miércoles, 29 de julio de 2009

LAS NOBELDADES DEL CASO IGLESIAS (III): CONTAMINACIÓN (IIIa)

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Como sabe todo aquel que estuvo atento al Juicio por los atentados del 11-M, una de las atracciones más interesantes consistió en la prueba pericial que el Tribunal mandó realizar, no porque la instrucción del caso por el juez Del Olmo no se hubiera hecho bien, como insinúan los conspiracionistas, (¿insinúan? ¿qué quiero decir con insinúan? ¡Acusan, y por las bravas!) sino porque lo pidieron ciertas defensas, y de no hacerse pudiera haberse ocasionado una indefensión.

Uno de los momentos más apoteósicos de la declaración de los peritos, y de toda la vista oral, sucedió cuando, ya demostrado que había existido una contaminación (innegable puesto que las mismas muestras, en 2007, habían dado positivo en moléculas, como el DNT y la nitroglicerina, que no se habían detectado en 2004) se preguntó, específicamente, por la posibilidad de que hubiese existido una contaminación humana, es decir, intencional.

Los peritos independientes lo descartaron rotundamente, sin paliativos:

Defensa Zouhier: La defensa de Rafa Zouhier. Bien, en primer lugar, quería preguntar si, frente a la hipótesis de la contaminación ambiental, es posible, y científicamente, se podría sostener, que ha habido una intervención humana, deliberada o no, ahí no entro. Pero si eso se podría mantener, ¿sería hipotéticamente igual de factible, más, menos? ¿O se puede descartar por completo?

Director de la pericia, Policía Científica: Vamos a ver, yo lo descarto por completo por una circunstancia: creo que nadie es capaz, nadie, de esta sala, sería capaz de contaminar, aproximadamente igual, todas las muestras.

Defensa Zouhier: Bien, ¿están todos de acuerdo?

Perito Guardia Civil P8: Eh… desde luego, tenía que ser un genio para introducir el mismo nivel de contaminación que decíamos en focos, muestras intactas… Parece un artificio de genio, realmente.

La respuesta de los peritos de parte, en este caso de Romero, aquel perito que trató de presentar un cromatograma truncado para apoyar uno de sus argumentos, fue un meseocurrismo traído por los pelos cuya relación con la pregunta que había hecho la defensa de Zouhier era prácticamente nula. ¿Dónde vas? Patatas traigo.

P2 (Romero): Hay unas incidencias que hemos detectado en donde los dos isómeros, en algunas muestras, eso sí queremos que quede constancia… Me parece que lo dejamos constancia y se pueden ver en los cromatogramas que se aportan, en donde cambia la tendencia de los isómeros. Es decir, se reproduce en el DNT, el 2-4 y el 2-6, proyecté yo un cromatógrafo esta mañana, en donde se veía que el 2-4 estaba en cantidad inferior que el 2-6. Por tanto, había, en algunas muestras, un cambio de tendencia. Aparece 2-6 y 2-4, cambiado el contenido, pero bueno, eso es aleatorio, creemos. Y luego, que aparecía, en algunos casos, un solo isómero, o el 2-4 o el 2-6. Eso lo podemos constatar el perito que está a mi izquierda y yo. Eso sí que quiero que quede constancia, por si alguien lo quiere utilizar. Esa es las vivencias que nosotros hemos tenido.

Hablar por no callar. Tan difícil o más, como contaminar las muestras por igual, sería contaminar con intención de modificar en un cierto sentido la relación entre isómeros del DNT; pero si, además, unas veces aparece más 2-4 y otras 2-6, el comentario de Romero pasa de interés nulo, a interés bajo cero, directamente.

El caso es que, para concretar, poco después Gómez Bermúdez hizo la fatídica pregunta:

GB: Sí, bien. Esa aclaración hecha, la cuestión es: la contaminación humana, ¿la descartan ustedes, voluntaria o involuntaria?

Perito Policía Científica: Yo sí.

Director de la pericia, Policía Científica: Yo ya he dicho que sí.

Perito Guardia Civil P8: Sí.

Perito Guardia Civil P6: Sí, yo también.

GB: ¿Todos? ¿O no todos? ¿Sí, la descartan? Bien, todos la descartan.

La transcripción de los peones no lo recoge, pero los peritos conspiracionistas hicieron gestos de asentimiento, bien que a regañadientes, e incluso se escucharon murmullos resignados de aceptación. Gómez Bermúdez, que les miraba directamente, lo registró con ese “Todos la descartan” que no deja lugar a dudas sobre el testimonio de los peritos. De todos. Y, en este momento, de haber habido alguna objeción, de haber pensado un perito que no había quedado demostrado lo afirmado, o que no había tenido tiempo suficiente para estudiarlo, su obligación hubiera sido levantar la voz y decirlo. Tiempo tuvieron.

Dos años han pasado y ¿qué dice nuestro animoso Perito Valiente, Antonio Iglesias, al que ya le hemos detectado más de media talega de mentiras inmisericordes en su libro “Titadyn”?

Durante el capítulo III, el que específicamente trata, y maltrata, el “Análisis de muestras”, nos remite media docena de veces a un futuro Capítulo V, donde tratará el tema de la contaminación, aunque ya nos adelanta que él no se la cree:


En la vista oral, la jefa del laboratorio de los Tedax explicó la forma en que las muestras estuvieron almacenadas. Si aceptamos su versión, resulta inaceptable la hipótesis formulada por los peritos oficiales en el sentido de que la alteración de las muestras de explosivo intacto se había producido por contaminación atmosférica en el almacén de los Tedax. En la parte V explicaremos por qué lo consideramos inaceptable y exponemos nuestra interpretación de estas alteraciones.

La perito química de los TEDAX se limitó a explicar la manera de almacenar las muestras, sin negar tajantemente la posibilidad de una contaminación. De hecho, la permeabilidad de las bolsas de polietileno se ha demostrado internacionalmente y podemos encontrar artículos en Internet (comentario 30) que no dejan lugar a dudas. Hasta en el libro de Iglesias, para asombro de lectores, afirma el intrépido perito conspiracionista en la página 264:

Esta muestra [se trata de la muestra 10-2], al igual que la 9-5, ha estado conservada en tubo Falcon y no presenta alteración en su composición con dinitrotolueno ni nitroglicerina. Es una demostración clara de la conveniencia de utilizar este tipo de envase para el traslado y la conservación de evidencias.

Y, poco antes, hablando de la 10-1-C, en la 261…

…el peor estado de conservación de la muestra en comparación con la M-9-5, de la que es un duplicado, se manifiesta en que la composición difiere de la de Goma 2 ECO por su contenido anormalmente alto de nitrato amónico en detrimento del dinitroetilenglicol evaporado. El tipo de envase (bolsa) ha tenido que ver con este hecho.

Si no lo veo, no lo creo.

Pero lo peor estaba por llegar, que decían las novelas baratas. Vamos raudos y veloces al Capítulo V, que como puede esperarse de Antonio Iglesias resulta una fuente de sana diversión desde sus primeras palabras. fectivamente, con el tono acusica y llorón que le caracteriza, el primer párrafo es un ataque directo contra el Director de la Pericia…

[…]a lo largo de la prueba pericial, cada vez que ha aparecido en el análisis de las muestras de los focos de explosión algún compuesto que no forma parte de la Goma 2 ECO -explosivo utilizado en la voladura de los trenes según el sumario-, concretamente el dinitrotolueno y la nitroglicerina, el director de la pericia ha tendido indefectiblemente a explicar que su presencia era debida a algún tipo de contaminación, antes que admitir que esos compuestos pudieran formar parte de un explosivo accionado por los autores del atentado.

…como si todos los peritos no hubiesen reconocido que existió contaminación accidental.

Amenaza Iglesias con pasar revista a las “Teorías de la Contaminación” propuestas por Vega [sic], y no fue vana su amenaza. Comienza con la posibilidad de que la contaminación se hubiese producido en fábrica, es decir, que en la GOMA 2 ECO hubiesen aparecido impurezas, mínimas, eso sí, procedentes de la fabricación anterior, en las mismas tolvas, de explosivos con DNT y/o nitroglicerina. Dice Iglesias:

Esta posibilidad fue desestimada por Maxam en un extenso y riguroso informe en el que aseguraba que no se había detectado dinitrotolueno en ninguno de los controles de calidad de la Goma 2 ECO.

No merecería más respuesta esta hipótesis, que no fue la que, al final, pareció más probable a los peritos independientes, de no ser porque, según Casimiro García Abadillo, subdirector de El Mundo, (26 de Febrero de 2007) el límite de detección de UEE (Maxam), “entre los más avanzados de Europa”, es de 50 ppm, o sea, 50 partes por millón.

Entre los más avanzados de Europa”, sí, “extenso y riguroso informe” sí, pero aún así el límite de detección es menos sensible que el de 35 partes por millón que se aplicó en la pericia para intentar detectar metenamina en los explosivos intactos. Dicho umbral de detección, 35 ppm, no le parecía suficiente a Iglesias cuando de descartar la existencia de metenamina se trataba…

Sigue Iglesias, en su capítulo, quejándose de la prueba de envejecimiento que trató de confirmar, o descartar, si la mayor evaporación de nitroglicol, como más volátil, podía acompañarse de transformaciones físico-químicas importantes. (Cf Pg 178 para el objetivo de la prueba)
La descripción de la prueba está plagada de frases peyorativas, como…

…el director de la pericia diseñó e impuso la realización de un experimento…

…no apareció DNT en cromatografía de gases. Entonces duplicó el tiempo de calefacción acordado al principio…

Ni siquiera después de diez o quince días, tiempos a los que finalmente se extendió el tratamiento…

…cuando lo cierto es que toda la pericia fue ordenada y autorizada por el Tribunal, no por el Director de la pericia.

Interpreta Iglesias la intención del Director de la pericia a su retorcida manera:

La verdadera intención del director de la pericia con este experimento era, como hemos indicado, ver si se podía desvirtuar el hecho objetivo de haber encontrado DNT en las muestras de explosivo intacto. Así se desprende de su actuación en la reunión mantenida el 12 de febrero, cuyo desarrollo está grabado en vídeo y audio.

Que no sueñe ningún ilusionado conspiracionista con que va a encontrar, en tales grabaciones, una confesión de Vega, a lo malvado de Scooby-Doo: "Si, lo reconozco, yo quería desvirtuar el hecho objetivo de haber encontrado DNT en las muestras de explosivo intacto. Y lo hubiera conseguido de no haber sodo por esos entremetidos (sic: doblaje mexicano) y su perro"

Y no encontrará tal confesión, primero porque nadie es tan tonto como para hacer eso, excepto los malos malosos de Scooby-Doo, y segundo porque es imposible que Vega pretendiese, precisamente, lo que dice Iglesias.

Relean nuevamente la página 178, del informe pericial, que ha sido enlazado antes. el estudio de envejecimiento fue diseñado para intentar explicar el hecho anómalo, e innegable, de la modificación de las pruebas entre 2004 y 2007. Dada la imposibilidad de posponer tres años la respuesta, se imponía acelerarlo mediante una Prueba de Envejecimiento. Durante esta prueba que, repito, trata de suplir los tres años de envejecimiento natural de las muestras, pueden suceder una serie de transformaciones físico químicas, las que también hubieran sucedido durante los tres años de almacenamiento, pero no se crea DNT de novo. El nitroglicol se puede evaporar a más velocidad que el DNT, y por tanto la concentración relativa de éste puede aumentar, y hacer visible un DNT que antes se econtraba en cantidades inferiores al umbral de detección, pero no hará aparecer un DNT que no estuviera allí.

Es decir, el experimento de envejecimiento pudiera haber explicado porqué en 2007 apareció DNT que en 2004 no se había detectado por estar bajo el umbral de detección, pero sólo si el DNT estaba allí. En otras palabras, el experimento no pretendía esconder ni desvirtuar la aparición de DNT. Por el contrario, si hubiera dado positivo, hubiera apoyado la tesis de que el DNT estaba ya allí en 2004, en cantidades de trazas, pero estaba.

Otra cosa es que un resultado positivo del experimento de envejecimiento hubiera apoyado que las muestras de 2004 había ya contamimación por DNT, y eso es lo que, precismente, no interesa a Iglesias, que quiere ver. a toda costa, que el DNT era componente de la dinamita que estalló en 2004.

No para ahí Iglesias. Sigue diciendo:
Este párrafo oculta la verdadera intención del experimento que, por otra parte, sólo consideró oportuno que se realizara el propio director de la pericia, pues se llevó a cabo con la oposición del autor de este trabajo y de otros dos peritos de las partes, por considerar que no era representativo de la evolución de las muestras durante los tres años de almacenamiento...
En las matemáticas de Iglesias, 8 - 3 = 1. Según él, sólo Vega apoyó el experimento, pues tres de los ocho se opusieron. Vimos, duarnte el juicio, que los cuatro peritos independientes se mostraban de acuerdo, de buena gana, con el Director de la Pericia, en que había existido una contaminación. Ahora vemos que uno de los peritos de parte también estaba de acuerdo con la realización de este experimento. Sólo tres de los ocho se opusieron, como hicieron con cerrilidad digna de mejor encomio (¿o era manicomio?) contra todo lo que servía para dudar de que había explotado Titadyn en los atentados.

Y finaliza con un párrafo pretendidamente científico, pero que no resiste el menor análisis crítico:

El repetir un experimento ante una duda es una práctica obligada dentro del rigor que corresponde al espíritu científico. De hecho, estos análisis de DNT se repitieron en cromatografia de gases y se contrastaron en HPLC con nuestro total acuerdo, como no podía ser de otra manera. Pero éste no es el caso de la prueba de envejecimiento de evidencias, en virtud de la cual se pretendía desvirtuar un hecho objetivo comprobado en métodos analíticos de identificación inequívoca, cromatografia de gases y HPLC, mediante la improvisación de un experimento que, lo reiteramos, no reunía las condiciones de precisión, repetibilidad y trazabilidad requeridas. Esto al margen de las consideraciones intencionales a las que nos hemos referido.

Obsérvese que, pese a que se las da de científico tolerante, Iglesias no está de acuerdo, no ya con la repetición de la prueba de envejecimiento, sino ni siquiera con que se realice una primera vez. A él le ha salido DNT, DNT que no estaba allí en 2004, pero no admite que se realice ningún tipo de prueba o experimento que permita averiguar por qué la discrepancia de los resultados de 2004 y 2007.

Para él, los análisis de 2007 anulan los resultados de 2004 y punto. En su estilo, los resultados que él halla son los auténticos. Todo aquello que haya encontrado otro compañero es sospechoso, y directamente es falso si no coincide con lo hallado por Iglesias. En este caso, como Iglesias encuentra DNT en 2007 (aunque sea en cantidades de traza) los análisis de 2004 no sirven, fue Titadyn y yastá, porque yo lo valgo .

Y, para quien no conozca la jerga científica, que en pluma de Iglesias se convierte en coplas de fraygerundio... ¿Quién ha dicho que el experimento del envejecimiento carece de la repetibilidad, trazabilidad y precisión necesaria? El experimento podía haber sido repetido en cualquier momento (quizás lo hubiese sido si hubiera salido positivo), y tenía toda la trazabilidad (permitía conocer y seguir su evolución en todo momento) y la precisión necesarias. Otra cosa es la validez externa, que no debe confundirse y hubiera sido un tema a discutir de haber dado positivo.

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