miércoles, 1 de abril de 2009

LA MOCHILA VIAJERA (V): DE CÓMO VOLVIÓ A LA COMISARÍA, Y DE LA UBICUIDAD DE ÁLVAREZ

Vamos a seguir avanzando en la peripecia de la Mochila de Vallecas. Como habíamos dicho en entradas anteriores, la juez Josefa Bustos, del juzgado nº 49 de Madrid, había ordenado que los efectos personales de los pasajeros del tren destruido en "El Pozo" fueran concentrados en la "Comisaría de Vallecas", textualmente, lo cual condujo a una confusión, al no diferenciar entre "Puente de Vallecas" o "Villa de Vallecas".

Según declara Rodolfo Ruiz, Comisario de "Comisaría de Puente de Vallecas"...

...estábamos sobre el medio día, en torno a las dos de la tarde, o dos y pico, del día 11... en las inmediaciones de la Estacion del Pozo del Tio Raimundo, en un descampado que hay…estábamos el Comisario General de Seguridad Ciudadana, el comisario zonal, estaba un inspector jefe de la comisaria de Vallecas y yo..."

... y, bien por no haber sido informados del lugar donde llevar los objetos, bien por la ambigüedad ya citada, decidieron remitir los objetos a la "Comisaría de Villa de Vallecas".

Rodolfo Ruiz, en su declaración, nos cuenta que él, al menos, no sabía que existían unas órdenes de la juez para llevar los objetos a un lugar determinado...

GÓMEZ BERMÚDEZ: Nadie le informó que por la mañana la Juez del 49 de Madrid había dado esa orden específica, que se llevaran a la comisaría de Puente de Vallecas….A la de Puente de Vallecas

TESTIGO: No, no…Nadie me informó

...sin embargo el Inspector Jefe Miguel Ángel Álvarez declara, en su instancia y ante el Juez del Olmo, actuar por orden de la Autoridad judicial, a la que dice haber sido el primero en atender, y declara haber recibido, y dado órdenes, para que los objetos fueran trasladados, "por órdenes de la Superioridad", a la Comisaría "Villa de Vallecas"

El Comisario Santiago Cuadro, de Seguridad Ciudadana, también presente en la discusión, no fue interrogado sobre este punto, de importancia menor ciertamente, ni durante su comparecencia ante la Comisión de Investigación por el 11-M, ni durante el Juicio.

Los agentes comisionados por el Inspector Álvarez fueron con sus furgonetas a la Comisaría "Villa de Vallecas". Allí, el agente que comandaba la expedición habló con el Jefe de la Guardia que, dado que nadie le había avisado de la llegada, se negó a recibir el envío. Tampoco parece extraño, en un día como aquel, que un Comisario o un Inspector se niegue a acoger en su Comisaría unos bultos sospechosos de los que nadie ha comunicado su llegada. Por mucho uniforme que lleve quien los porte.

¿Dónde ir con los bultos? Según el agente 24420...

entonces el encargado de esa Comisaría le dice al dicente que no pueden dejar las bolsas allí, que las llevasen a su Comisaría de Puente de Vallecas.

Desde la Comisaría del Distrito de (Villa de) Vallecas se dirigen a la Comisaría de Puente de Vallecas. (Pg 63 del A. procesamiento)

Esta declaración fue ratificada en el Juicio oral. Parece un poco extraño que el agente no intentase contactar con el Inspector Jefe Álvarez, de quien había recibido las órdenes, pero aunque lo hubiese intentado por telefonía móvil o por la radio de la Policía, tal vez no lo hubiese conseguido, pues en aquella mañana los recursos de comunicación estaban colapsados. En todo caso las dos únicas opciones eran volver a "El Pozo" o ir a su comisaría (donde también pertenecía Álvarez), a presentarse ante sus superiores

Consta en la declaración del agente 24420, respaldada por sus compañeros, que sólo bajó él del vehículo durante la brevísima estancia en "Villa de Vallecas", que no se abrieron los portones de la furgoneta ni se bajaron bolsas, y que éstas siempre estuvieron bajo la vigilancia de los demás agentes.

China, chana, los Policías Nacionales llegaron a la Comisaría "Puente de Vallecas". Allí, según el agente 24420...

Al llegar a la Comisaria de Puente de Vallecas, y en el exterior de la Comisaría, se encuentra el Comisario-Jefe de la Comisaría y el Inspector-Jefe Don Miguel Ángel Álvarez, y les dice el dicente que en la Comisaría de Villa de Vallecas no pudieron dejar los bolsones, habiéndole indicado que los llevaran a la Comisaría de Puente de Vallecas y entonces tanto el Comisario-Jefe de la Comisaría como el Inspector le ordenaron al dicente que los efectos había que llevarlos al IFEMA.

Y al ser interrogado en la Vista Oral, dijo...

Ministerio Fiscal: Cuando ustedes llegaron a la comisaría del Puente de Vallecas, ¿qué ocurrió?

Testigo: Pues aparcamos en el aparcamiento que tenemos enfrente a la comisaría
y en ese momento acababan de llegar el inspector jefe del grupo de investigación, y el comisario, que son los que me habían ordenado el traslado de los bolsos, y se lo comenté, que no me lo habían admitido en comisaría de Villa y que qué se hacía con eso. Y entonces me ordenaron…

Ministerio Fiscal: ¿Qué órdenes recibió?

Testigo: Pues que se llevasen al IFEMA, pero yo… a partir de ahí ya no sé nada porque me relevaron de mi puesto.

Curiosidad: debido a las siguientes frases hubo una pequeña confusión, pues el testigo parece negar que el Inspector Jefe Álvarez le haya ordenado ir a IFEMA.

Ministerio Fiscal: Bien, pero, ¿la orden la recibió usted tanto del comisario jefe de la comisaría como del inspector Álvarez?

Testigo: No.

Ministerio Fiscal: ¿Qué…?

Testigo: La recibí de mi jefe natural de mi grupo. Que estaba en las tareas de la comisaría y me dijo que yo me quedase allí para supervisar otros servicios del distrito. Que para ir al IFEMA, mandó a otro en mi lugar.

La orden que dio el "jefe natural" no es la de ir a IFEMA. Es la de quedarse en la Comisaría. El Comisario, Rodolfo Ruiz, y el Inspector Jefe Álvarez han ordenado que se lleven los objetos a IFEMA. Dado que se precisan agentes para patrullar y el testigo conoce muy bien la zona, el "jefe natural" del agente nº 24420 (que no es ni Rodolfo Ruiz ni Miguel A. Álvarez) le ordena que se quede allí, enviando a otro en su lugar.

Así lo recoge también la Sentencia de la Audiencia Nacional:

Una vez de regreso en el lugar del que habían salido, en torno a las 15 horas, el comisario jefe de la comisaría -número 14296- que estaba en compañía de un inspector de apellido Alvarez, les mandó que llevaran los efectos a IFEMA, hacia donde partieron ya avanzada la tarde los mismos funcionarios, salvo el número 24420, que fue relevado por el número 87843 y otro agente, que lo fue por el número 88941.
El Comisario Rodolfo Ruiz fue también interrogado sobre quién mandó llevar los efectos a IFEMA. Efectivamente, él dio la orden, pero fue debido a una comunicación, cree que emitida por la emisora de la Policía, pero de parte de la Autoridad Judicial:

Y creo que cuando las estaban llevando a Villa de Vallecas, o las estaban descargando o se estaba empezando, me lo comentaron después…se debió recibir un comunicado, a través de la emisora nuestra, de la emisora policial, el cual decia que por orden de la superioridad se trasladaban todos los objetos que se habían recogido de los diferentes lugares donde de habían cometido los atentados, en los cuatro lugares de los atentados, al Ifema.
Comunicados como el que cita el Comisario se escucharon, efectivamente. Aproximadamente a la hora en que Rodolfo Ruiz dice haber escuchado esas instrucciones, Jorge Zurita Bayona, Comisario del Cuerpo Nacional de Policía, Jefe de Coordinación y Apoyo Técnico de la División de Formación y Perfeccionamiento (¡buf, un momento que respire!) llamaba al Jefe de Sala del 091...
A las 15:45 hablo con el Jefe de Sala 091, siguiendo instrucciones del Juez de Guardia, para comunicarles que si desde algún Hospital preguntan sobre lo qué hay que hacer con las personas que hayan fallecido en los centros sanitarios, se les informe que tienen que ser trasladados al Pabellón n° 6 de Ifema. y que el cadáver debe de ir acompañado de los efectos personales, datos sobre su identidad, lugar de atentado desde donde fue evacuado y nombre del hospital que lo remite. (Pg 827, 144 del Tomo 4)
No parece nada raro que quien haya escuchado ésto se haya fijado en la orden de remitir todos a IFEMA, sin percatarse de que se está hablando exclusivamente de cadáveres.

Se habrán fijado que el agente 24420 y la Sentencia dicen que el Inspector Miguel Ángel Álvarez acompañaba a Rodolfo Ruiz cuando se enviaron los objetos de "El Pozo" a IFEMA. Nada hay que reprochar en ello. Aunque luego se confirmó que había sido un error, Álvarez puede confundirse, como cualquiera, y aquí el error (primero mandar los objetos a "Villa de Vallecas", luego a IFEMA) no es responsabilidad exclusiva suya; otros mandos policiales estaban con él cuando se tomó la decisión.

Pero ¿por qué dice, en su ya mítica instancia ...

...Ante la sorpresa del Funcionario que suscribe dichos objetos y efectos son llevados al Parque Ferial Juan Carlos I, donde se encontraban el resto de objetos y efectos de los otros lugares siniestrados por cuyo motivo se pone en conocimiento del Magistrado Juez del Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional dicha anomalía...

... si había estado presente cuando los objetos se mandaron allí? Curioso personaje, este Álvarez. Se pone delante de todos en la Estación de "El Pozo", tratando de destacar sobre los demás, y se eclipsa misteriosamente ante la Comisaría Puente de Vallecas. Y la cosa no para aquí, como verán luego...

Continuando con el viaje de los bolsones, los policías marcharon de Puente de Vallecas a IFEMA. Han declarado, como ya queda dicho, que no se bajó ni subió ningún bulto desde El Pozo hasta IFEMA, incluyendo las dos paradas realizadas en las Comisarías de Vallecas.

En IFEMA, según la Sentencia (Pg 182)...

los efectos fueron depositados en el pabellón 6, a la derecha de la entrada, en un lugar acotado junto a un muro, con un cartel que indicaba su procedencia, quedando bajo la custodia de la Unidad de Intervención Policial.

Contamos con las declaraciones de varios de los agentes que trasladaron los efectos a IFEMA para demostrar que no se produjo ninguna alteración de la cadena de custodia: el agente nº 87.407 (Auto de Procesamiento, Pg 61), el nº 87.141 (Auto de Procesamiento, Pg 62) el nº 87.843 (Auto de Procesamiento, Pg 64, y vista oral), agente 87.750 (Auto de Procesamiento, Pg 65), nº 89.324 (Auto de Procesamiento, Pg 66-7 y vista oral), nº 88.941 (Auto de Procesamiento, Pg 67), y nº 88-659 (Auto de Procesamiento, Pg 64-5, y vista oral)

Dado el número de testimonios, se hace imposible detallarlos aquí, pero hay que destacar la práctica coincidencia de los aspectos relevantes de las diferentes historias. No se producen contradicciones entre los agentes respecto a los hechos narrados; lógicamente, algunos testigos recuerdan más cosas que otros y, singularmente, un agente, el 87.843, recordó la tarea cumplida de manera diferente en sus dos declaraciones, aunque también advirtió que no lo recordaba bien por el tiempo transcurrido.

En resumen, todos están de acuerdo que se hizo el viaje a IFEMA, al pabellón 6, donde les recibió un jefe de la Policía Científica, que se hizo cargo de los objetos, ordenándoles que los dejaran a la drecha de la entrada, contra una pared, que hasta ese momento estaba vacía. Se puso una cinta de precinto policial, y tanto los controles de acceso y salida al lugar, como la vigilancia policial, que llevaban a cabo miembros de la Unidad de Intervención Policial, garantizan que nadie depositó una bolsa azul de diez kilos de peso cargado de explosivo. También declaran que, al recogerlos, los objetos estaban en la misma situación que al dejarlos.

Quiero, además, hacer notar un punto, y es que un terrorista, o un conspirador, salvo que sea un fanático dispuesto a suicidarse (y según los conspiracionistas, desde luego sus sospechosos no lo son), trata de organizar los hechos para intentar no ser descubierto, y salir con bien. En este caso, un plan que incluyese tratar de colocar una mochila falsa de explosivos a través de los controles y la vigilancia de la UIP es prácticamente irrealizable; contaría con 100 posibilidades contra 1 de fracasar, ser descubierto, y llevar al traste con todo el plan. En este caso, 100 posibilidades contra 1 de que los policías de las "cloacas" y quienes les patrocinan fueran descubiertos, arrestados, y si algún partido político hubiese detrás, ocasionaría su hundimiento por los siglos de los siglos.

Colocados los objetos en IFEMA por un error, toca ahora decubrir cómo se desfizo ese entuerto.

La Sentencia dice...

Esa misma tarde, el comisario de la Comisaría de Puente de Vallecas se enteró de que la Juez del Juzgado de instrucción núm. 49 de Madrid, que estaba auxiliando en el levantamiento de cadáveres y en la recogida de vestigios y efectos al Juzgado Central de Instrucción número 6, había ordenado que los efectos se depositaran en la Comisaría de Puente de Vallecas y no en IFEMA por lo que, ya de noche, fueron recogidos los efectos de IFEMA y llevados a la comisaría.

La declaración del propio Comisario especifica un poco más.

Y entonces, por la tarde, según me informan a mi, la Juez de guardia, que estaba por allí, o había vuelto, preguntó por las bolsas, unas bolsas muy grandes, de estas de color negro, del servicio de limpieza, donde se depositaron todos los objetos… Preguntó por ellas, y le dijeron que estaban en el Ifema…Entonces la señora Jueza pues fue la que dijo: "No, No… estas bolsas hay que llevarlas a la comisaría de Puente de Vallecas." Entonces, cuando llegaron a Puente de Vallecas, esa circunstancia, como le he referido anteriormente, se le comunico al Sr. del Olmo, que fue quien dispuso…quien ordenó que se hiciera un inventario y que una vez que se terminara el inventario, pues se le remitiera por fax a su juzgado, al fax de su juzgado.

Es decir, la Juez Bustos, en el recorrido que hizo por los escenarios de la tragedia y los centros donde podían encontrarse testigos o pruebas importantes para la investigación, visitó "Puente de Vallecas", y al ser informada de que las bolsas de "El Pozo" no estaban allí, como ella creía, ordenó que se devolvieran a la Comisaría. Bien por orden de la propia juez Bustos, bien por propia iniciativa del Comisario, cuando llegaron allí se comunicó el hecho al juez que centralizaba toda la instrucción, Juan del Olmo, quien ordenó realizar un inventario. Pero de ello nos ocuparemos en una posterior entrada.

La secuencia de hechos relatada en la sentencia, que coincide con la que cuenta el Comisario de Puente de Vallecas, es diferente de la que el inefable Inspector Miguel Ángel Álvarez ofrece en su ya conocida instancia...

Ante la sorpresa del Funcionario que suscribe dichos objetos y efectos son llevados al Parque Ferial Juan Carlos I, donde se encontraban el resto de objetos y efectos de los otros lugares siniestrados por cuyo motivo se pone en conocimiento del Magistrado Juez del Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional dicha anomalía, disponiendo la Autoridad Judicial que los objetos y efectos recogidos en la Estación de Ferrocarril de El Pozo sean llevados a la Comisaria de Policía de Puente de Vallecas.

... y posteriormente en su declaración ante el juez Del Olmo:

Que el dicente tiene conocimiento que las furgonetas, en lugar de dirigirse a la Comisaría de la Villa de Vallecas se dirigen al IFEMA, como a las 17.30 horas. Ya que la Sala del 091 había ordenado que se llevaran a ese lugar.

Que el dicente volvió a Comisaría sobre las 16.10 horas. Que desde que salen las furgonetas de El Pozo hasta que el dicente se entera de que las furgonetas han ido al IFEMA pasaron como 2 horas, y en ese momento se pone en contacto con el Magistrado-Juez (del Juzgado Central de Instrucción N° 6) para comentarle lo que había pasado; el dicente dejó de ver las furgonetas durante toda la tarde, desde que éstas salen de El Pozo hasta que las vuelve a recepcionar en la Comisaría (de Puente de Vallecas).

¿Cuál de las dos versiones es la verdadera? ¿Son las dos ciertas? Podría ser cierto que Álvarez fuera el primero que se diera cuenta del error, llamara al juez del Olmo, éste avisara a su vez a la juez Bustos, quien se desplazara a la Comisaría para comprobar que no se habían llevado allí las bolsas de "El Pozo" y ordenara su repatriación.

Posible... pero muy improbable. ¿Para qué montar tal chocolate? Es muy probable que Álvarez llamase en efecto a Del Olmo, pues es difícil de creer que lo declare así ante el propio instructor si no fuera cierto, pero no es creíble que de esa llamada se derive la visita de Bustos a Puente de Vallecas. Del Olmo hubiera dado la orden de volver a traer los paquetes, directamente, sin intermediarios

No. Seguramente, ambas versiones no pueden ser combinadas. Y, en ese caso, la versión de Álvarez hace aguas. Sobre todo porque todo hace pensar que él estaba, con el Comisario Ruiz, en la Comisaría "Puente de Vallecas" cuando llegaron los agentes que traían las Combi de "El Pozo", y estaba informado de su desvío al IFEMA.

En mi opinión (y ya sé que me estoy mojando mucho) es posible que la juez Bustos diera la orden de ir a recoger los objetos, y Álvarez, al descubrir su pifia de hace unas horas, cuando con Rodolfo Ruiz mandaron los objetos a IFEMA, tratara de cubrirla llamando a Del Olmo.

Así se explicaría otro enigma de aquella tarde. ¿Por qué, ante un error que en aquel momento (sin descubrirse el explosivo de la mochila) debía parecer menor y sin relevancia, Álvarez no contacta con sus superiores, ni siquiera con la juez que, según él mismo, le había dado instrucciones, sino que se lía la manta... y llama directamente al juez del Olmo?

Después del descubrimiento de los explosivos, sin duda el error podía tener capital importancia, pero a la hora en que Álvarez dice haber llamado a Del Olmo, tal equivocación, sin duda, no debía parecer más importante que las llamadas de falsas alarmas, u otros ejemplos de descoordinación que en gran número ocurren en las catástrofes. ¿Por qué saltarse la cadena de mando, si no es para justificarse, además de porque la juez Bustos era quien personalmente le había dado las órdenes que no se habían cumplido?

Lo cierto es que la historia del Inspector Álvarez hace pensar en esas atracciones de feria en las que un muñequito aparece a través de unos agujeros, ahora en uno, ahora en otro, para probar los reflejos del jugador en descubrir la cabeza que asoma y darle con un mazo. De la misma manera, en sus relatos, Miguel Ángel Álvarez se asoma y se esconde según le interesa, para arrogarse méritos o desviar hacia otros las culpas.

Todo hace pensar que, no realizando un mal trabajo, trató de embellecerlo en la famosa instancia de la que "El Mundo" y los conspiracionistas se hicieron eco, exagerando su papel en la organización de las ayudas en "El Pozo", escondiendo su papel en la equivocación que ocasionó que los bultos aparecieran en IFEMA, y reclamando otra vez un mérito que no le corresponde: el de caer en la cuenta del error (en el que él había tenido su parte) y subsanarlo.

No podemos asegurar que todo lo dicho en esta entrada sea cierto, pero sí es plausible: explica los hechos de manera lógica, y también se comprende el motivo de que el Inspector Jefe no fuera llamado a declarar. Si la instancia desvirtuaba descaradamente a su favor el papel del inspector en los hechos, una vez descubierto lo sucedido por el juez del Olmo, Álvarez puede ser merecedor de una reprensión, pero desde luego su testimonio prácticamente no tiene ningún interés, y puede llevarle a ser humillado públicamente...

Con buen criterio, no se pensó en citarle como testigo. Sólo la Asociación de Pilar Manjón lo citó en un primer momento, para desistir cuando se convencieron de la futilidad de su declaración.

En la próxima entrada comentaremos, específicamente, por qué no se le llamó a declarar.

3 comentarios:

  1. Demoledor. De todas maneras yo no cargaría las tintas contra el Sr. Álvarez, a fin de cuentas también hizo su trabajo ese día.

    Por cierto, Robin, no sé si terminaste de entrar en la base de datos aquella...

    Un saludo.

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  2. Bueno, lamento dejar en mal lugar a Álvarez. No le deseo ningún mal.
    En mi opinión activó el gen picaresca que tenemos todos los españoles, lo que no está bien, Pero habitualmente pasa desapercibido y no redunda en perjuicio para quien lo pone en marcha.

    En este caso tuvo mala suerte. Los conspiracionistas se metieron por medio , enredaron, y es imposible defender la cadena de custodia de la mochila sin dejar en mal lugar a Álvarez. Sobre todo, porque los conspis continúan citándole como “el poli al que no llamaron a declarar porque temían que desmontara la trola de la mochila de Vallecas”.

    Y, en mi opinión, la Superioridad le hizo un favor no llamándole a declarar, pues así pudo obtener una salida honrosa del berenjenal. Los conspiracionistas no le llamaron, pero supongo que porque vieron que su testimonio era fñacilmente desmontable.

    Voy a cambiar el siguiente hilo, que ya tengo escrito, para añadir algo de disculpa para el pobre Inspector

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  3. Sobre la Base de datos, no me contestaron.

    Se ve que mi curriculum no les impresionó. A lo mejor, porque les conté la verdad (que trataba de dar respuesta a unos conspiracionistas, y tal)

    Creo que estos días de Semana Santa volveré a la carga

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