos de que disponía el periódico obligó a adelantar las detenciones, que se produjeron cuando los terroristas aún estaban en el proceso de preparación del atentado, lo que causó que, de todo el comando, sólo unos cuantos pudieran ser condenados. Pese a que “El Mundo” y el propio Parrilla (preguntado en el juicio en el que resultó absuelto de una acusación de revelación de secretos) insistieron en que se trató de un montaje, las condenas contra varios de los detenidos en la “Operación Nova” muestran que se trataba de un grupo organizado que pretendía cometer atentados; y las sospechas de los mandos de la CGI de que fue Parrilla quien facilitó la información al diario de Pedro J. Ramírez motivaron resquemor contra él, y fueron causa directa de su salida de la UCIE.
Continuando con la historia de las filtraciones a “El Mundo” provenientes del entorno de la UCIE, encontramos que, en Mayo de 2005, el periódico publica las informaciones sobre las notas que los investigadores obtenían del confidente Abdelkader el Farssaoui “Cartagena”. Independientemente de la veracidad, o no, de las deducciones de “El Mundo”, lo publicado es lo suficientemente detallado como para asegurar que era cierto que el diario tenía las notas en su poder, que le debían haber sido facilitadas por alguien muy próximo a la investigación. Nuevamente, la Policía efectuó sus propias investigaciones; nuevamente, el máximo sospechoso era el inspector Parrilla, uno de los controladores de "Cartagena".
En Marzo de 2006 “El Mundo” publica que Emilio Suárez Trashorras informó a los policías que hablaron con él el día 17 y 18 de Marzo de 2004 que “El Chino” era amigo de los terroristas de TA detenidos en Cañaveras con 500 kg de explosivos (casi todo amonal) pocos días antes del 11-M. El periódico se permitía aconsejar al juez instructor sobre la línea a seguir en un editorial en su página 3:
La declaración de Trashorras sobre los contactos de El Chino con los etarras debe ser investigada. Y ello requiere que el juez Del Olmo cite a declarar a los ocho agentes que interrogaron al ex minero asturiano, al propio Trashorras y a su mujer, que le acompañaba. No se puede cerrar el sumario dejando un cabo suelto tan importante como éste
Independientemente de la veracidad de la información, el periódico decía, además, que tal hecho había sido puesto en conocimiento de sus superiores en Madrid por los policías desplazados a Asturias, lo que dejaba, como posibles autores de la filtración a “El Mundo”, al Comisario Miguel Ángel García Gamonal, al inspector Parrilla, y al miembro del CNI Santiago Díaz. Gamonal y Santiago Díaz negaron por escrito haber escuchado a Suárez Trashorras decir eso; Gamonal, incluso, se ratificó ante el tribunal del 11-M.
Ministerio Fiscal: ¿Les dijo en esa entrevista, a lo largo de esas horas que estuvieron con él, les dijo si uno de sus amigos, uno de los moros, conocía a los miembros de E.T.A detenidos días antes, con motivo de la investigación de la caravana de la muerte?
Testigo: No, en ningún momento
Sólo Parrilla afirmó haber escuchado al ex-minero decir que Ahmidan le había contado, por teléfono, que habían detenido a dos “amigos” suyos, (aunque, en el juicio, tanto él como Suárez Trashorras negaron que se hubiera dicho la palabra ETA, o que se identificara a tales "amigos" como Gorka Vidal o Irkus Badillo, en contra de lo que la información de "El Mundo" decía) al tiempo que también declaró haberlo puesto por escrito en un informe (que jamás apareció), de manera que aparecía como fuente muy probable de la filtración.
Puntualicemos, por otro lado, que la credibilidad de tal afirmación, que sólo se puede rastrear después de que “El Mundo” comienza a desarrollar la “Teoría de la Contaminación”, es muy baja. Suárez Trashorras no informó de ello en ninguna de sus declaraciones anteriores, aduciendo que no lo hizo porque “los policías” le habían dicho que era imposible, que “ETA no se alía con traficantes”.
Ministerio Fiscal: ¿Y usted por qué ese comentario no lo refleja en ninguna de sus declaraciones judiciales?
Suárez Trashorras: Porque me acababan de decir que era imposible esa relación, que lo tenía que haber entendido mal y que era imposible, que ETA ya le digo, que me dijeron que incluso había atentado contra traficantes y que era imposible esa relación y yo como me entró la duda, la duda, de que el comentario hubiera sido malentendido o algo, pues entonces...
¿Qué policías le dijeron eso? Los tres policías que viajaron de Madrid a Asturias se mostraban escépticos (V. pg 10 y ss.) cuando “Manolón”, el Jefe de Estupefacientes de Avilés, les habló de un confidente que estaba “emperrado” en que unos moros que conocía habían cometido los atentados. Pese a su incredulidad, aceptaron escucharle, y lo que dijo Suárez Trashorras les convenció de que estaban en la buena pista ¿es creíble que rechazaran uno de los ramales más importantes de esa nueva pista sin, al menos, investigarla? ¿Sin, al menos, comunicar a Madrid, con quien estaban en contacto continuo, dicha información?
El propio silencio de Suárez Trashorras en declaraciones posteriores a su detención es revelador. Él dice que no lo contó porque “los policías” no le habían dado importancia. Sin embargo, el ex-minero se mostró en todo momento, durante el juicio, como alguien que sabe perfectamente cómo funcionan los mecanismos de la justicia y la policía, y según propia declaración estaba tratando de conseguir, o creía poder lograr, el status de Testigo Protegido. Es inverosímil que alguien en su situación no sepa que es el juez quien realmente dirige la investigación, quien puede, o no, protegerle y, por tanto, es increíble que renuncie voluntariamente a ofrecerle la más mínima brizna de información que pueda mostrar su colaboración.
Por último, la falsedad de la información sobre el conocimiento y amistad entre los islamistas y los etarras se confirma por la inexistencia de ningún contacto entre ellos. No sólo los etarras Vidal y Badillo se rieron de tal posibilidad, sino que no existe ni un solo contacto telefónico entre ellos en los meses anteriores. Sin embargo, según Suárez Trashorras, eran “amigos”, existía la suficiente relación para que Ahmidan introdujera el hecho de su detención en una conversación, sin venir a cuento (por cierto, es otro punto poco creíble, la manera en que Ahmidan, que llama para despedirse, habla de dos etarras detenidos días antes).
La digresión anterior, que parece fuera de lugar, viene a demostrar o, por lo menos, a despertar una fuerte sospecha, que dicha declaración de “El Chino” a Suárez Trashorras no existió. Su origen más probable no está en el ex-minero ni en el inspector Parrilla, sino en la redacción de “El Mundo”. Por lo tanto, parece existir la suficiente relación del inspector con los redactores de dicho periódico como para que éstos le sugieran lo que tiene que declarar, al igual que lo hicieron con Suárez Trashorras.
Sin duda, todas las sospechas habían enrarecido el ambiente, porque Parrilla volvió a solicitar un nuevo cambio de destino, en Agosto de 2006; durante ese tiempo, se vino a desarrollar un extraño asunto, en el que una trama de policías corruptos se mezcló con un intento de vender dicha información a “El Mundo”, que trató de presentar dicha información como apoyo de sus tesis conspiracionistas: si unos policías eran capaces de traficar con GOMA-2-ECO, ¿por qué no podrían haber facilitado las CyFSE los explosivos que estallaron el 11-M?
Como intermediario, otro policía con buenas relaciones con “El Mundo”, Celestino Rivera; Parrilla, en realidad, tenía muy poca intervención en este caso, pero Asuntos Internos, que lo tenía identificado como fuente muy probable de filtraciones, trató de involucrarle. Fueron detenidos y presos durante 24 días; dado el riesgo de evasión y/o destrucción de pruebas, se fijó una fianza muy elevada, que se pagó gracias a una cuestación patrocinada por “El Mundo”... En el juicio subsiguiente, ambos policías quedaron absueltos de revelación de secretos, pero en todo caso dos puntos salieron a la luz: las más que amistosas relaciones de Parrilla y Rivera con “El Mundo”, que el propio periódico no se cuidó de negar... y el escaso castigo que en España se aplica a los Policías desleales que divulgan secretos, delito que ni siquiera conlleva pena de cárcel.
En todo caso, la credibilidad de Parrilla ante el juicio del 11-M había quedado seriamente tocada. No sabemos si eso modificó, a la baja, la declaración de Parrilla. El caso es que entre la información publicada por "El Mundo" ...
Trashorras desveló una de las muchas conversaciones que él mantuvo con El Chino. El ex minero aseguró a los agentes que Ahmidan le dijo que los dos etarras detenidos por la Guardia Civil en Cañaveras (Cuenca) con una furgoneta cargada con 536 kilos de explosivos eran sus amigos.
...
Tanto los agentes de la Comisaría General de Información como el representante del CNI elaboraron sendos informes para sus superiores en los que dejaron constancia de todo lo expuesto por Suárez Trashorras en estas conversaciones. Así, ambos cuerpos pusieron negro sobre blanco lo que el ex minero les contó sobre las relaciones de El Chino con los etarras de Cuenca.
...y lo finalmente declarado por Parrilla...
...No menciona ETA. La palabra ETA no la menciona para nada...
...Yo, personalmente... yo pensé que era una salida de Trashorras como forma de evadirse...
..existe una diferencia tal que induce a pensar (aunque sólo como posibilidad) que puede tener que ver con que la situación del inspector era, cuando menos, delicada.
Y se produjo otro hecho curioso durante el juicio. Parrilla no reconoció la que aparecía como su firma en un informe y negó haber intervenido, como instructor, en una toma de declaración. Concretamente, de Rodrigo Montero y Luis del Amo, de Interdist Móvil.
En realidad, este informe, que le fue presentado a Parrilla por los abogados de la AVT, no tiene ninguna importancia en la investigación del 11-M. No tiene ningún sentido haberlo falsificado, no hay datos en él que den ni dejen de dar un vuelco en la investigación ni, en principio, debiera tener interés Parrilla en negar ser su autor, si lo hubiera sido.
Testigo: Si. Aparezco como instructor pero no reconozco mi firma…
Acusación AVT: No reconoce su firma?
Testigo: No.
...
Testigo: Yo no recuerdo tomar declaración a esa persona, tampoco…
Pero, al día siguiente, ya tenían su noticia “El Mundo” y “Libertad Digital”. ¿Falsificación de informe? Realmente se trata de un informe sin importancia... ¿por qué falsificarlo? Pero, también ¿por qué un informe sin importancia merece tanta atención en estos medios de comunicación?
La propia carencia de importancia de dicho informe motivó que no se siguiera ninguna investigación sobre este punto. El juez Gómez Bermúdez mostró, durante todo el juicio, clara tendencia a evitar las trampas que podían retrasar la marcha del Tribunal, impidiendo las derivaciones que no condujeran al final previsto de absolver o condenar a los acusados. Es de suponer que si el informe no reconocido hubiera sido clave en la investigación (v. gr. la declaración de Suárez Trashorras) el Tribunal hubiera pedido pericias caligráficas, declaración a otros compañeros del policía, etc. La defensa de Rabei Osman sacó el tema, objetando que los jefes de Parrilla afirmaban, por el contenido y detalles de la nota, que debió ser él quien la redactó, pero en el Tribunal decidió que no procedía perder el tiempo.
Defensa de Rabei Osman: ...Hay un informe, al folio 79387 firmado por el Comsario Jefe Actual de la UCI, así como otro, 79389, que dicen que ha tenido que hacerlo ud. incluso lo dicen por su nombre, dice: por el contenido y detalles de la nota se pude asegurar que fue redactada por el inspector… y pone su nombre. Ud. tiene alguna explicación a eso?
Testigo: No. Ninguna.
Defensa de Rabei Osman: Ninguna. Le voy a pedir, si al Presidente no le parece mal, que lo vuelva a revisar a ver si está de acuerdo al menos con el contenido. Puede ser que la forma sea otra, pero que el contenido…
Juez Gómez Bermúdez: El testigo le ha dicho que no es suya y eso es suficiente. Además, como ud. sabe porque ha citado los folios, eh…ese…donde se dice eso es la opinión de los que firman esa nota.
Es posible que se haya tratado de un error. Montones de informes no están firmados, o lo están por personas distintas a quienes aparecen como autores de la nota. En el propio juicio del 11-M abundaron las ocasiones en que un testigo dijo no haber confeccionado él, personalmente, una nota, o no haber firmado otra (V. gr, sin ir más lejos, léase la declaración de García Gamonal). También es posible que fuera una pequeña maniobra conspiracionista. Lo que sí es cierto es que el los foros conspiracionistas se hinchó el asunto artificialmente, de manera que, a los pocos días, ya se defendía abiertamente que era el informe de Parrilla sobre la declaración de Suárez Trashorras referente a las relaciones ETA-islamistas el que el inspector se había negado a reconocer.
Curiosamente, cuando declararon Cepeda y Del Amo, nadie les preguntó quién les había interrogado, pese a que Del Amo declaró que habían sido dos policías quienes le interrogaron...
Parrilla fue, en mayo de 2009, y seguramente con toda justicia, absuelto de la acusación concreta de revelar secretos a "El Mundo" en el caso de la trama corrupta de policías. Cabe dudar de si, de no haber conocido los policías corruptos que sus teléfonos estaban "pinchados", el resultado de la investigación pudiera haber sido otro, pero parece indudable que Asuntos Internos se precipitó y presentó un caso poco maduro.
Sin embargo, en conjunto parece que las relaciones de Parrilla con "El Mundo" van más allá de bajar en chándal a comprarlo a la papelería y hacer los coleccionables, y más de lo prudente para un policía honrado.
En todo caso, creo que se ha presentado, en este largo hilo, material más que suficiente como para convencernos de que "El Mundo" conocía perfectamente quién era el "Manzano" de la agenda de Carmen Toro, y por lo tanto cualquier ulterior confusión con Sánchez Manzano debería ser considerada como prueba de mala fe.
Que es lo que veremos en el próximo episodio.