viernes, 31 de julio de 2009

LAS NOBELDADES DEL CASO IGLESIAS (III): CONTAMINACIÓN (IIIc)

Y, continuando con la revisión del capítulo V del libro “Titadyn”, llega ahora su momento crucial; cuando Iglesias se explica un poco más, tratando de desmontar la teoría de la contaminación accidental de las muestras, y construyendo su propia versión de lo sucedido (Spoiler: no esperen mucha ciencia).
Comencemos:

Debemos precisar que cuando se planteó esta discusión todavía no habíamos escuchado la declaración de la jefa del laboratorio de los Tedax durante la vista oral, cuando explicó que las muestras estuvieron almacenadas en un armario, a temperatura constante y protegidas con cuatro barreras.

Como ya explicamos en la entrada anterior, en realidad sólo cuenta la “barrera” cuyos poros son de menor tamaño. Si las moléculas difunden a su través, lo harán sin problema a través de los más grandes, que pueden ser cientos o miles de veces más grandes. Si fuera tan fácil evitar la difusión como quiere hacernos creer Iglesias, ningún perro detectaría ni explosivos ni droga, con el simple recurso de llevar el alijo en una bolsa de plástico, introducida en un sobre y dentro de la maleta.

Sigue una extensa explicación de Iglesias, llena de fórmulas y palabrería científica, con la que pretende demostrar la imposibilidad de que la muestra M-1 haya sido contaminada accidentalmente durante el almacenamiento por los TEDAX.

Su razonamiento estrella es que, aplicando la ecuación de los gases perfectos, (ya saben, PV=nRT) la máxima concentración admisible de nitroglicerina en aire sería 2,62 x 10-5 g de nitroglicerina/g de aire.

La concentración de nitroglicerina en la muestra M-1 es de 5 x 10-5 gramos de nitroglicerina por gramo; esto es, aproximadamente el doble.

Iglesias se llena la boca, hasta llegar aquí, repitiendo una y otra vez que aplica las mejores condiciones posibles para las tesis de la contaminación ambiental accidental.

De tanto leerlo, me parecía escuchar al matón que nos reta a pelear con una mano atada a la espalda, con una mano atada a la espalda y una venda en los ojos, con las dos manos atadas y a la pata coja… Y, claro, “Mira, mamá, sin manos”; “mira, mamá, sin piernas”…”mira, mamá, fin dieftes”, la argumentación de Iglesias acaba perdiendo los piños.

Lo que afirma, literalmente, Iglesias, es:

…es imposible que con la máxima concentración de nitroglicerina que se puede alcanzar en condiciones normales de presión y temperatura en la atmósfera del recinto se haya producido una contaminación espontánea del mismo orden de magnitud en términos de concentración en muestras protegidas con cuatro barreras
Barreras aparte, que ya se ha respondido, resulta cuando menos curioso que Iglesias insista (lo dice varias veces) en que es imposible que se alcance en la muestra diana “el mismo orden de magnitud” que en el aire circundante, y no recalque que, en realidad, en la muestra M-1 la concentración duplicaba la máxima que podía alcanzarse en la atmósfera. Un argumento tan evidente y tan claro a su favor, y no es utilizado… aquí hay minino bajo llave.

También, en una nota al pie, defiende que en este caso se pueda utilizar la ecuación de los gases ideales para halar la máxima concentración posible del fármaco volátil en la atmósfera, debido a las mínimas cantidades con las que tratamos. Digamos que la ecuación de los gases ideales se puede usar como sistema ideal, para hacer una aproximación, pero no porque las cantidades sean mínimas; cuanto más pequeñas sean las cantidades, más se verá alterado el sistema por cualquier interferencia: en el mundo real los sistemas ideales, sencillamente, no existen.

Pero no radica allí la mayor falsedad de la tonteoría Iglesias. Vamos a pasar a comentarlo en palabras sencillas y algún ejemplo.

Si el sistema de Iglesias se compusiese simplemente de una membrana permeable y dos fluidos idénticos, uno a cada lado, no cabe duda de que tendría razón: a ambos lados de la membrana, la concentración final no puede ser diferente.

Pero no es así: tenemos una fuente de evaporación de partículas, una membrana permeable (la bolsa de poliuretano, cuyos poros tienen mayor diámetro que las moléculas de nitroglicerina o DNT y en el otro lado tenemos superficies en las que se van depositando las moléculas volátiles suspendidas en la atmósfera.

Pero el depósito en la superficie final (en este caso, las muestras de GOMA-2 ECO) no tiene que ser necesariamente de la misma o menor magnitud que la concentración de las moléculas en el aire ¿por qué había de serlo?

En función de varios parámetros, como la capacidad de adsorción de las muestras de GOMA-2 ECO, la temperatura, las cargas electrostáticas, etc, se depositará más o menos nitroglicerina en la GOMA-2 ECO.

Curioso que Iglesias no parezca recordar la influencia de la capacidad de adsorción tras la tabarra dada con “la importancia de la M-1 debido a sus especialísimas características de adsorción”. Como siempre, disociación cognitiva entre los conspiracionistas.

No es la única vez que la observamos. También parece que Iglesias nunca debe haber apreciado el vaho que se forma en los cristales de su coche, o en las gafas. Al menos, considera imposible que se forme, pues resulta más que obvio que la concentración del vaho en los cristales es muy superior que en la atmósfera. Se me objetará que se forma el vaho debido a la diferencia de temperatura pero, en realidad, ni el armario permaneció cerrado herméticamente durante tres años, ni la temperatura de la superficie de la GOMA-2 ECO resultará ser la misma que la del aire que le rodea.

Por último, las cargas eléctricas de todos los materiales que interaccionan pueden tener cierto interés. Y dado el pequeño peso y tamaño de las moléculas de DNT y NG, incluso una débil atracción o repulsión pueden ser determinantes para que las concentraciones sobre la superficie de una muestra sean mayores que en la atmósfera circundante.
Todo ésto no son sólo suposiciones mías. Cuando en la Vista Oral Perito Iglesias trató de meter con calzador su farragosa historia de los gases ideales, los peritos independientes le pararon los pies: las superficies pueden sdsorber en magnitudes mayores que las de la atmósfera circundante, y es un hecho científicamente demostrado.
Perito: ...con respecto a la contaminación ambiental, no estoy de acuerdo con el perito aquí a mi izquierda, en el cual no es necesaria una alta concentración de un componente orgánico para absorberse en un soporte. Eso está científicamente demostrado.
Continuemos:

Además, las conclusiones de los peritos oficiales que estamos discutiendo no van más allá de lo que se desprende de un experimento improvisado que no reproduce en modo alguno las condiciones de almacenamiento de las muestras. Por lo tanto, no prueban que los vapores de compuestos volátiles detectados en GC puedan traspasar un armario cerrado y cuatro barreras.

El experimento fue concluyente en cuanto a la permeabilidad de las bolsas de polietileno, mal que le pese a Iglesias. Y, lo que es más importante en ciencia, es concordante con los conocimientos que se han ido haciendo públicos durante estos años, y el propio Iglesias reconoce en el capítulo III-Análisis de muestras: las bolsas de polietileno dejan pasar los materiales volátiles y, por lo tanto, son de menor calidad que los tubos FALCON para el almacenamiento de muestras.

El cómo, cuándo y dónde se haya podido producir la evidente y objetiva alteración de las muestras de explosivo intacto es algo que queda fuera del alcance de una pericia química, si bien debemos subrayar que nos parece muy improbable que tal alteración haya sido meramente casual.
En realidad, los peritos conspiracionistas trataron de hacer caso omiso desde el principio de lo que el Tribunal había determinado que fuera el objetivo de la pericia. Incluso, en la vista oral, fueron amonestados por el presidente del Tribunal cuando trataron de establecer la idea de que su presencia en la sala tenía como objetivo juzgar la labor de la perito químico TEDAX.

Ciertamente, “no es objeto de la periciausurpar el papel de la policía en las investigaciones a realizar, ni el del Tribunal en la valoración de la prueba. Por lo tanto, es intolerable la mera insinuación que hace en esta frase que, añadida a otras, dejan claramente entender al lector que se está acusando a Sánchez Manzano, aunque no se tuvieran los arrestos necesarios para decirlo en voz alta en el juicio por el 11-M, ni por escrito en este libro.

En los siguientes párrafos del capítulo, Iglesias hace una valoración de la posibilidad de que la presencia de DNT y nitroglicerina se deba a la mezcla de algún cartucho de GOMA-2 EC con la masa mayoritaria de GOMA-2 ECO.

Se barajó esta hipótesis durante el juicio porque un abogado de las acusaciones alegó que algunos cartuchos de Goma 2 ECO habrían estado en contacto con cartuchos sobrantes de Goma 2 EC que se utilizaba años antes en la mina.
Ciertamente, esta hipótesis no explica satisfactoriamente todos los datos, pues por ejemplo también se encontró contaminación en las muestras patrón de GOMA-2 ECO, y de todos modos sigue sin dar respuesta a por qué muestras no contaminadas en 2004 lo fueron en 2007.

Sin embargo, no puede estar uno de acuerdo con uno de los motivos que presenta Iglesias…
También se indica que esta dinamita llevaba sin fabricarse desde el año 2000.
… puesto que, por ejemplo, en la pericial 15 (que, con la disociación cognitiva propia de los conspiracionistas, Iglesias cita para lo que le interesa y calla para lo que no) el perito declaró:

Perito: …la fábrica simultaneó la fabricación de Goma2-EC y Goma2-ECO en una de las mezcladoras del año 99 al 2002, en el 2002 dejó de fabricar la Goma2-EC en esa mezcladora, utilizaba también otra mezcladora independiente para fabricar la Goma2-ECO.

… puesto que, como también se afirma en la propia pericial 15, en la Mina Conchita se encontraron cartuchos de GOMA-2-Ec en buen estado de conservación (nótese que, aunque no hubiera sido así, aunque hubiera estado en peor estado de conservación, ello no hubiera sido óbice para que pudiese haber sido amasada y haber aportado DNT a la mezcla)

Perito: …a nuestro laboratorio llegaron cartuchos que venían reseñados unos como Goma-2-ECO y otros como Goma2-EC […] en tres de ellas ponía Goma2-ECO, en una de ellas ponía Goma2-EC, aunque luego los análisis demostraron que una de las bolsas que venía identificada como Goma2-ECO, no era Goma2-ECO sino Goma2-EC […]

Las cuatro muestras que yo analicé, tres contenían los componentes característicos de las dinamitas, porque estaban aceitosas, gelatinosas, con lo cual estaban, entiendo, bien conservadas, y una de ellas estaba más seca…

…y puesto que el propio Tribunal poseía facturas de compra y venta de dicha dinamita hasta, al menos, el 31 de Julio del año 2004. En su delirio, Iglesias lleva a desechar este argumento diciendo que él no ha visto esas facturas, como si fuera el Tribunal quien le tiene que dar explicaciones al perito, y no al revés…

Además, esta hipótesis tampoco explica la presencia de nitroglicerina en la muestra M-1, puesto que la Goma 2 EC se fabrica sin nitroglicerina desde 1991, extremo que ha sido confirmado por Maxam mediante fax remitido por esta empresa a la sala el 30 de mayo de 2007,8 lo cual coincide con el resultado de la prueba pericial nº 15, que evidenció la ausencia de nitroglicerina en todas las muestras de explosivo recogidas en la inspección ocular de mina Conchita.
Por mucho que insista Iglesias, el informe de MAXAM merece la credibilidad que hay que otorgar a cualquier empresa que niega algo que le puede perjudicar. ¿Cómo sabemos que, pese a lo que dice, sus tolvas siguieron fabricando alternativamente ambas clases de GOMA-2 EC (con y sin nitroglicerina), como hicieron hasta 2002 con la GOMA -2 ECO y EC (extremo que aún niegan los conspiracionistas)?

Curiosamente, los análisis que, según insiste Iglesias, descartaron la presencia de nitroglicerina (análisis que presentaba la propia empresa) se hicieron con un umbral de detección de 50 ppm, menos sensible que aquel de 35 ppm que a Iglesias le parecía insuficiente para detectar la metenamina.

Para terminar, hace referencia Iglesias a una última teoría, la que llama “contaminación por proximidad de las muestras”.
Dado que, como la perito químico TEDAx comentó, no pueden tener compartimentos estancos para cada una de las muestras analizados durante los años que lleva trabajando, suelen guardarse varias bolsas en una misma caja, lo que podría ocasionar que, en caso de que las bolsas fueran permeables, se produjera una contaminación de las muestras del 11-M, a partir de muestras provenientes de otro atentado.

La perito TEDAX, coherente, no lo considera así, porque ella cree que las bolsas son apropiadas e, incluso, superiores a los tubos FALCON:

Perito 17632: Para mí el vial hacer perder los volátiles al explosivo, porque deja espacio de cabeza, es mi opinión, pero además señoría, es que yo nunca he recibido noticia de que las bolsas no fueran adecuadas, las llevo utilizando desde siempre, TEDAX las lleva utilizando desde siempre.

En cambio el perito Iglesias, en otra muestra de la ley del embudo argumentario que utiliza (lo ancho para mis argumentos, lo estrecho para los tuyos) considera probable que, en este caso, las moléculas volátiles atraviesen las bolsas de polietileno pero no las considera capaces de atravesar los poros de una caja de cartón que, comparativamente, son como Júpiter a la Luna en tamaño.

Aunque es más verosímil que la hipótesis de contaminación en la atmósfera del almacén, que hemos descartado más arriba, no la podemos asumir porque no tenemos la certeza de que las muestras de intacto y las de los focos que no hemos recibido estuvieran verdaderamente en la misma caja. En el caso de que esto hubiera sido así, esta hipótesis no sería desdeñable.
Nuevo “despiste” conspiracionista (pónganse todas las comillas del mundo al enésimo ejercicio de manipulación) en cuanto a los objetivos de la pericia. En 2007 apareció DNT y Nitroglicerina en unas muestras que no los tenían en 2004. Los peritos debían dar POSIBLES explicaciones para este hecho, en este caso que se hubieran guardado en una misma caja explosivos del 11-M con Titadyn o GOMA-2 EC, por ejemplo. No estaban autorizados a descartar una explicación porque no tuvieran pruebas de que eso hubiera ocurrido de verdad:absolver por falta de pruebas correspondía, podríamos decir, al Tribunal.

Sin embargo, descarta esta teoría porque él no tiene pruebas al 100 % de que este almacenamiento conjunto ocurriese.

¡Esta sí que es buena! ¿Qué pruebas tiene él de que ocurriese su gran hipótesis; esto es, que Sánchez Manzano provocase una contaminación intencionadamente?

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